Gritos y susurros: Un desafortunado espectáculo en la Casa Blanca
Donald Trump y JD Vance no ocultan ya su antipatía hacia Ucrania ni su afinidad con Putin. No es aislacionismo, no es pragmatismo: es una rendición ideológica.
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Por Tatiana Ramos Bosch*
El reciente encuentro en la Oficina Oval entre Donald Trump, J.D. Vance y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, lejos de ser un mero intercambio protocolario, ha desnudado una realidad inquietante: la profunda alienación del Partido Republicano, bajo el liderazgo de Trump, con los valores democráticos y la seguridad colectiva que históricamente han definido la política exterior estadounidense.
Fue casi doloroso ver el tono de esa desafortunada reunión. No fue un simple acto diplomático; fue una humillación calculada, una muestra de desprecio absoluto hacia un aliado asediado y una declaración descarada de lealtad a Vladimir Putin.
Trump y Vance no ocultan ya su antipatía hacia Ucrania ni su afinidad con Putin. No es aislacionismo, no es pragmatismo: es una rendición ideológica. Es la claudicación voluntaria de Estados Unidos ante el imperialismo ruso, disfrazada de un “America First”. Сделаем Америку снова великой.
Lo que en el pasado habría sido considerado un escándalo de proporciones históricas –como lo fue el caso de Alger Hiss y sus presuntos lazos con la URSS– hoy se exhibe sin vergüenza, sin subterfugios. No hay secretos ni conspiraciones en la sombra: el servilismo hacia Moscú es explícito y se presume con arrogancia.
Imaginen por un momento a los líderes de Estonia, Moldavia o Taiwán observando este grotesco espectáculo. Países cuya supervivencia depende de alianzas sólidas ven ahora cómo los pilares de su seguridad se tambalean por el capricho de dos hombres dispuestos a sacrificarlo todo en el altar de su devoción por los autócratas. No hay peor mensaje para los aliados de Estados Unidos que ver al supuesto “líder del mundo libre” inclinándose con descaro ante la influencia rusa.
Pero la traición no se limita a la esfera militar. La eliminación de programas de ayuda a naciones necesitadas es la manifestación de una política exterior que ha sustituido la compasión por la crueldad, la solidaridad por la indiferencia, y el liderazgo moral por la codicia mezquina. Este desmantelamiento no solo destruye el legado humanitario de Estados Unidos, sino que abre la puerta para que potencias como China y Rusia llenen el vacío con su influencia.
No sabemos si los aliados de Estados Unidos van a seguir confiando el frágil equilibrio global a individuos que ven a Putin como un modelo a seguir y a las democracias vulnerables como meros peones sacrificables en su juego de poder.
No sé si el mundo tiene un Plan B para la seguridad colectiva, porque Trump y sus secuaces han dejado claro que su prioridad no será la defensa de la libertad, sino la promoción del autoritarismo.
*Periodista, publicista y profesora venezolana. Doctora en Ciencias de la Información. Reside en Palm Beach, Florida.
VIDEO COMPLETO DEL ENCUENTRO EN LA CASA BLANCA, EL 28 DE FEBRERO DE 2025