I love you, Miami*: Venetian Pool
– En el barrio residencial de Coral Gables, escondido detrás de paredes de estuco y barrotes de hierro, se encuentra uno de los lugares más hermosos de Miami: la piscina veneciana o Venetian Pool, como la conocen todos.
Fue construida en 1924 y es la única piscina en el Registro Nacional de Lugares Históricos de Estados Unidos.
Originalmente, el lugar donde se encuentra era una cantera de piedra caliza. El arquitecto Phineas Paist tuvo a su cargo el diseño de la instalación, que se llamó Casino Veneciano en sus primeros tiempos.
Concebida como una gruta veneciana a gran escala, tiene cascadas que se derraman en una laguna con cuevas de roca de coral e islote de palmeras. Cuenta además con una pequeña playita de arena.
Está rodeada un edificio al estilo español de tres pisos -que ofrece una hermosa vista del lugar- y galerías cubiertas de enredaderas, refugio ideal para los bañistas bajo el sol implacable del verano miamense. Un pequeño puente completa el paisaje.
En su época de mayor esplendor hubo góndolas que se desplazaban por sus aguas. Las orquestas de Paul Whitman, la más popular en Estados Unidos en los años 20, y la de Jan Garber, con sus melodías de jazz, deleitaban a parejas que danzaban al borde de la piscina. Era frecuentada por los nadadores y estrellas de cine Esther Williams y Johnny Weismuller.
Actualmente más de 300 mil personas visitan anualmente la Venetian Pool.
Cada noche de los meses de verano los 820 mil galones de agua fresca que la llenan son reemplazados por agua fresca de una fuente acuífera subterránea. En 1988 se incorporó un método de reciclaje de agua mediante filtración, a fin de proteger los recursos acuíferos del sur de la Florida. Un año después se completó la mayor restauración del histórico lugar.
Venetian Pool se encuentra en 2701 De Soto Boulevard, Coral Gables, FL 33134.
*Esta sección es un tributo a nuestra ciudad, vilipendiada y estigmatizada desde izquierdas y derechas, y a la vez tan poco conocida, incluso por sus propios habitantes.
El grito de “I love you, Miami”, pronunciado por el pitcher cubano Liván Hernández cuando el equipo de béisbol de los Florida Marlins ganó la Serie Mundial de 1997, es recordado como una de las más elocuentes expresiones de amor por esta ciudad que nos acoge.