Una semana después: Kamala Harris recauda $200 millones y atrae a 170 mil voluntarios de campaña
Respecto a Cuba, Harris manifestó una postura alineada contra el embargo en 2019, muy a tono con la línea política implementada por la administración Obama, pero su posición como parte del gobierno dio un giro de prudencia.
Una semana después de anunciarse la retirada de la contienda electoral del presidente Joe Biden, la campaña de la vicepresidenta Kamala Harris recaudó $200 millones de dólares desde que emergió como la probable candidata del Partido Demócrata.
La campaña de Harris anunció este domingo su último total de recaudación de fondos y señaló que la mayor parte de las donaciones (66%) proviene de contribuyentes debutantes en el ciclo electoral de 2024 y que se realizaron después de que Biden anunciara su salida de la contienda y respaldó a Harris.
Más de 170,000 voluntarios también se han inscrito para ayudar a la campaña de Harris con llamadas telefónicas, campañas y otros esfuerzos para conseguir votos.
Lo cierto es que entre anuncio de Biden en la tarde del domingo 21 de julio y las horas actuales, el panorama de la elección presidencial en Estados Unidos exhibe un rostro muy cambiado. El Partido Demócrata ha logrado un punto de inflexión para su estrategia política de cara a la Convención de Chicago, fijada del 19-22 de agosto, y el ambiente que se respira entre sus seguidores y simpatizantes, es totalmente distinto al de semanas anteriores.
“El impulso y la energía de la vicepresidenta Harris son reales, y también lo son los fundamentos de esta contienda: esta elección será muy reñida y se decidirá por un pequeño número de votantes en solo unos pocos estados”, escribió Michael Tyler, director de comunicaciones de la campaña, en una declaración.
Harris hizo campaña en Pittsfield, Massachusetts, el sábado, atrayendo a cientos de personas a una recaudación de fondos que se había organizado cuando Biden todavía estaba a la cabeza de la lista demócrata. Originalmente se esperaba que la recaudación de fondos alcanzara unos $400,000 dólares, pero terminó sumando alrededor de $1.4 millones, según el reporte de la campaña.
Los apoyos a Harris han venido de los pesos pesados del liderazgo demócrata. La expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi; el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer; el líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries; el expresidente Bill Clinton y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, le dieron de inmediato su respaldo.
El expresidente Barack Obama y su esposa Michelle Obama, anunciaron oficialmente su apoyo este viernes.
Mientras tanto, el candidato republicano Donald Trump, su compañero de fórmula, el senador JD Vance, y sus representantes han intensificado los esfuerzos para enmarcar a Harris como una política de extrema izquierda, ajena al sentir mayoritario del pueblo estadounidense.
Vance dijo el domingo, después de una parada en un restaurante en Waite Park, Minnesota, que Harris “ha recibido un pequeño empujón desde el lanzamiento de su campaña”, pero predijo que pronto se disipará.
“Van a conocer lo que es una radical. Van a saber que es básicamente una liberal de San Francisco que quiere llevar las políticas de San Francisco a todo el país”, dijo Vance.
Vance se hizo eco de Trump, quien en una aparición de campaña con Vance en St. Cloud, Minnesota, este sábado, llamó a Harris una “liberal loca” y la acusó de querer “desfinanciar a la policía”.
En cuanto a los votantes cubanoamericanos del sur de Florida, la escalada de Harris hasta los primeros planos de la eventual candidatura demócrata, ha generado reacciones encontradas.
Una mayoría de partidarios de Trump ha comenzado a agitar banderas que van desde los ataques a Harris por “socialista radical” y decidida a eliminar el embargo contra Cuba, hasta la avalancha de insultos misóginos y escatológicos en las redes sociales.
Respecto a Cuba, Harris tenía una postura alineada contra el embargo en 2019, muy a tono con la línea política implementada por la administración Obama. Las declaraciones más claras contra el “fallido embargo” en boca de la entonces candidata Harris aparecen en el diario Tampa Bay Times, pero no hay nada que no sepamos de ese alineamiento típicamente demócrata en medio de la campaña de 2020.
Más allá de eso, como senadora Harris copatrocinó la Ley de Libertad para Viajar a Cuba, en 2017. La copresidenta de su campaña fue la congresista Barbara Lee, conocida por sus estrechos vínculos y admiración de Fidel Castro.
En efecto, Harris era una ferviente partidaria de una política de acercamiento a Cuba desde el Senado y como candidata demócrata, pero desde la administración Biden la situación respecto al régimen cubano tomó un giro de prudencia, especialmente después de las protestas masivas en la isla el 11 de julio de 2021.
Ni la administración Biden siguió al pie de la letra una política hacia Cuba al calco de lo instrumentado por Obama entre 2008-2016, ni las condiciones reales de la relación bilateral son las mismas que favorecieron el acercamiento entonces La Habana-Washington. De manera que especular y satanizar a Harris por una supuesta política flexible hacia a Cuba es, cuanto menos, chapucero y precipitado.
Habrá tiempo suficiente para saber su actual postura hacia Cuba, si es realmente que Cuba puntea entre los temas de interés de los debates preelectorales de las próximas semanas.