Serie Mundial, juego 2: Joya monticular de Yamamoto y lesión de Ohtani
Con la serie 2-0, los Dodgers comenzaron a pensar ya en poner sus manos sobre el trofeo de campeones, mientras los Yankees regresan a casa para una ronda de tres juegos con la tarea inaplazable de matar o morir.
Por Alberto Águila
La máxima atención del segundo juego de la Serie Mundial quedó entre los japoneses de los Dodgers de Los Angeles: el lanzador Yoshinobu Yamamoto y el superdotado Shohei Ohtani, en una mezcla agridulce.
En la segunda escala de mención, los jonronazos que dieron todas las carreras a los Dodgers para posicionarse a dos pasos del título: Tommy Edman, Teoscar Hernández y, otra vez, Freddie Freeman.
Un deslumbrante trabajo monticular de Yamamoto por 6.1 innings guió a Dodgers a una victoria de 4×2 frente a los Yankees la noche del sábado, poniendo a la escuadra de Los Angeles en posición ventajosa para su viaje a Nueva York, donde el lunes se reanudarán las acciones en el tercer juego de la Serie.
Así las cosas, los Dodgers comenzaron a pensar ya en poner sus manos nuevamente sobre el trofeo de campeones, mientras los Yankees regresan a casa para una ronda de tres juegos con la tarea inaplazable de matar o morir.
Yamamoto demostró que su contrato de $325 millones de dólares no es una exageración, y que posee todos los recursos necesarios para hacer maravillas en el arte de lanzar. Después de los dos primeros episodios, con alguna tendencia al descontrol, y soportar el cuadrangular de Juan Soto, único imparable en todo su desempeño, empezó a imponer autoridad y con pasmosa serenidad, como auténtico japonés, acudió a su repertorio de ensueño, alternando sus envíos de rectas de cuatro costuras, curvas, sliders, splitters y cutters, para dominar con facilidad a los del Bombarderos del Bronx.
De los Yankees que llegaron intimidantes al Dodger Stadium tras haber vencido a palo limpio en sus dos combates anteriores de postemporada con Kansas City y Cleveland, solo queda esperar un resuello o irse temprano a casa. El zurdo cubanoamericano Carlos Rodón no estuvo bien y sigue cogiendo castigo de largometraje en sus aperturas.
Edman abrió la ofensiva de los anfitriones con un bambinazo por el bosque izquierdo en el segundo acto y una entrada después los caballotes Teoscar Hernández y Freddie Freeman hilvanaron sendos vuelacercas para producir tres carreras, definitivas. Los Yankees amenazaron seriamente en el noveno, castigando al bullpen rival al marcar una rayita y situar las carreras del empate y ventaja en circulación, pero la rebelión quedó solo en quimera. El emergente José Treviño, que goloso quiso aprovechar el primer pitcheo del relevista zurdo Alex Vesia y falló en elevado al jardinero central.
Los Yankees dieron cuatro hits, entre ellos un metrallazo impulsor de Giancarlo Stanton, quien sigue demostrando su poder de MVP en la alineación de los Mulos. No así su compañero Aaron Judge, que lleva seis ponches de todos los colores en los dos partidos y se ve totalmente desajustado y desconcentrado en sus comparecencias al home. Momento de actuar del mánager Aaron Boone y moverlo en el line up.
El otro momento de alta tensión en el juego involucró al ídolo local Ohtani, que salió a robar la segunda almohada en el séptimo y al deslizarse sufrió un percance en el brazo izquierdo. Las primeras informaciones sobre su estado vinieron del mánager Dave Roberts, quien confirmó que el astro nipón sufrió una dislocación parcial del hombro izquierdo, a la espera de una prueba de resonancia magnética para determinar la gravedad de la lesión.
Por los resultados filtrados este domingo, todo parece indicar que el daño es menor, que Ohtani conserva total movilidad y fuerza en el brazo, y que volverá a la alineación en el juego del próximo lunes. De lo contrario, sería devastador para los Dodgers y la estrategia de la batalla en la Serie Mundial cambiaría completamente para los dos bandos.
Lesión aparte, ni Ohtani ni su rival Aaron Judge, las dos columnas ofensivas de sus respectivos equipos, han podido rendir lo que se esperaba de ellos en estos dos partidos, y los aficionados que aspiraban verlos con sus bates rabiosos se han tenido que conformar con la esperanza de una resurrección. Al parecer los pitchers y sus entrenadores han encontrado los puntos débiles de ambos, sobre todo del “juez”, que en nueve turnos solo tiene un imparable con las seis cafiroletas que se ha tragado. Ohtani no anda muy bien tampoco, de 8-1.
Este lunes ambos clubes estarán en el Yankee Stadium por tres juegos y cualquier cosa puede ocurrir. Estamos en la Serie Mundial y el parque neoyorquino es de distancia cortas y tensiones latentes. La pugna está más que inclinada hacia los Dodgers, pero en la pelota siempre hay que esperar hasta que no se acabe. Seguimos por aquí después del receso dominical a ver qué pasa.
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