La CIA, la mafia y Fidel Castro: El último grito de la moda

La premiere de la serie Mafia Spies, dirigida por Tom Donahue, está plagada de imprecisiones y presenta como "novedad" que la CIA demoró casi 50 años en admitir la contratación de dos gángteres para asesinar a Fidel Castro.

La CIA, la mafia y Fidel Castro: El último grito de la moda
Fidel Castro (1926-2016). Foto: Patrick Iber.

Por Arnaldo M. Fernández

Paramount Plus acaba de lanzar la premiere de la serie Mafia Spies, dirigida por Tom Donahue y basada en el libro homónimo (Simon and Schuster, 2019, 424 páginas) de Thomas Maier, quien se apea de entrada con que la CIA demoró casi 50 años en admitir haber contratado a dos gángteres para asesinar a Fidel Castro.

Sin embargo, el Comité Church publicó el 20 de noviembre de 1975 su informe interno sobre alegaciones de planes de asesinato de líderes extranjeros, incluso con abundantes referencias al informe secreto que el Inspector General (IG) de la CIA había elaborado entre marzo y mayo de 1967. Desde aquel entonces la CIA admitió su responsabilidad. Tanto el ex Director de Planes, Richard Bissel, como el Director de la Oficina de Seguridad Interna, Coronel Shefield Edwards, testificaron que para matar a Castro fueron reclutados los mafiosos John Roselli y Sam Giancana entre septiembre y octubre de 1960.

Jugar como ficha de actualidad que el informe del IG vino a desclasificarse en 2018 es simplemente un forro en el dominó histórico. Máxime si la narrativa se refuerza con un mayúsculo error historiográfico por obra y desgracia deuno de los expertos participantes, Tim Weiner, autor de la historia de la CIA intitulada Legacy of Ashes (Doubleday, 2007, 702 páginas).

Castro: ¿eliminarlo o removerlo?

La serie alega que el presidente Dwight Eisenhower indicó a la CIA, en memorando de 13 de mayo de 1960, que quería “serruchar” a Castro. Según Weiner, Bissell sugirió entonces en otro memorando al Director de la CIA, Allan Dulles, la eliminación de Castro, pero el zorro de Dulles tachó este agresivo término y puso remoción. Sólo que esta anécdota corresponde a otra realidad.

El 11 de diciembre de 1959, el jefe de la CIA para el hemisferio occidental, coronel Joseph King, advirtió a su jefazo Dulles que si Castro “permanecía en el poder por dos años más, sobrevendrían daños perdurables”, propuso derrocarlo por la fuerza y recomendó “la eliminación” porque gente bien informada creía que de este modo se aceleraba el cambio de régimen. Dulles corrigió de puño y letra elimination por removal, pero como nadie atinaría a hacerlo, la historia del anticastrismo quedó marcada desde entonces por el desespero y los embullos.

Tres, eran tres…

Tras ser alentado por Roselli a tomar parte en la planificación del asesinato de Castro, Giancana avisó a otro mafioso, Santos Trafficante, quien accedió a reclutar a quien o quienes pudiera ejecutar el plan. Trafficante había sido arrestado el 10 de junio de 1959 en la redada de Castro contra los extranjeros involucrados en negocios de juego y prostitución, quienes quedaron sujetos a deportación y fueron internados en la cárcel de inmigración de Tiscornia (Habana).

La serie refiere que Trafficante fue liberado por gestión de su abogado Frank Ragano, con bufete en Florida, que incluyó coima de un millón de dólares a Raúl Castro. Sin embargo, Trafficante salió de Tiscornia el 18 de agosto de 1959 con permiso para asistir a la boda de su hija, por gestión del abogado cubano Rafael García-Bango, amigo de Rolando Cubela, subsecretario de Gobernación, quien concedió la autorización.

Otros pequeños detalles…

La premiere de Mafia Spies se intitula El Juego para fijar el peso específico de la mafia vinculada a los casinos de La Habana en los planes de asesinato de la CIA contra Castro, pero no augura que los demás episodios respondan a la pasión por la excelencia documental.

  • Un tal Santiago Babastro se presenta como “revolucionario cubano” para relatar que Castro envió un mensaje al mundo en abril de 1959 al visitar Estados Unidos y alojarse en Harlem (Nueva York) tras negarse el presidente Eisenhower a recibirlo, así como a darle alojamiento. Castro voló el miércoles 15 de abril de 1959 a Washington y aseveraría que Eisenhower “no se dignó ni siquiera a invitarme a tomar un café”, pero se entrevistó con el vice Richard Nixon el domingo 19 en el Capitolio.

El episodio de Harlem sobrevendría el 19 de septiembre de 1960, cuando Castro viajó a Nueva York para tomar parte en la XV Asamblea General de las Naciones Unidas. La delegación cubana había reservado hospedaje en el Hotel Shelburne (Manhattan), pero la administración solicitó depósito de $20,000 y se fueron entonces al Hotel Theresa (Harlem).

  • Thomas Joseph (T. J.) English, autor de Havana Nocturne (Harper Collins, 2008, 416 páginas) y otros libros sobre el crimen organizado en Cuba, no sabe sin embargo de qué está hablando al presentar a Castro como abogado de derechos civiles, en vez de abogado sin clientes, quien se habría postulado como senador y probablemente hubiera sido electo si Fulgencio Batista no hubiera dado el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952.

Castro jamás se postuló como senador. Fue nominado por Manuel Bisbé, líder del Partido Ortodoxo en la Cámara de Representantes, para ocupar allí uno de los dos escaños de la provincia de La Habana en las elecciones de 1952, pero otros dos líderes del partido, Carlos Márquez Sterling y Buenaventura Dellundé impugnaron la candidatura de Castro y en eso sobrevino el golpe.

  • William Daddio, ex jefe de la Policía de la Casa de la Moneda, asegura que Castro “se fue a las montañas a unirse a grupos guerrilleros” y agrega que entró en La Habana montado en un jeep y con tropa de 40 hombres.

Y así las cosas, la serie abunda en peripecias que llegan hasta que la CIA intentó reclutar a Castro en aquel abril. Casi nada.

INFORME DE LA CIA (1967)

INFORME SOBRE PLANES DE ASESINATO A LÍDERES EXTRANJEROS (1975)

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