La guayaba de cartón: pasta dental con aire… y alégrate

Entre las noticias más insólitas que en las últimas semanas han aparecido en la prensa cubana descuellan el huevo gigante de Las Tunas y el boniato despampanante de Guantánamo, pero nada compara con el cuento de la pasta dental con aire que nos despachó el periódico Granma el día de la independencia patria.

Así como se los cuento, fue un artículo de 20 de mayo. ¿Quién les iba a decir a los fundadores de la república que 109 años después nuestra ilustre prensa estuviera discutiendo temas tan trascendentales?

Resulta que la gente está comprando poca pasta dental en Cuba desde que comenzó a venderse de forma liberada. Debe recordarse que el gobierno decidió que desde este año no iba a distribuir más jabón y pasta dental por la libreta de racionamiento, porque los cubanos se ha malacostumbrado demasiado a eso de que les subsidien los productos.

Pues sí, la pastica Dentex que la Unión Suchel le está disparando a los consumidores en moneda nacional no tiene mucha aceptación. Según el eufemismo del Granma, se trata de “una crema económica, con una fórmula adecuada a su categoría”, lo que hace pensar que el saborcito de Dentex no debe ser muy agradable que digamos.

Será un gran avance con respecto a la inefable Perla de tubo metálico, pero la gente prefiere gastarse los chavitos en una pasta dental de mejor calidad o esperar a que sus parientes le manden Colgate Total desde Miami.

Inconformes con el aire

No sólo es un problema de sabor, sino de desconfianza hacia un producto que  presenta serias irregularidades de fabricación y mercadeo. La población se queja de que la pasta viene con aire. Así mismitico, por muy raro que le suene: con aire.

Y ante la inconformidad generalizada, el Granma ha salido para sacarle las castañas del fuego a la Industria Ligera y aclararle al pueblo que nadie se está robando la cremita dental cubiche, que el proceso tecnológico se está cumpliendo cabalmente y que todos los tubitos plásticos revisados al azar por los reporteros pesan por igual 126 gramos.

La directora de producción y ventas de la Unión Suchel, una tal Luz Elena Ronda, lo trata de explicar así: “Todos los tubos de pasta, incluyendo a las marcas líderes del mercado mundial, contienen aire en su interior (…) Es imposible envasar al vacío por dos motivos: primero, porque la máquina no sella el tubo si el fin del mismo contiene residuos de pasta, y segundo, porque el tubo podría estallar”.

Según las estadísticas ofrecidas para convencer a los incrédulos consumidores, el 70 por ciento de los tubos son de importación y vienen sellados en la boca. El otro 30 por ciento es de fabricación local y tecnológicamente es imposible sellarlos.

Al parecer, por ahí anda la clave de la pasta con aire, pero el artículo dice que no, que no es práctica mundial el sellado del producto y que así pasa con las cremas dentales que se expenden en las tiendas en divisas a lo largo del país.

Símbolo de los nuevos tiempos

Y si no están convencidos del todo, pues a otra cosa. Que, como advierte el artículo, ya bastante se hizo con dejar atrás la era de la pasta Perla, y el momento actual no está para “inflar” sospechas y descontentos. Curiosa defensa de los derechos del consumidor que termina amonestándolo.

Porque el tema aparentemente simple de la “pasta con aire” es todo un símbolo de los nuevos tiempos en Cuba y de lo que les espera a los ciudadanos nacionales como parte de las transformaciones económicas en marcha.

Esto es lo que la producción estatal puede brindarle hoy al cubano de a pie: un producto mediocre. Para mejorar la fórmula de la Dentex -está escrito por el periodista- “sería necesario un incremento del gasto en su producción, con una elevación por tanto de su precio”.

Y para concluir, por si no lo leyó bien, se lo vuelven a repetir: “En relación con la calidad, es preciso además tener en cuenta el criterio de la industria: elevarla es posible, pero no manteniendo el actual precio“.

De manera que si usted entiende que la calidad de vida es también el jabón, el papel sanitario y la pasta dental, pues vaya cogiendo otra vereda. Tras 52 años, lo que puede ofrecerle la industria gubernamental es pasta con aire. Y si quiere otra mejor, vaya a comprarla con otro dinero diferente al que recibe como salario.

Un insulto de leso consumidor, auténticamente Hecho en Cuba.

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