Exdiplomático estadounidense sentenciado a 15 años tras modificarse acuerdo de culpabilidad
Finalmente la sentencia se hizo firme tras adjuntarse al acuerdo los términos de restitución de víctimas y desnaturalización de Rocha por un proceso civil. El acusado prometió cooperar con las autoridades estadounidenses.
El exembajador estadounidense Víctor Manuel Rocha, quien se declaró culpable de espiar para el gobierno cubano, fue finalmente sentenciado este viernes a 15 años de prisión tras una enmienda de última hora en el acuerdo de culpabilidad.
Rocha, de 73 años, compareció ante un tribunal federal en Miami para declararse culpable de dos cargos en virtud de un acuerdo entre la fiscalía y sus representantes legales: defraudar al gobierno de Estados Unidos y conspirar para actuar como agente de un gobierno extranjero.
El exdiplomático fue encausado bajo 15 cargos y, después de declararse inocente, aceptó su culpabilidad el pasado 29 de febrero.
El acuerdo incluía una sentencia máxima de 15 años de prisión con tres años de libertad supervisada, además de una multa de $500,000 dólares, pero inicialmente la jueza Beth Bloom lo rechazó por considerar que carecía de restitución para las posibles víctimas y no incluía la opción de desnaturalizar a Rocha por sus actos de traición.
Bloom insistió en saber la razón por la cual la fiscalía no despojó a Rocha de la ciudadanía estadounidense, que obtuvo por un proceso de naturalización en 1978. El exembajador es natural de Colombia.
Para la jueza, la ciudadanía estadounidense fue “un beneficio, un privilegio, un honor” que Rocha obtuvo por fraude cuando estaba involucrado en actividades contra Estados Unidos al servicio de Cuba. “¿Por qué eso no era importante para el gobierno de Estados Unidos?”, se cuestionó Bloom.
El fiscal Jonathan D. Stratton respondió que sí se valoró despojar al acusado de su ciudadanía, pero se priorizó que admitiera su culpabilidad.
“No estamos haciendo concesiones ni renunciando a la división civil que persigue la desnaturalización como parte de su caso. Simplemente no lo estamos exigiendo”, señaló el fiscal, que advirtió que por motivos de edad el despojo de la ciudadanía dejará pocos beneficios si Rocha consigue expirar su condena con 88 años.
La fiscalía afirmó además que la única víctima de las acciones de Rocha en los dos cargos aceptados era el gobierno de Estados Unidos.
“No puedo aceptar que la única víctima sea el gobierno de Estados Unidos. No sé si hay más víctimas y quiero saberlo… No sé si ustedes lo saben”, increpó la jueza a los fiscales.
Bloom se mostró contrariada con el trabajo insuficiente de la fiscalía, recordó que Rocha había estado designado como segundo jefe de la misión diplomática en La Habana durante el derribo de las avionetas de la organización Hermanos al Rescate, en febrero de 1996, y dijo que el acuerdo debía dejar abierto el camino de la compensación a víctimas.
“Nunca en mis 30 años como jueza me he enfrentado a un caso como este”, confesó la magistrada, que se manifestó inflexible ante la propuesta original del acuerdo.
En un primer momento, la jueza había dado una semana a ambas partes para reelaborar los términos del acuerdo, pero la fiscalía pidió se le permitiera reunirse por 20 minutos con la abogada defensora, Jacqueline Marie Arango, para modificar el texto siguiendo las pautas establecidas por Bloom.
Y finalmente la sentencia se hizo firme tras adjuntarse al acuerdo los términos de restitución de víctimas y desnaturalización por un proceso civil. La audiencia se extendió por más de tres horas.
Los 15 años de condena es el máximo de sentencia que el acusado podía recibir al declararse culpable. Rocha deberá asimismo deberá cumplir con el requisito de cooperar con el gobierno de manera incondicional y dar toda la información sobre los contactos establecidos durante su trabajo para el gobierno cubano por más de cuatro décadas.
“Rocha ha prometido cooperar con el gobierno de Estados Unidos”, dijo el fiscal asistente David Newman al término de la audiencia. “Haremos que cumpla con sus obligaciones”.
Newman señaló que la cooperación será “un proceso largo”.
A Rocha se le permitió hablar en la audiencia cuando el acuerdo fue aceptado.
“Soy un hombre de 73 años. Durante mi etapa de formación, estuve fuertemente influido por la política radical de la época, pero ya no veo el mundo con los ojos radicales de mi juventud”, dijo el acusado.
En su declaración ante el tribunal, también admitió haber traicionado el juramento de lealtad a Estados Unidos.
“Asumo toda la responsabilidad … Sé que mis acciones también han causado un gran dolor a mi familia, a mis antiguos compañeros y a mis amigos más cercanos. Les pido a todos mi comprensión y perdón”, concluyó Rocha.
La jueza tuvo duras palabras hacia el acusado.
“Sus acciones fueron un ataque directo a nuestra democracia y a nuestros ciudadanos”, manifestó Bloom. “Usted prometió lealtad a esa bandera… y lo que declaró de palabra cuando juró o afirmó que defendería la Constitución: eso fue una mentira”.
En sus increpaciones al acusado, la jueza enfatizó: “Una y otra vez usted hizo un juramento de cargo al que vulneró y le dio la espalda a un país que se lo concedió todo”.
“Este es un claro recordatorio de que en el Departamento de Justicia identificaremos a todas las personas que colaboran con nuestros enemigos y tratan de hacer daño a Estados Unidos”, afirmó el fiscal Newman en una conferencia de prensa posterior al fallo judicial. “El trabajo de Rocha por cuatro décadas ha llegado al final”.
El fiscal dijo que “cada promesa que Rocha hizo al gobierno estadounidense fue una mentira” y recordó que su colaboración con el régimen cubano desde 1973, cuando se encontraba en Chile.
Rocha comenzó a trabajar en el Departamento de Estado en 1981.
El fiscal señaló que este caso recuerda que el espionaje y las amenazas contra Estados Unidos no provienen solo de países como Rusia y China.
“Este caso enfatiza la amenaza que representa el gobierno cubano para Estados Unidos y la comunidad del sur de Florida”, aseveró Newman. “Una de las prioridades del gobierno cubano es penetrar y socavar las estructuras del gobierno de Estados Unidos”.
La jornada estuvo matizada con manifestaciones de exiliados cubanos en las afueras del tribunal, pidiendo una severa condena para Rocha, que está detenido el pasado 1 de diciembre. De haber ido a juicio y ser hallado culpable de los 15 cargos imputados su sentencia pudo ascender a 60 años de prisión.
El veterano diplomático prestó servicios a la inteligencia cubana por más de 40 años, mientras fungía como un alto funcionario del Departamento de Estado y asesor del Comando Sur de Estados Unidos.
Rocha sirvió como experto interamericano en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos entre 1994 y 1995, luego fue vicejefe de la Sección de Intereses en La Habana (julio de 1995 a julio de 1997), y figuró como principal diplomático en Argentina (1997-2000) y embajador en Bolivia (2000-2002) en períodos decisivos para el rumbo político de esos países en el contexto latinoamericano.
Su contribución como agente cubano se considera uno de los más nocivos daños a la seguridad nacional de Estados Unidos durante las últimas décadas. El expediente delictivo de decenas de páginas permanece sellado con los pormenores del comportamiento de Rocha y las implicaciones de sus pasos como topo de los intereses de Cuba en las altas esferas del gobierno de Estados Unidos.
Hasta el momento el gobierno cubano no ha hecho ninguna referencia al caso de Rocha.
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