Fábula del último descalabro beisbolero cubano
Por Alberto Aguila
Esta es la fábula de un equipo fantasma que de la noche a la mañana decidió conformarse para ir a un campeonato internacional y convertirse de Cenicienta en Rey del béisbol regional. Y para rematar su hazaña con broche de oro, ganó la final del torneo derrotando a la inspirada selección de Cuba.
Lo menos que esperaba Héctor Pereyra, era que República Dominicana pudiera obtener el primer lugar del Premundial de Béisbol celebrado en Puerto Rico entre el 1ro y el 13 de octubre.
“Tito” Pereyra es el presidente de la Federación Dominicana de ese deporte y era lógico que así pensara, ya que el 15 de septiembre declaró a los medios de prensa: “Posiblemente mi país será multado y suspendido de la Federación Internacional, si no asistimos al certamen, debido a la falta de fondos económicos para realizar el viaje”.
Exactamente cinco días antes de que comenzara el torneo, circuló la noticia siguiente: “Héctor Pereyra comunicó a su homólogo de Puerto Rico, Israel Roldán, que República Dominicana tomará parte en el campeonato y que se trabaja en la composición del equipo, que será superior al que ganó la medalla dorada en los Juegos Centroamericanos de Mayagüez”.
Asi ocurrió todo. Para conformar el seleccionado, Pereyra no pudo contar con ninguno de los mejores 200 peloteros de Quisqueya, que estaban jugando o regresaban de jugar en diferentes ligas veraniegas.
Los que pudo “encontrar” practicaron escasamente una semana con un grupo integrado por veteranos ex peloteros de Grandes Ligas de entre 33 y 37 años y otros de menos edad, pero que actuaron hasta mediados de julio en la Liga Mexicana. Seis de ellos llegaron a Ligas Mayores, pero el único que tuvo éxito fue Bartolo Colón, un tirador derecho que triunfó plenamente hasta hace cinco años con un premio Cy Young en su carrera.
Ese fue el conjunto que venció a Cuba dos veces y que se llevó los máximos honores.
Sentados en casa
Según relata la prensa dominicana, uno de los jugadores que más alegría mostró con el triunfo, “fue Alberto Castillo, un veterano receptor que se pasó todo el verano sentado en su casa de Santo Domingo, sin actuar en ninguna liga profesional”.
Esa misma novena dominicana que llevaba tiempo sin tirar una pelota, también superó al elenco norteamericano en el tope de vida o muerte, previo a la discusión de la medallas doradas. El conjunto de Estados Unidos, que venció al cubano con facilidad, no presentó a ninguno de los mejores mil 400 peloteros de su país. Basta decir que los 40 estuvieron ausentes esta temporada de cada una de las 30 organizaciones de Grandes Ligas, y no figuraron entre los mejores 200 de Triple y Doble A.
En cuanto a Cuba, todo parece indicar que los dirigentes de la pelota tenían como meta principal que no se escapara ningún jugador y en segundo lugar obtener el puesto principal. Señalo esto porque en el conjunto faltaron el posible primer bate, el novato del año, el líder en hits, el mejor pitcher en ganados y perdidos y el de mejor promedio en menos carreras limpias permitidas de la última Serie Nacional.
Gran parte de los jugadores seleccionados en los equipos Todos Estrellas de la Serie Nacional, en ofensiva y pitcheo, no fueron llevados al torneo de Puerto Rico, ni siquiera al entrenamiento.
Cuba debe ganar la Copa
Cuba cerró el 2009 sin medallas de oro, algo similar a lo ocurrido en el 2008, y su último título de prestigio en la arena mundial fue en la Copa Intercontinental de Taipei de China en 2007. Precisamente, el mismo escenario donde se desarrollará la edición 17 de la Copa a partir del 23 de octubre. Los mejores jugadores asiáticos -extenuados por el largo calendario beisbolero que concluyó el pasado mes- no se presentarán en la competencia.
Por eso es de esperar que los cubanos repitan el triunfo de hace un par de años. En definitiva, Tito Pereyra y sus “merengueros” no estarán presentes -ni tampoco los norteamericanos- para enfrentar a nuestros compatriotas.
Los cubanos ya salieron rumbo a tierras asiáticas. Como despedida tuvieron un mensaje del Pelotero en Jefe, acompañado por un ejemplar de su libro La victoria estratégica para cada uno de los 24 jugadores. Ojalá que los muchachos pongan a un lado el librito y se dediquen a jugar pelota en Taipei de China.
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