Funeral de Dama de Blanco cierra dramática historia de reunificación familiar
Por IVETTE LEYVA MARTÍNEZ
La batalla del ex prisionero político cubano Jorge Luis González Tanquero por mantener con vida a su esposa tuvo un dramático desenlace en Tampa, poniendo fin al sueño de reunificación familiar.
Marlene González Conesa, de 42 años, falleció la noche del pasado 27 de julio en un hospicio en esa ciudad tras ser desconectada de los aparatos que la mantenían artificialmente con vida.
La familia de Marlene decidió autorizar legalmente su desconexión después que las condiciones físicas de la mujer se deterioraran, sin esperanza de mejoría, durante las últimas semanas. Ella permaneció ingresada en estado de coma en el hospital Town & Country de Tampa, luego de sufrir un infarto cerebral el pasado 28 de enero.
La pareja tiene una hija, Melissa, que cumple 15 años el próximo 11 de agosto.
“Mi hija está muy afectada, pero tenemos que levantarnos y seguir adelante, no podemos reducirnos al sufrimiento”, agregó González Tanquero, de 41 años, integrante del llamado Grupo de los 75.
El funeral de Marlene se celebrará este miércoles 3 de agosto, en la Funeraria “Julio González” de Tampa, entre 10 a.m. y 2 p.m. A continuación se realizará al sepelio en un cementerio de esa ciudad.
La historia de Marlene y González Tanquero es una de las más desgarradoras tragedias de separación familiar que ha dejado la represión política en Cuba en las últimas décadas. El matrimonio permaneció unido por 15 años.
González Tanquero, un ex profesor de Matemática en Las Tunas, fue detenido el 19 de marzo de 2003 como parte de la ola represiva conocida como la Primavera Negra de Cuba. Recibió una condena de 20 años de cárcel y logró su liberación el 22 de julio del 2010, gracias a la mediación del gobierno español y la Iglesia Católica ante el régimen de Raúl Castro.
Durante su etapa en prisión, Marlene se mantuvo activa en el reclamo de la liberación de su esposo y formó parte del movimiento cívico de las Damas de Blanco en Las Tunas.
Acosada y sometida a actos de repudio en su localidad, Marlene tomó el camino del exilio en el 2007, acompañada de Melissa. Ambas se radicaron en Tampa, donde residía parte de la familia de Marlene.
Al producirse la excarcelación de González Tanquero, Marlene y Melissa viajaron a Madrid para un efímero reencuentro familiar, luego de siete años de cárcel y separación. Ellas ni siquiera pudieron despedirse en la cárcel de él cuando les llegó la salida del país.
Tras producirse el accidente cerebrovascular de Marlene en enero, González Tanquero recibió una visa humanitaria para venir a Estados Unidos y ponerse al cuidado de su esposa enferma y ocuparse de la atención de Melissa.
No se imaginaba entonces que a su drama personal y familiar se añadiría un litigio legal por mantener a su esposa con vida artificial.
Considerando el dictamen médico de muerte cerebral, el seguro médico de Marlene se negó a costear indefinidamente su estadía en el hospital. El abogado cubanoamericano Ralph Fernández, radicado en Tampa, intercedió en la disputa legal para impedir que la mujer fuera llevada a otra institución sin el consentimiento de su familia.
“Estoy muy agradecido a todos los que me ayudaron cuando llegué a este país”, comentó el ex prisionero.
González Tanquero y su hija han decidido mudarse definitivamente a Miami luego del funeral.
“Tenemos que reponernos de este golpe y dejar atrás el dolor que hemos sufrido en estos meses”, comentó. “Mi hija lo necesita para salir adelante”.
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