I love you, Miami*: El farito de Key Biscayne
El faro es el edificio más antiguo de la región y fue construido en 1825 en Cape Florida, al extremo sur de Key Biscayne, como guía en la navegación en una zona llena de corales.
Diez años después, los enfrentamientos entre indios seminoles y colonizadores durante la Segunda Guerra Seminole llegaron hasta el remoto paraje.
En julio de 1836, después que los indios mataran a una familia en el área donde hoy se encuentra Fort Lauderdale, los colonizadores se refugiaron en Key Biscayne, uno de los cayos más protegidos del sur.
En la tarde del 23 de julio el faro fue atacado y quemado por los seminoles. El farolero sobrevivió casi de milagro, pero su asistente murió en el ataque.
El faro quedó fuera de servicio durante el resto de la guerra, que concluyó en 1842. Se volvió a encender nuevamente en 1847. La altura de la edificación aumentó de 65 a 95 pies, nuevos lentes quedaron instalados en 1861, y las escaleras de madera fueron sustituidas por 119 escalones de hierro.
Sin embargo, poco después simpatizantes de los confederados destruyeron parte de su interior para que no pudiera servir de guía a un navegante de la Unión que controlaba las aguas de la zona. El faro fue reparado y entró en servicio nuevamente en 1866.
Otro faro lo sustituyó en 1876 y los lentes del farito y el aparato de iluminación fueron desmontados y enviados a Staten Island, Nueva York.
Desde 1967 el histórico faro forma parte del parque estatal Bill Baggs Cape Florida, que abarca 500 acres de tierra.
La última restauración del farito se llevó a cabo tras el paso del huracán Andrew en 1992.
Actualmente el lugar acoge a miles de visitantes que disfrutan de la playa, se dedican a la pesca y practican deportes como el kayak y el ciclismo.
*Esta sección es un tributo a nuestra ciudad, vilipendiada y estigmatizada desde izquierdas y derechas, y a la vez tan poco conocida, incluso por sus propios habitantes.
El grito de “I love you, Miami”, pronunciado por el pitcher cubano Liván Hernández cuando el equipo de béisbol de los Florida Marlins ganó la Serie Mundial de 1997, es recordado como una de las más elocuentes expresiones de amor por esta ciudad que nos acoge.