Rosa Marquetti: Reparar el olvido

Por Aída E. Bueno Sarduy* 

Sin amor nada se engendra
Excilia Saldaña

Decidir qué recordamos y qué desatendemos puede que no sea siempre un ejercicio asistido por la voluntad, ni mucho menos una decisión individual. Toda sociedad humana se ocupa de señalizar los acontecimientos y figuras que estamos en cierta medida obligados a conocer y recordar; y dado que no podemos recordarlo todo se establecen prioridades.

Suele ser común en casi todas las sociedades humanas que lo masculino ocupe la mayor parte de lo que nos es conminado a recordar, ya que por lo general los hombres se asumieron como protagonistas únicos de la historia. Por eso, si cerramos los ojos y pensamos en personalidades destacadas en cualquier ámbito del conocimiento científico o artístico, una lista de nombres masculinos, generalmente de hombres blancos y casi siempre poderosos o relacionados con el poder, aparecerá en nuestra mente, como si formaran parte de nuestro árbol genealógico.

Esta anomalía, esta irracionalidad, resultado del ejercicio continuo de dominación masculina que durante siglos ha pretendido borrar de la historia no solo los hechos sino las figuras e incluso los nombres de las mujeres, es responsable de la ausencia de éstas en las narrativas y relatos que fundan nuestra memoria colectiva. Si sumamos a ello la supremacía racial que se ha confabulado para borrar o minimizar las aportaciones de las personas no blancas en las sociedades que se fundaron en el colonialismo y la esclavitud, este expolio adquiere dimensiones incalculables. Todo ello nos obliga a exigir una reparación en la medida de lo posible, porque dentro de los olvidados de la historia, las mujeres -y más aún las mujeres afrodescendientes- se han llevado la peor parte.

En el ámbito de la ciencia y también de la creación artística, el siglo XX ha constituido una época de reconocimiento de nombres de mujeres prominentes que durante siglos permanecieron ocultas, fuera de la historia oficial, excluidas de los catálogos de pintura, de escultura y también de los logros y descubrimientos científicos. En la música no ha sido diferente, ya que incluso en un ámbito tan público y expresivo como el musical, donde resulta más complejo negar la presencia y relevancia de músicos, compositores y cantantes, los hombres negros han obtenido más reconocimiento que las mujeres negras, a pesar del enorme talento y virtuosismo de muchas de ellas.

Estamos obligadas por ello a situar en el lugar que merecen a mujeres afrodescendientes que brillaron desde el escalafón que pudieron alcanzar, no siempre a la altura de sus méritos, en una sociedad marcada profundamente por el racismo y la supremacía masculina.

Por eso este libro, Triunfar era la opción. 20 mujeres afrocubanas en la música del siglo XX, avalado por la trayectoria investigadora de una de las estudiosas más sobresalientes de la música cubana, Rosa Marquetti Torres, es no sólo una invitación a recordar estos nombres sino también a celebrar la vida y la trayectoria de 20 mujeres afrocubanas que triunfaron en la música, en un mundo que no les puso las cosas fáciles, constituyendo además, un regalo extraordinario que inscribe cada uno de esos nombres en la memoria colectiva del pueblo cubano y en la genealogía de mujeres afrocubanas ilustres, que no podemos ni debemos pasar por alto.

Los hechos referidos a cada una de las protagonistas son narrados tan deliciosamente que transcienden a la escritura misma e invitan a conjeturar, se abren como ventanales de una casa antigua desde los cuales es posible observar e imaginar el mundo en el que estas mujeres extraordinarias vivieron.

Al leer cada historia algo dentro se conmueve y se saborea una sensación sublime: la de haber llegado a tiempo para conocerlas, tributarles el reconocimiento debido y celebrar con ellas la vida. Gracias por todas las horas dedicadas a reparar estos olvidos y por la ternura que aflora en cada historia. Gracias por este aporte inestimable a la revalorización de las mujeres negras en la música cubana. Sólo desde el amor puede engendrarse algo tan hermoso.

Angelita Bequé, María Teresa Vera, Chiquita Serrano, Paulina Álvarez, Graciela Pérez Grillo, Aurora Lincheta, Merceditas Valdés, Numidia Vaillant, Elba Montalvo, Zenaida Manfugás, Gina León, Pilar Morales, Celeste Mendoza, Lupe Victoria Yoli Raymond, Freddy, Moraima Secada, Gigi Ambar, Maggie Prior, Enriqueta Almanza…

Ya no olvidaremos sus nombres.

*Doctora en Antropología y realizadora audiovisual. Reside en España. Estas reflexiones aparecen como Prólogo del libro Triunfar era la opción. 20 mujeres afrocubanas en la música del siglo XX, de Rosa Marquetti, y se publican en Café Fuerte con el consentimiento de la autora.