Carta respuesta a un discípulo de Domingo del Monte

Domingo del Monte (Maracaibo, 1804 - Madrid, 1853)

Domingo del Monte (Maracaibo, 1804-Madrid, 1853)

El escritor Leonardo Padura ha enviado esta carta pública en respuesta a un artículo aparecido la víspera en el sitio digital Diario de Cuba. A petición suya, CaféFuerte la reproduce a continuación.

Mantilla, 4 de marzo de 2012

Señor:

No suelo responder a ciertos tipos de ataques. No está en mi ánimo ni personalidad. Pero esta vez me he sentido motivado a escribirle estas breves líneas. Seguramente usted, porque sí es su ánimo y propósito utilizar a otros para intentar sobresalir, responderá a esta con otra caterva de improperios y sandeces. Pero puede estar tranquilo: no perderé mi tiempo (que utilizo, en lo fundamental para crear y vivir) en contestarle, ni invertiré una pizca de mi inteligencia en rebatirle sus insultos, pues lo único que conseguiría es lograr lo que usted busca: colocarle en el foco del interés que, por sus propios méritos, nunca ha logrado ni logrará.

Seré breve, como le prometía, y resumiré en tres puntos mis palabras:

1. Resulta verdaderamente revelador que mi comentario “Los profesionales del odio” haya motivado su ataque a mi persona, cuando yo no menciono jamás su nombre. Es usted, entre todas las personas posibles, el que se ha sentido aludido, como si fuese la encarnación en el presente del espíritu de Domingo del Monte. Eso advierte a las claras que le sirvió el sayo. Y que la viscosa sustancia delmontina es como los bichos malos: nunca muere. Usted es el más lamentable y fiel ejemplo.

2. No responderé a sus insultos personales. No puedo dedicar un segundo a pensar en ellos, pues no son otra cosa que la expresión del odio y la envidia a que aludo en mi antes mentado comentario que tanto le picó. Sus sandeces, por demás, están más que respondidas por mi actitud ante la vida y la literatura.

3. No me llame amigo. Nunca he sido amigo suyo y, si alguna vez hubiera sido posible esa contingencia, desde ahora y para siempre le digo que no suelo tener amigos de la catadura moral que exhibe usted.

Con toda mi gratitud por darme la ocasión de escribirle estas palabras y tener la certeza comprobada de que Domingo del Monte grabó en algunas gentes las cualidades de su espíritu y ejemplo.

Leonardo Padura

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