Ex agente de la Red Avispa detalla operaciones contra el exilio cubano
El ex agente cubano Edgerton Ivor Levy declaró este lunes que la inteligencia castrista le dio la misión de penetrar el entorno de los congresistas Ileana Ros Lehtinen y Lincoln Díaz Balart y otras figuras del exilio para obtener “información íntima” que pudiera socavar su desempeño en la comunidad.
En su tercera comparecencia en el programa televisivo A Mano Limpia, que conduce el periodista Oscar Haza en AméricaTeVe, Levy relató las operaciones y “medidas activas” que la jefatura de la Red Avispa le orientó realizar desde su llegada a Miami en 1993.
“La idea era tratar de llegar a conocer cosas que podían ser utilizadas en contra de los congresistas, como elementos de su vida personal, para desprestigiarlos y mermar la importancia de su labor en la comunidad”, manifestó Levy, de 62 años.
Explicó que fue instruido directamente por el oficial de inteligencia Ramón Labañino para penetrar el círculo cercano de los congresistas cubanoamericanos, con la insistencia de obtener resultados inmediatos en esa tarea.
“Insistió mucho [Labañino] y tuvimos serias discusiones, yo argumentaba que tenía problemas de salud y él me sugirió que podía volver a Cuba a recibir tratamiento médico, lo que era una amenaza velada, dijo.
Levy fue un elemento clave en el desmantelamiento de la Red Avispa, la mayor organización de espionaje cubano en la historia de Estados Unidos. Desde su arribo al país informó al Buró Federal de Investigaciones (FBI) y operó como un doble agente al servicio de las autoridades estadounidenses.
Tras ser desmantelada la Red Avispa, en 1998, documentos desclasificados por el gobierno indicaron que esas orientaciones de la inteligencia cubana formaban parte de la “Operación Girón”.
Profesores espiando congresistas
Levy y su esposa Eva Ivette Bermello, ambos ex profesores de la Universidad de La Habana, eran los agentes Ariel y Laura para la inteligencia cubana. En la operación Girón también tenían participación otros dos profesores universitarios, infiltrados en el sur de la Florida: Daniel Rafuls y Vivian Sabater, los agentes José y Tania, quienes lograron escapar a Cuba.
Levy llegó a asistir a algunas reuniones en las que participaron los congresistas en la Universidad Internacional de la Florida (FIU) y el antiguo Hotel Radisson, en el noroeste de Miami, pero asegura que nunca se acercó a ellos.
Otra de las operaciones en las que participó estuvo destinada a monitorear los viajes en helicóptero del líder de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), Jorge Mas Canosa, a un islote en la zona de lo cayos de la Florida.
Levy mostró fotos de 1995 en las que aparece en un yate en medio del mar. Según su testimonio, en esa ocasión viajó junto a Horario, alias del oficial Hugo Soto, para fotografiar el arribo del helicóptero de Mas Canosa a un punto cercano de Cayo Marathon.
“Alquilamos una embarcación, Horacio y yo y fuimos a los cayos. Estuvimos por los alrededores hasta que apareció el helicóptero y entonces él le tomó fotos”, contó.
De acuerdo con Levy, en otra ocasión Horacio le proporcinó una cámara para que tomara fotos en una reunión de ex prisioneros politicos cubanos en Miami. Horacio logró escapar a Cuba vía México antes de la captura de la red.
Levy también describió las operaciones “Finado”, que comprendía la distribución de octavillas despretigiando a directivos de la FNCA, “Tejedor”, destinada a levantar animosidad entre organizaciones políticas del exilio y la dirigencia de Radio y TV Martí, y “Aeropuerto”, encargada al agente Antonio Guerrero para infiltrarse en la base militar de Boca Chica, en Cayo Hueso.
Mas Canosa en la mirilla
En cuanto a la operación “Finado”, la indicación era incitar desconfianza entre los propios directivos de la FNCA de cara a la designación de un nuevo presidente de la organización, luego del fallecimiento de Mas Canosa en 1997.
Levy recordó que la idea de avivar las desaveniencias entre el diario The Miami Herald y Más Canosa fue propuesta por Gerardo Hernández, cabecilla de la Red Avispa, al Departamento de Medidas Activas de la Dirección de Inteligencia, conocido como M-9. El punto álgido de la relación entre la FNCA y el periódico miamense se produjo en 1992, cuando Mas Canosa lanzó la campaña publicitaria “Yo no creo en el Herald”.
Hernández, Labañino y Guerrero fueron juzgados y condenados a largas penas en el 2001 junto a otros dos integrantes de la Red Avispa, Fernando González y René González. Cuba los identifica como los Cinco Héroes Prisioneros del Imperio y reclama su liberación argumentando que vivnieron a Estados Unidos para prevenir acciones terroristas contra la isla.
Otras dos medidas activas, “Flotín” y “Confusión”, estuvieron dirigidas a desacreditar a Ramón Saúl Sánchez, líder del Movimiento Democracia, azuzando las diferencias de Sánchez con personas dentro y fuera de la organización, y enviando a las emisoras de radio mensajes difamatorios de su vida personal.
Levy destacó además la “Operación Picada” contra Hermanos Al Rescate, la cual comprendía la posibilidad de incendiar el hangar de la organización en el aeropuerto de Opalocka, haciéndolo parecer como una acción fabricada por algunos miembros para estafar a la compañía aseguradora.
El testimonio de Levy se fundamenta en las 3 mil páginas de documentos desclasificados por el gobierno como evidencia para el juicio contra la red. De los 12 agentes arrestados, siete se declararon culpables y aceptaron cooperar con las autoridades.
Comando Sur, la prioridad
En una intervención anterior en A Mano Limpia, Levy, recordó que la penetración del Comando Sur era prioridad de la inteligencia castrista.
Levy se refirió a la “Operación Surco”, cuyo objetivo era penetrar al Comando Sur de Estados Unidos.
Explicó que tras conocerse que ese contigente militar sería trasladado desde Panamá a Miami en 1997 y que por primera vez incluiría a Cuba en su jurisdicción operativa, la Dirección de Inteligencia (DI) lo convirtió en un objetivo de primer orden.
La tarea de penetración “no fue exitosa, pero sí tuvo máxima prioridad”, aseveró Levy.
Uno de los mensajes interceptados a la Red, enviado al agente Alejandro Alonso desde el Centro Principal (CP) en La Habana indica: “La idea general es operar en el área y poder trasegar tanto personas como cosas, incluyendo armas y explosivos”.
“El jefe del Departamento de Ilegales de la DI dijo entonces que la penetración de Surco era la primera prioridad que tenía su departamento y tal fue la importancia que se le dio a esa misión que pasó a ser chequeada mensualmente por el primer sustituto del jefe de la DI”, explicó Levy.
Meses antes de viajar a Estados Unidos, Levy conoció al jefe del Departamento de Ilegales de la DI en una de las casas de preparación de agentes del Ministerio del Interior (MININT) en La Habana.
“El jefe se identificó como Alfredo y me dijo que era una lástima que por razones de tiempo no se me había preparado también para penetrar objetivos militares”, apuntó.
Nota relacionada:
Agente enviado por Cuba fue clave para desmantelar la Red Avispa