Serie Mundial, juego 3: Dodgers siguen con el efecto Freeman y ponen a los Yankees en el abismo

Los Dodgers derrotan a los Yankees 4x2 en Nueva York y ponen la Serie Mundial en punto de mate. Esta noche todo puede quedar decidido.

Serie Mundial, juego 3: Dodgers siguen con el efecto Freeman y ponen a los Yankees en el abismo
Freddie Freeman, el titán de los Dodgers en la Serie Mundial. Foto: X-Los Angeles Dodgers.

Por Alberto Águila

El final de la Serie Mundial 2024 toca a las puertas, a menos que los Yankees de Nueva York transformen la pesadilla en un milagro. Un milagro inédito, porque ningún equipo ha conseguido una revertida de 0-3 en un Clásico de Otoño.

El clubhouse de los Dodgers huele a champagne desde esta misma noche de martes, pase lo que pase en Nueva York.

El juego tres, la noche de este lunes, fue aún mucho más dominante para los Dodgers que los anteriores en Los Angeles. Un jonrón tempranero de Freddy Freeman apenas comenzado el encuentro sentenció la tercera victoria seguida de los Dodgers y los situó a un paso de barrer a los Bombarderos del Bronx por tercera vez en su historia. La victoria fue de 4×2, pero el juego se mantuvo sin carreras para los de casa hasta el noveno inning, cuando apareció el bate de Alex Verdugo para escapar de una espesa lechada.

La barrida anterior que sufieron los Yankees se remonta a 1976, cuando los Rojos de Cincinnati, la Maquinaria Roja con el cubano Tany Pérez, los despacharon en cuatro desafíos, lo cual sacó de paso al magnate George Steinbrenner y, fuera de toda razón, increpó al mánager Billy Martin de la peor manera: “¿Cómo es posible me hayas hecho esto a mí”? El patrono actual es su hijo Hal Steinbrenner, pero si hay una barrida ahora no sé si repetirá la escena increpatoria, pues el jefe actual no tiene la boca tan suelta como su padre.

De regreso al desafío de esta noche, los Dodgers marcaron otra en el tercero y otra en el sexto para desequilibrar por completo a los locales, que se vieron impotentes al extremo de protestar varias veces al árbitro en conteos de bolas y strikes.

Junto al pedestal de Freeman, que se aproxima determinado al MVP de la Serie con sus tres jonronazos al hijo, hay que poner otro este lunes para el abridor de los azules, Walker Buehler, quien en noche de gala apeló a su ramillete de cuatro costuras, sliders, curvas y cutters (rectas cortadas) a diferentes velocidades para dejar perplejos a sus rivales con la tranquilidad pasmosa de un consagrado. Cuando las cosas van saliendo bien en un equipo, todo se concreta de una manera especial, y Buehler ha reverdecido laureles después de una severa lesión en su brazo derecho. Su actuación fue impecable en cinco innings completos, con 76 lanzamientos, cinco ponches y solo dos hits permitidos.

A la hora de recoger los bates Alex Verdugo disparó un cuadragular con Anthony Rizzo en base, ante el superconfiado cerrador Michael Kopeck, pero ya con dos out en el pizarrón y luego Gleyber Torres, el primer bate, falló en una rolata inofensiva al cuadro.

Algo muy notorio ha sido la sequía al bate del coloso Aaron Judge, amordazado por los pitchers rivales, y junto a los pobres desempeños de los restantes bateadores pues se ha convertido en causa principal del descalabro yanqui. El diagnóstico de Judge es grave, de 43-6 en postemporada, con un anémico promedio de 140, con 20 ponches atragantados.

En realidad, todo ha salido mal, hasta el corrido desde segunda de Stanton en el cuarto inning, el cual nadie en su sano juicio hubiera ordenado.

La actuación de los Yankees ha enardecido a sus “rabiosos” parciales, que no aceptan ver a su equipo alicaido en este enfrentamiento crucial con su archienemigo histórico. Once ponchetes recibidos en este tercer juego es otra prueba la ofensiva enclenque de los Mulos. Los únicos promedios decentes los ostentan Rizzo (364), Soto (326), Stanton (298) y Torres (271), pero solo con ellos y sin ligar batazos oportunos no se puede ganar en ninguna liga.

Este martes saldrá el dominicano Luis Gil a la lomita de los Yankees a tratar de prolongar la Serie, mientras que el mentor Dave Roberts no ha señalado aún abridor. ¿Tendremos juego cinco? De cualquier manera, los Yankees están en la punta del abismo y una revisión completo de su róster se tendrá que imponer al finalizar esta contienda.

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