Luto en la música y la industria del espectáculo: Ha muerto Quincy Jones
Jones, fallecido este domingo a los 91 años, fue un genio que revolucionó la industria musical y el mundo del espectáculo, acarició la gloria y produjo los hitos más innovadoras e impactantes de nuestra época.
Quincy Jones, el genio que revolucionó la industria musical y el mundo del espectáculo, acarició la gloria y produjo los hitos más innovadores e impactantes de nuestra época, falleció la noche de este domingo a los 91 años.
El deceso de Jones ocurrió en su casa de Bel Air, un suburbio de Los Angeles, California, según informó en un comunicado su publicista, Arnold Robinson. El artista murió rodeado por su familia, incluidos hijos y hermanos.
“Era verdaderamente único y lo echaremos de menos profundamente; nos reconforta y enorgullece enormemente saber que el amor y la alegría, que eran la esencia de su ser, fueron compartidos con el mundo a través de todo lo que creó. A través de su música y su amor sin límites, el corazón de Quincy Jones latirá por la eternidad”, señaló la familia en la declaración.
La histórica carrera profesional de Jones por más de seis décadas es monumental y abarca múltiples esferas de la creación artística, desde la composición, el arreglo y la innovación en sonoridades contemporáneas, hasta la producción de discos, películas, series de televisión y espectáculos que batieron récords de ventas y resonancia mundial.
Un verdadero líder de la industria musical y un artista que colaboró -y también inspiró- a las grandes figuras de su tiempo. La lista es inmensa y prominente: Frank Sinatra, Ray Charles, Duke Ellington, Ella Fitzgerald, Paul Simon, Aretha Franklin, Michael Jackson, Steven Spielberg…
En 1963 produjo el éxito de Lesley Gore «It’s My Party” y al año siguiente hizo los arreglos para la joya jazzística-pop «Fly Me to the Moon», con Sinatra y Count Basie, una pieza que conforma definitivamente la banda sonora de Estados Unidos.
Sinatra fue quien le puso desde entonces el apodo de «Q», que fue muchos años después el título de su autobiografía, publicada en 2001. Con la publicación de Q, Jones también escalaría la cúspide de autor de éxito.
Fue el primer afroamericano en ocupar un cargo ejecutivo en un importante sello musical de propiedad angloamericana, como vicepresidente de Mercury Records.
Jones fue el productor de Thriller, el disco y el video musical de Michael Jackson que sacudieron el mundo de la música y el entretenimiento en 1983, con ventas de 20 millones de copias. Poco después, en 1985, fue el artífice de “We Are the World”, el sencillo dedicado a paliar la hambruna en África que reunió a una constelación de estrellas, y produjo con Jackson otro de sus éxitos arrasadores, Bad (1987).
Compuso las bandas sonoras de la serie televisiva Raíces (1977) y de filmes como A sangre fría (1967) y El color púrpura (1985); catapultó las carreras de Whoppy Goldberg, Oprah Winfrey y Will Smith; ganó 28 premios Grammy; y su figura estuvo siempre rodeada de presidentes y celebridades extranjeras, estrellas de cine, músicos, filántropos y líderes empresariales.
Su catálogo musical reúne los momentos más extraordinarios de la música y los ritmos estadounidenses de las últimas décadas. Fue un profeta del experimento y la renovación que se sentía cómodo con todas las formas de música, tanto creaciones estadounidense como foráneas, desde el swing o la balada melódica, el jazz, el soul o los vigorosos ritmos del hip-hop y el rap.
Jones fue también un creador y amante del jazz, y mantuvo una estrecha relación con músicos cubanos como los pianistas Chucho Valdés y Alfredo Rodríguez. De Rodríguez fue su mentor y mánager, y le facilitó su viaje y permanencia en Estados Unidos a partir de 2008.
“Hoy el mundo ha perdido realmente a una leyenda. Mi mentor, mi amigo, mi familia, el Maestro Quincy Jones. No encuentro las palabras adecuadas para describir lo agradecido y honrado que estoy por los muchos años de bellos momentos que tuve el privilegio de vivir junto a Quincy. Cambió mi vida y mi música de muchas maneras positivas. Te echaré de menos Q para siempre”, escribió Rodríguez.
En 2017 estuvo en Cuba para participar en las jornadas por el International Jazz Day en La Habana. Asistió también a la descarga conjunta de músicos cubanos y estadounidenses en el Anfiteatro de Guanabacoa.
Jones nació en Chicago el 14 de marzo de 1933 y empezó su carrera musical como trompetista y pianista de jazz. Luego se fue a París para estudiar composición con Nadia Boulanger, mentora de Igor Stravinsky y Aaron Copland.
Acumuló los premios honoríficos más codiciados. Recibió la Legión de Honor de Francia, el Premio Rudolph Valentino de Italia y lla Medalla Nacional de las Artes y las Humanidades de Estados Unidos.
El documental Quincy (2018), realizado por su hija Rashida Jones y Alan Hicks, resume momentos trascendentales de su vida desde una perspectiva íntima.
“Mi filosofía como hombre de negocios siempre ha tenido las mismas raíces que mi credo personal: tomar a las personas talentosas en sus propios términos y tratarlas de manera justa y con respeto, sin importar quiénes sean o de dónde vengan”, confesó Jones en su autobiografía.
Fue un titán y un adelantado, un ecuménico de la música. Y tal vez un talento tan peculiar como irrepetible.