El Ballet Clásico Cubano de Miami abre con una gran producción de “Giselle” su temporada 2024
“Tenemos una compañía consolidada, que quiere trabajar a un nivel profesional más elevado, ese es el punto que hay que probar para que la gente nos apoye un poco más”, dijo Eriberto Jiménez, director general de la agrupación.
El Ballet Clásico Cubano de Miami (CCBM) abrirá su temporada 2024 con una gran producción de Giselle, que se presentará los próximos días 9 y 10 de febrero en el Miami-Dade County Auditorium.
“Este año hemos querido comenzar con una producción clásica. Hace años que no hacíamos una producción completa de un ballet clásico y escogimos Giselle, que es un ballet romántico que todo el mundo quiere, que todo el mundo conoce en esta ciudad, donde hay un público amplio de balletómanos”, explicó el coreógrafo Eriberto Jiménez, director general del CCBM.
Jiménez considera que este ha sido un proyecto ambicioso que ha requerido esfuerzos adicionales para poder asegurar un estreno con un alto nivel artístico.
Por eso, mientras ensaya con el cuerpo de bailarines de la compañía en Miami, en Ciudad de Panamá se están preparando integrantes del Youth Ballet Company de Panamá, que se unirán al grupo una semana antes del estreno.
“El pasado mes [diciembre] viajé a Panamá para dejar montado el segundo y ellos siguieron ensayando allá”, relató el coreógrafo. “Son todos muchachos muy jóvenes y talentosos, y la directora de la agrupación, María Eugenia Herrera, trabajamos juntos el año pasado”.
También ha incorporado a la coreografía integrantes del grupo local Sanctuary of the Arts Choreographic Ensemble.
“Esta es una pieza que lleva muchos bailarines y he necesitado buscar fuerzas de diferentes partes”, añadió Jiménez.
Los ensayos del CCBM tienen lugar en el llamado Santuario de las Artes, en una céntrica iglesia metodista de Coral Gables. El lugar que abrió hace cinco años y es una iniciativa para que espacios de iglesias locales se conviertan en centros culturales.
Después de Giselle, la temporada continuará en marzo con Choreographers Showcase, un programa creado para destacar el trabajo de jóvenes coreógrafos de Miami.
“Ese es un programa para desarrollar danza contemporánea y moderna en un espacio más pequeño”, comentó Jiménez.
Para mayo, el CCBM estará presentándose en el teatro Fillmore de Miami Beach con Bodas de Aurora, el tercer acto de La Bella Durmiente, joya del repertorio clásico.
Y luego del 20 de julio al 12 de agosto será la culminación con el programa del Festival Internacional de Ballet de Miami, que este año cumple 29 años de existencia y contará con 12 funciones durante tres fines de semana, con la asistencia de primeras figuras y prestigiosas compañías invitadas.
Jiménez tomó las riendas del CCBM en 2018 al morir el fundador y director general del grupo, el coreógrafo cubano Pedro Pablo Peña, quien creó la compañía en 2006.
“He querido continuar el proyecto que él comenzó y donde lo acompañe trabajando por 30 años en todo lo que hizo artísticamente en esta ciudad”, dijo Jiménez, que es de origen colombiano, pero se formó con maestros cubanos y reconoce que ha desarrollado su creación dentro de la “metodología cubana”.
El coreógrafo considera que hay un público para el ballet en Miami.
“Es un público exigente porque son conocedores. Al tradicional público cubano se han unido otros grupos que se han asentado en esta comunidad, venezolanos, brasileños, argentinos, que están habituados a ver ballet en sus países”, opinó.
Pero la cuestión económica y los fondos para asegurar la estabilidad de la compañía siguen siendo los retos mayores. La agrupación ha ampliado su labor a dos grandes producciones y tres más pequeñas durante la temporada.
“Tenemos una compañía consolidada, que quiere trabajar a un nivel profesional más elevado, ese es el punto que hay que probar para que la gente nos apoye un poco más”, aseguró.
Aunque admite que los fondos se han incrementado en los últimos años, no son suficientes para tener una compañía más estable, poder pagarles sueldos a los bailarines y no depender solo de los contratos por presentaciones, que es como opera durante cada temporada.
“La idea es tener un grupo fijo”, indicó Jiménez. “Queremos garantizar por lo menos un cuerpo estable de bailarines locales, y traer invitados a los solistas y bailarines principales. En un futuro, cuando podamos contar con un presupuesto más alto, aspiramos a tener parejas de bailarinas principales en la compañía para un trabajo constante”.
En el grupo se mezclan actualmente bailarines de Rusia, de Brasil, cubanos, colombianos, mexicanos, un gran mosaico representativo de lo que es Miami.
“Hemos querido hacer este primer ballet completo de repertorio empezando con Giselle y esperamos que la comunidad nos apoye”, dijo el artista.
Giselle. Funciones Viernes 9 de febrero y sábado 10 de febrero, 8 p.m., en Miami-Dade County Auditorium , 2901 W Flagler St, Miami, FL 33135. Boletos en la taquilla del teatro o en https://www.cubanclassicalballetofmiami.org/tickets. La compañía advierte que el precio de los boletos oscila entre $35-$65 y los interesados no deben aceptar precios excesivamente elevados que están ofreciéndose en otros sitios no oficiales.