Serie Mundial, juego 4: Los Yankees están vivos
Los Yankees evitaron la barrida y dieron señales de vida ante sus enardecidos seguidores, con una contundente victoria de 11x4 ante los Dodgers. Esta noche tendremos otro choque de vida o muerte.
Por Alberto Águila
Fue realmente el juego de la sobrevivencia, pero sobre todo fue la noche de Anthony Volpe, el shortstop de los Yankees de NY.
Volpe disparó un providencial jonrón con base llenas en el tercer capítulo y paró en seco a los Dodgers de Los Angeles en el juego 4 de la Serie Mundial, que por momentos parecía destinada a una barrida. El batazo de Volpe dio vuelta al marcador, que favorecía en ese momento a los Dodgers 2×1 y el juego fue definitivamente otro, con los ánimos enardecidos de la afición en el Yankee Stadium.
El partido terminó 11×4, con un despertar productivo de los Yankees de New York y un hit tardío del adormecido Aaron Judge. Las botellas de Moët & Chandon, el espumoso champagne imperial, ya esperaban a los californianos en el clubhouse para celebrar por todo lo alto, después de que en el inning de apertura Freddy Freeman repitió la gracia y envió la bola sobre las cercas del bosque derecho para remolcar a Mookie Beets y establecer un nuevo récord, al empalmar su cuarto cuadrangular en cuatro desafíos de Serie Mundial y aumentar a seis sus bambinazos corridos, porque cuando actuaba con los Bravos de Atlanta desapareció la pelota en sus dos últimos juegos de Serie Mundial.
Volpe, el torpedero del Bronx, criado y formado en el área de Nueva York, tuvo su gran jornada en Grandes Ligas. Anotó una en el segundo, un inning después metió el bambinazo impulsor de las carreras decisivas, conectó un doble y se robó tres bases para convertirse en el hombre prominente de la victoria yanqui.
Además, la jornada del martes resultó provechosa igualmente para los otros dos de la tanda baja, porque Austin Wells pegó un bambinazo y Alex Verdugo lo secundó con doble y sencillo. Entre los tres, de 10-5, con siete impulsadas. Mientras, el trío del terror del equipo, Soto-Judge-Stanton, se quedó con solo tres incogibles en 11 turnos. Hubo también un bambinazo de Gleyber Torres, con tres carreras empujadas.
El joven quisqueyano Luis Gil, abridor de los Yankees, trabajó cuatro capítulos y de cierta manera cumplió su rol, porque cuando lo relevaron dejó a su novena delante. Por los Dodgers actuaron cuatro lanzadores, todos relevistas tradicionales, según el plan del mentor Dave Roberts. Los Yankees usaron seis lanzadores, con victoria para Clay Holmes.
Esta noche prosigue la contienda, con otro choque de vida o muerte para los Yankees. Para tratar de prolongar la Serie, volverá a la trinchera su astro Gerrit Cole, quien tendrá frente a su rival del primer choque, el también derecho Jack Flaherty. Será la despedida del béisbol por esta temporada en el Yankee Stadium y ojalá sea de jolgorio para los anfitriones.
Nadie ha logrado revertir un 0-3 en Serie Mundial en la historia de Grandes Ligas, pero siempre hay oportunidad para una primera vez. No sé si el champagne volverá a enfriarse antes de tiempo.
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