Mención cubana se cuela en escándalo sexual del candidato Herman Cain
Una de las cuatro mujeres envueltas en el escándalo sexual que compromete al aspirante presidencial republicano Herman Cain jugó un activo papel durante el caso del niño balsero Elián González hace más de una década.
Karen Kraushaar, de 55 años, quien trabajó como vocera del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) entre 1999 y el 2003, es el filón cubano en esta encendida historia de sexo y política que amenaza con poner en peligro la candidatura de Cain.
Kraushaar acababa de ser empleada por el Departamento de Justicia cuando comenzó el controversial episodio de Elián -a fines de noviembre de 1999- y fue enviada a Miami para reforzar el equipo gubernamental responsabilizado con las relaciones públicas del caso.
El 22 de diciembre de 1999, Kraushaar compareció ante la prensa nacional e internacional para leer la decisión del INS de aplazar la cita de inspección que debía cumplir el niño junto a sus familiares en las oficinas de Biscayne Boulevard, en Miami.
“El INS todavía está acopiando la información que necesita para completar la inspección de Elián y, por lo tanto, no es necesario que él se presente ante los funcionarios de inmigración´´, indicó la declaración oficial leída entonces por la portavoz Kraushaar.
El comunicado añadió que el aplazamiento de la cita no tendría ninguna pertinencia en la decisión que el INS tomará sobre “quién puede hablar por el niño con respecto a los asuntos migratorios involucrados en este caso´´.
A esas alturas ya había comenzado la batalla legal sobre el caso, mientras el gobierno cubano reclamaba la devolución del niño a su padre Juan Miguel González mediante movilizaciones masivas y fuertes campañas mediáticas, encabezadas por el entonces gobernante Fidel Castro.
Kraushaar fue una importante pieza en la relación comunicativa del INS con la prensa y se mantuvo en el equipo designado para informar las decisiones gubernamentales hasta el retorno de Elián con su padre a Cuba, en junio del 2000.
El 29 de marzo del 2000 fue la portavoz del INS que respondió las preguntas de los reporteros tras una crucial reunión de representantes del Departamento de Justicia y miembros de la familia de Elián en Miami al calor de las negociaciones para entregar el niño a su padre.
Ella también figuró entre los voceros de Inmigración con el encargo de relatar la situación de Elián tras el operativo armado para sacarlo de la casa de sus familiares en La Pequeña Habana y entregarlo a su padre en Washington DC.
Así describió entonces lo sucedido aquel 22 de abril del 2000, cuando fuerzas federales entraron violentamente en la vivienda y pusieron al niño en brazos de la agente especial Betty A. Mills: “Elián está muy interactivo con la persona encargada de cuidarlo. Estaba tranquilo en el vuelo y estableció relación con ella inmediatamente – contó la portavoz- Habíamos determinado desde el principio que ella sería la persona adecuada para esta operación. Ella cumplía todos los requisitos que estábamos buscando. Como un oficial de policía, estaba en capacidad para enfrentar una situación de peligro y se desempeñó admirablemente”.
Su supervisora por aquellos días en el INS, María Cardona, recuerda a Kraushaar como “una empleada excepcional”.
“Ella fue una profesional de máximo nivel, uno de los empleados más dedicados que he conocido. Una consumada integrante del equipo”, aseguró Cardona, quien actualmente se desempeña como analista demócrata de la cadena CNN.
Lo que nadie podía imaginar es que la eficiente Kraushaar llegó a ese empleo tras alcanzar un acuerdo confidencial por $45 mil dólares para resolver una reclamación por presunto acoso sexual de Cain, según reveló The New York Times.
Tras el supuesto acuerdo en el verano de 1999, Kraushaar abandonó su puesto en la Asociación Nacional de Restaurantes (NRA) y solicitó la plaza del Departamento de Justicia.
Cardona recordó que Kraushaar dijo sentirse salvada en el nuevo emnpleo y se refirió a Cain como “un monstruo”.
Kraushaar laboró en el Departamento de Justicia hasta el 2003, cuando pasó a desempeñarse en la oficina de comunicaciones del Departamento del Tesoro, donde actualmente trabaja.
Para optar por el nuevo puesto federal, ella remitió siete cartas de recomendación, entre ellas la del ex director del INS en el distrito de Miami, Robert Wallis, quien consideró su desempeño de extraordinario.
Sin embargo, según reportes recientes, durante su paso por el Departamento de Justicia ya Kraushaar había estado envuelta en otra reclamación interna por un incidente laboral. Para ello contó con la asistencia legal de Joel Bennett, el mismo abogado de Washington que llevó su caso de demanda por acoso sexual contra Cain.
Ex supervisores del Departamento de Justicia citados por la Associated Press dijeron que ella había presentado también una queja por trato injusto en su ámbito laboral por parte de su jefe inmediato.
La reclamación fue presentada bajo las alegaciones de que debió permitírsele trabajar desde su casa tras sufrir un serio accidente automovilístico a comienzos del 2002, y de que fue víctima de un mensaje difamatorio con contenido sexual por parte de un superior.
Silenciosa compensación
La demanda fue manejada internamente y Kraushaar recibió en compensación un ascenso en la escala laboral que implicó el incremento de su salario en unos $16 mil dólares, y una beca de superación por un año en la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard.
“La preocupación fundamental es que había sido discriminada y tratada injustamente en mi puesto de trabajo”, dijo ella tras ser interrrogada por este caso.
Este lunes, en una comparecencia ante la prensa, Cain consideró las acusaciones sin base.
Kraushaar está casada y reside en un suburbio de Maryland, cercano a Washington DC.
Cain va liderando las encuestas de preferencia electoral entre los candidatos republicanos, junto a Mitt Romney. De las cuatro mujeres que lo implican en incidentes de acoso sexual, solo Kraushaar y Sharon Bialek, una mujer de Chicago que trabajó en la NRA, han salido a la palestra.