Fallece en Miami Juanita Castro, la hermana exiliada de Raúl y Fidel Castro

A pesar de que la familia Castro Ruz tiene un nicho reservado para ella en el mausoleo de su casa natal en Birán, en Holguín, Juanita decidió que sus restos permanecieran en Miami.

Fallece en Miami Juanita Castro, la hermana exiliada de Raúl y Fidel Castro
Juanita Castro (1933-2023). Foto: Archivo CF.

Juana de la Caridad Castro Ruz, Juanita, la hermana exiliada de Raúl y Fidel Castro, falleció este lunes en Miami a los 90 años de causas naturales, confirmaron fuentes familiares.

El deceso de Juanita se produjo en horas de la mañana de este 4 de diciembre en un hospital de Miami, rodeada de su hermana Enma Castro, residente en México, y otros integrantes de su círculo familiar cercano. Su salud se había deteriorado severamente en las últimas semanas y fue puesta en hospicio apenas 24 horas antes del desenlace.

Era la quinta de la familia de siete hijos de Angel Castro Argiz y Lina Ruz González, de la que solo sobreviven ahora sus hermanos Raúl Y Enma.

“Es una pérdida muy dolorosa”, dijo a Café Fuerte la periodista María Antonieta Colllins, su amiga personal y quien escribió el libro de memorias de Juanita Fidel y Raúl, mis hermanos. La historia secreta (2009).

Juanita a su llegada a Miami en 1964. A su izquierda, el abogado Salvador Lew, quien fuera su gran amigo. Foto: Cortesía familiar.

Collins dijo que Enma pudo estar junto a Juanita en sus últimas horas como “la gran hermana que siempre fue”.

“Sin importar lo que Juanita pensara o hiciera, Enma siempre estuvo a su lado apoyándola con amor”, agregó Collins.

La periodista informó que a pesar de que la familia Castro Ruz tiene un nicho reservado para ella en el mausoleo de su casa natal en Birán, en la provincia de Holguín, Juanita decidió que sus restos permanecieran en Miami.

“Ella decidió que de ninguna manera fuera llevada a Cuba, de donde salió en 1964 y nunca regresó”, señaló Collins.

Reunida con niños emigrados en la Operación Pedro Pan en Estados Unidos. Foto: Cortesía familiar.

Su sepelio será en Miami y los funerales serán privados. La familia no hará declaraciones ni ofrecerá entrevistas.

“Juanita es la más grande lección de cómo se puede ser congruente con los ideales que defiendes, fue una mujer de profundas convicciones, totalmente irrepetible, y con una gran capacidad de entender dónde está el deber incluso por encima de su propia familia”.

Nacida el 6 de mayo de 1933 en Birán, antigua provincia de Oriente, Juanita estudió Comercio en el Colegio de las Ursulinas de La Habana y siendo apenas una quiceañera se lanzó en su primera aventura empresarial en su pueblo natal: la creación y funcionamiento de una sala de cine bajo su nombre, la cual sirvió para llevar entretenimiento a la comunidad.

Junto al periodista Lawrence Spival, durante su presentación en el programa Meet the Press, de la cadena NBC, en Nueva York, en noviembre de 1964.

Ya en plena juventud, participó activamente en actividades de apoyo al movimiento insurreccional que lideraban sus hermanos contra la dictadura de Fulgencio Batista. Realizó compras de armas para el Movimiento 26 de Julio y, en 1958, viajó a Estados Unidos para recaudar fondos en favor de la causa revolucionaria.

De regreso a La Habana, se vio obligada a asilarse en la embajada de Brasil, en septiembre de 1958.

Pero tras la llegada al poder de sus hermanos, Juanita se sintió traicionada por la política de expropiación de propiedades privadas y la creciente influencia de la ideología comunista en el naciente gobierno revolucionario.

En un clima de tensiones familiares, que se agravó tras la muerte de su madre Lina en 1963, Juanita conspiró secretamente contra el gobierno impuesto por Fidel Castro, utilizando como fachada la casa de huéspedes que administraba en la barriada habanera del Vedado.

Carátula de su libro de memorias, publicado en 2009.

En medio de su inconformidad con la situación del país y tras el fiasco de la invasión de Bahía de Cochinos, en abril de 1961, comenzó a colaborar con la CIA mediante el contacto de Virginia Leitao da Cuhna, esposa del embajador brasileño. Para los servicios de inteligencia estadounidenses fue desde entonces la agente Donna.

“¿Tuve remordimientos por traicionar a Fidel al aceptar reunirme con sus enemigos? No, por una sencilla razón: yo no lo traicioné a él. Él fue quien me traicionó a mí”, escribió Juanita en sus memorias.

Durante esa etapa, se le atribuye haber ayudado a unas 200 personas a salir de Cuba como parte de su trabajo con la CIA.

En 1964 Juanita decidió tomar el camino del exilio durante un viaje a Ciudad de México. A su llegada convocó a una conferencia de prensa para anunciar su ruptura con el régimen encabezado por sus hemanos en Cuba: “Ya no puedo permanecer indiferente ante lo que está sucediendo en mi país. Mis hermanos Fidel y Raúl la han convertido en una prisión enorme rodeada de agua. El pueblo está clavado en una cruz de tormento impuesta por el comunismo internacional”.

Luego viajó a Estados Unidos, donde se involucró activamente en actividades de oposición al régimen cubano, con participación en foros internacionales e incluso en el respaldo directo a expediciones de infiltración en la isla.

En Miami, abrió y administró la farmacia Price en 1973, que mantuvo en funcionamiento por más de treinta años. El edificio y la propiedad se vendieron a la corporación CVS en 2006.

En 1984 se naturalizó como ciudadana estadounidense.

En 1998, Juanita entabló una demanda por difamación familiar ante la justicia española contra su sobrina Alina Fernández Revuelta, por la publicación del libro Alina, memorias de la hija rebelde de Fidel Castro, editado Plaza & Janes. Un tribunal español falló a favor de la demandante, que recibió una compensación por $45,000 dólares por parte de la editorial.

Con la publicación en 2009 de Juanita Fidel y Raúl, mis hermanos. La historia secreta, Juanita hizo pública finalmente su colaboración con la CIA.

Mantuvo siempre atención y contacto con sus hermanas Angelita y Agustina en Cuba hasta el fallecimiento de ambas en años recientes. Con frecuencia les realizaba envíos de paquetes con medicinas y víveres desde agencias de Miami.

Nunca se calló las críticas al régimen cubano en los anhelos por un futuro democrático para el país. Alzó su voz para pedir la liberación del contratista estadounidense Alan Gross, quien cumplió prisión en Cuba hasta 2014 bajo acusaciones de atentar contra la seguridad nacional.

“Fue muy difícil su vida en el exilio”, recordó Collins. “Ella pudo vivir en México o España, pero decidió que su lugar estaba aquí en Miami, junto a sus compatriotas exiliados… Es muy duro haber actuado por lo que crees y defiendes, y en cambio haber recibido ofensas por el solo hecho de llevar el apellido Castro”.

A Juanita la sobreviven sus hermanos Raúl, de 92 años, en La Habana, y Enma, de 88 años, residente en Ciudad de México, además de decenas de sobrinos radicados en Cuba y otras partes del mundo.

Su muerte se produjo exactamente siete años después de que las cenizas de su hermano Fidel Castro fueron depositadas en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, una fecha que fue recordada con el peregrinaje de más de 100 mil santiagueros a su tumba y un amplio despliegue en la prensa oficial. Este 5 de diciembre era el cumpleaños de su padre, Angel Castro Argiz, nacido en Láncara, Galicia, en 1875.

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