La Freddy de Cuba: Una mujer que canta para nosotros
La puesta en escena no intenta reproducir la imagen de la mítica cantante, sino capturar la esencia, la garra de esta artista natural, que es voz y sentimiento puro, nobleza de corazón y talento para el canto.
Por Jorge Carrigan
Teatro Tower, el nuevo espacio que se ha abierto para las artes escénicas de Miami, nos acaba de dar un espléndido regalo en su acogedora sala pequeña con La Freddy de Cuba, una producción de la compañía De La Cruz Theater Performing Arts que rinde tributo a la excepcional cantante cubana, fallecida prematuramente.
La obra fue escrita por Yesler de la Cruz, quien tuvo también a su cargo la puesta en escena, con la destacada actuación de Betsy Rodríguez. La música es interpretada en vivo por Pedrito González, presente en la escena de principio a fin de la obra, por lo que pienso que el director debió encomendarle más participación, y que la interacción con el personaje protagónico hubiera enriquecido, sin dudas, ambos caracteres.
Se trata de un texto en apariencia sencillo, dirigido a darnos información de todo aquello que no hemos alcanzado a saber acerca de lo más hondo en la azarosa vida de esa gran intérprete que fue Fredesvinda García Valdés, y a quien conoceríamos simplemente como la Freddy.
La inigualable bolerista nació en Céspedes, provincia de Camagüey, en 1934 y murió en San Juan, Puerto Rico, en 1961, a los 26 años, convertida en un mito de la música cubana e inmortalizada en la célebre novela Tres Tristes Tigres, de Guillermo Cabrera Infante. Un caso único y estremecedor de una empleada doméstica y cocinera convertida en estrella fugaz.
Lo que en principio parecía una historia sencilla, el autor le va inyectando toda la admiración que siente por la artista y hace que el relato de la corta vida de la intérprete, a través de la devoción de Yesler, convierta a la Freddy en un personaje entrañable ante el espectador.
Yesler de la Cruz es uno de los jóvenes que despunta como dramaturgo y director en el tan necesitado teatro de Miami. Además de una larga lista de trabajos como actor, Yesler ha emprendido este difícil camino con proyectos que comienzan a ser cada vez más variados en cuanto a temática y más ambiciosos en cuanto a complejidad. Si la experiencia nos dice lo cierto, probablemente estemos viendo germinar aquí una de las ramas del futuro del teatro de Miami. Mucho estudio y fogueo escénico quedan por delante a este joven director para consagrarse, pero vemos en él no sólo al actor devenido escritor y creador de puestas en escena, sino el aglutinador de jóvenes que aman el teatro, se preparan y trabajan a su lado. Ojalá todos sigan bregando junto a él y proyectándose hacia ese futuro.
La actriz Betsy Rodríguez aceptó el desafío enorme de encarnar la compleja personalidad de la artista. En primerísimo lugar, Betsy no se parece físicamente al personaje que representa. Tampoco canta como lo hacía la Freddy, gigante y voluminosa. Pero la puesta en escena que nos propone Yesler no intenta reproducir la imagen de la cantante, sino capturar la esencia, la garra de esta artista natural, que es voz y sentimiento puro, sin afeites, pero también nobleza de corazón, talento para el canto y amor por este arte.
La actriz deberá cargarse de ese espíritu y hacerlo llegar a los espectadores. En eso consiste el tremendo reto. Desde su entrada Betsy se crece y desde la primera canción hace gala de todo su encanto y capacidad para entregarse al personaje y que los espectadores veamos y escuchemos sobre el escenario a aquella gran bolerista que muchos no pudimos ver. No es raro entonces que, a pesar de su aun corta carrera desde que llegó a Estados Unidos, Betsy Rodríguez haya alcanzado en New York, con este personaje, los premios ACE y Talía como Mejor actriz en una obra de teatro musical y Mejor actriz en un espectáculo unipersonal.
Lamentablemente el pasado sábado 2 de diciembre fue una función única de La Freddy de Cuba, luego de sus presentaciones en el Sandrell Rivers Theater y en New York. Pero queremos seguir viendo esta y muchas otras obras que están por venir, para que el trabajo de este grupo de jóvenes siga marcando el camino.