El doble de Muammar el Gadafi que yo conocí
– Hoy se esparce la noticia de la supuesta muerte de Muammar El Gadafi. Y digo supuesta no por descreimiento del hecho difundido por todos los medios de comunicación del planeta, sino porque este magnicidio tiene que ser debidamente confirmado a través de pruebas de ADN, que darían la certeza definitiva del fallecimiento del dictador libio.
Por mi parte, prefiero esperar por esos resultados y no adelantarme mucho a los acontecimientos, pues años atrás tuve la oportunidad de conocer personalmente al doble del Coronel Muammar el Gadafi.
Fue en septiembre de 1986 en Harare, capital de Zimbabwe, adonde acudí como miembro de la escolta personal de Fidel Castro con motivo de la VIII Cumbre de Países No Alineados que se celebró en ese país africano.
El Gadafi hizo uso de la palabra en el plenario del hotel Sheraton y después de alentar a los presentes a que se le unieran para llevar adelante una lucha contra Israel y el imperialismo yanqui, se retiró de la reunión visiblemente enojado por no tener el respaldo que esperaba de las restantes delegaciones allí reunidas.
Aquello se interpretó como una falta de respeto a los demás presidentes y a la misma reunión. Durante las horas del receso, Fidel fue a visitar a Gadafi en la residencia que tenía para la delegación que lo acompañaba. Llegamos y descendimos de los autos, y El Gadafi salió al encuentro de Castro. Después de darle un abrazo se separó y mientras un intérprete libio traducía unas palabras de bienvenida al presidente cubano, sentí como una mirada penetrante e interrogativa que se me clavaba en los ojos: El Gadafi me estaba analizando -o al menos creí yo que lo hacía.
Sentí entonces esa mirada fría y penetrante que suele provenir de quienes ven un enemigo en cualquier persona que se les acerca. Fidel y Gadafi no encaminaron sus pasos hacia la residencia, sino hacia una casa de campaña, una gran carpa semajante a las de circo, la cual había sido levantada en el patio y estaba rodeada de por lo menos cuatro o cinco camellos que el líder libio habia hecho traer desde su país.
Antes de que los dos dirigentes entraran en la carpa, El Gadafi le presentó a Fidel a otro libio que era una suerte de copia fotostática, la fotografía misma de su rostro, como si se tratara de su hermano gemelo. Tenía idénticos rasgos faciales e incluso hasta similar estatura. Yo, que me considero un buen fisonomista, no podía diferenciar a uno del otro si no llega a ser por la ropa que usaban, El Gadafi con la vestimenta tradicional árabe y su doble enfundado en uniforme militar.
Pensando en esta experiencia con el ahora destronado líder libio, es por lo que prefiero esperar a que las pruebas de ADN o de otra índole de verificación me confirmen que la persona muerta hoy en la ciudad de Sirte es verdaderamente Muammar el Gadafi. Por si las moscas.
*Juan Reynaldo Sánchez fue escolta personal de Fidel Castro entre 1968 y 1994, con grados de teniente coronel. Fue destituido y cumplió prisión en Cuba. Logró abandonar la isla en el 2008 y actualmente reside en Miami.