Grandes Ligas: Cuatro peloteros cubanos juegan en la postemporada
Por Alberto Aguila
Puede ser una casualidad. En cada uno de los juegos efectuados hasta la noche del domingo en la postemporada de Grandes Ligas han estado presentes peloteros de sangre cubana.
Los cuatro jugadores que hasta ahora figuran como regulares en sus novenas son hijos de padre y madre cubanos.
Otros tres cubanos que militan en los equipos envueltos en los playoff no quedaron finalmente en la reducida lista de 25 jugadores que cada conjunto selecciona para la postemporada: los lanzadores zurdos Alberto Castillo (D-Backs de Arizona) y Raúl Valdés (Yankees de Nueva York) y el jardinero Leonys Martín (Rangers de Texas). El pitcher José Ariel Contreras (Phillis de Filadelfia) estaba ya fuera desde hacía rato por una lesión que lo llevará al quirófano.
Raúl Ibáñez, de los Phillis de Filadelfia, nació en Manhattan, Nueva York, pero se crió y reside en Miami. Entre los 15 peloteros cubanos que jugaron la temporada del 2011 como regulares en Grandes Ligas, fue el que más dinero ganó: $12.1 millones de dólares.
Yunieski Betancourt, nació en Villa Clara, una de las provincias centrales de la isla, y juega fijo el campo corto de los Cerveceros de Milwaukee. Tiene ahora 29 años y está en su primer playoff.
Uno de los puntales de los Tigres de Detroit es Alex Avila, su catcher estelar y nativo de Miami. Estuvo presente en 141 juegos y fue uno de los receptores de mayor carga en la contienda del 2011.
El otro que forma el cuarteto se trata de Sean Rodríguez, quien no fue regular en ninguna posición del Tampa Bay, pero estuvo casi toda la temporada sobre el terreno, ya que jugó ¡cinco posiciones diferentes! En todas lo hizo muy bien y actuó en 141 programas. Nadie puede discutir que no fue “regular” en el elenco tampeño. Jugó 60 juegos como short stop, 48 en segunda, 30 en tercera, cinco veces custodió la inicial y fue patrullero izquierdo en dos partidos. Como Avila, Rodríguez es un producto neto de Miami.
Algunos podrían preguntarse cuál de ellos sería el más importante y la respuesta es que todos fueron piezas decisivas en sus equipos respectivos.
A Ibáñez casi siempre le tocó batear en turnos de compromiso, como son el quinto y sexto en el orden al bate. Fue tercero en jonrones (20) e impulsadas (84) entre todos los regulares de los Phillis.
Betancourt cometió 21 errores, que son muchos, pero fue uno de los que más entradas jugó en la Liga Nacional. Muchos más juegos se ganaron por su bateo que derrotas tuvieron que ver por su pobre defensiva. El número tres le acompañó por todos lados. En los Cerveceros, fue tercero en juegos jugados, tercero en hits (140), tercero en tubeyes (27) y tercero en impulsadas (68), aunque casi siempre compareció como octavo o noveno bate de la alineación.
Con dos campañas solamente en su historial en Grandes Ligas, Alex Avila se pasea entre los mejores receptores de la actualidad. También fue tercero entre los de su posición en promedio al bate (295), despachó 19 cuadrangulares y remolcó 82 carreras. Con los arreos puestos fue primero en promedio de hombres capturados en intentos de robo (40).
Plato fuerte de octubre
Los playoffs de Grandes Ligas constituyen el mejor manjar que pueden recibir los seguidores de la pelota. En la postemporada que agrupa a los mejores cuatro equipos de cada Liga, aparecen las figuras cimeras durante la campaña regular.
La mayoría de los jugadores que fueron al Juego de las Estrellas de este año estan ahora en esta fase y al revisar los líderes individuales de ambos circuitos, se puede observan que solo faltan en esta etapa cuatro o cinco peloteros de los que encabezaron los diferentes departamentos del bateo y el pitcheo.
Están ausentes, porque sus novenas no clasificaron, Adrían González (Medias Rojas de Boston) y José Bautista (Azulejos de Toronto), un par de jerarcas con la estaca en la Liga Americana.
De la Nacional no aparecen en postemporada José Reyes (Mets de Nueva York)) líder en bateo, Matt Kemp (Dodgers de Los Angeles), primero en jonrones e impulsadas, y el lanzador Clay Kershaw (también de los decepcionantes Dogers), quien ganó 21 juegos con cinco derrotas y lideró a los ponchadores (248).
El resto de los mejores está en los playoffs, que es de lo bueno, lo mejor.
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