Miguel Barnet niega en LASA igualdad de derechos a opositores del gobierno
Sillas vacías en protesta por negativa de visa a 10 academicos cubanos
La Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) reclamó el derecho de los cubanos a asistir a eventos académicos para hablar por sí mismos sobre su propia realidad, pero al parecer la exigencia de la organización no se encamina a proteger por igual a aquellos que manifiesten opiniones discrepantes con el régimen de la isla.
Al menos, eso fue lo que el presidente de la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el escritor Miguel Barnet, dejó bien claro durante su intervención el jueves en una reunión con asistentes al XXX Congreso de LASA en San Francisco: “No acepto dar el mismo derecho de los académicos a los mercenarios”.
Barnet salió al paso a una intervención del sociólogo Ted Henken, profesor de Baruch College-Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), quien abogó en el encuentro por defender el mismo derecho para todos los cubanos, y mencionó los casos del economista disidente Oscar Espinosa Chepe y la bloguera Yoani Sánchez, ambos sistemáticamente impedidos de viajar a conferencias en el exterior por decisión del gobierno cubano.
Sánchez y Espinosa Chepe fueron invitados al Congreso de LASA en el 2010, pero no recibieron el debido permiso de las autoridades cubanas.
Barnet y Mariela Castro
El intercambio se produjo durante una reunión de la Sección Cuba de LASA, en la que se discutió una resolución de condena a la política de Washington de negar visas a académicos cubanos, y se abogó por la liberación de los cinco espías presos en Estados Unidos. Junto a Barnet estaba Mariela Castro, la hija del gobernante Raúl Castro, luego de su participación en un panel sobre sexualidad y política en la isla. Castro permaneció en la reunión sin hacer declaraciones.

El escritor Miguel Barnet, critico de los opositores al regimen
La Sección Cuba rindió un tributo silencioso a los 10 académicos impedidos de viajar al foto de San Francisco, dejando igual número de sillas vacías, con sus nombres, en el salón. En total, 65 académicos e intelectuales de la isla recibieron visas para venir al Congreso.
“Si nosotros, como una organización que existe para promover las relaciones científicas y culturales con Cuba, tomamos una posición pública a favor de intercambio académico bilateral y contra la manipulación política de ese tipo de viajes, entonces debemos hacerlo en ambas direcciones y para todas las personas”, consideró Henken, un reconocido estudioso de asuntos cubanos.
Las palabras de Henken provocaron airadas reacciones en el auditorio, incluyendo la de Jorge Mario Sánchez Egozcue, profesor de la Universidad de La Habana y jefe de la parte cubana en la Sección Cuba de LASA.
“Varios de lo que hablaron en contra de mi intervención fueron mis propios colegas estadounidenses, que parecen solo interesados en defender las libertades civiles de quienes concuerdan con sus opiniones; los demás no merecen ningún derecho”, comentó Henken el viernes a CaféFuerte. “Me parece una actitud hipócrita y ciega”.
En defensa de un principio
El profesor dijo que no quiso dejar pasar la oportunidad para recordarles a todos los miembros de la Sección Cuba que “estábamos abogando por un principio, no por beneficiar una postura en detrimento de la otra”.
Según él, las sillas vacías dispuestas allí debían haber incluido también los nombres de otros cubanos a quienes reiteradamente el gobierno cubano les niega el permiso de salida del país.
La resolución de la sección Cuba de LASA señala que a partir del 2014 la organización decidirá realizar sus conferencias anuales fuera del territorio de Estados Unidos hasta que el gobierno no apoye el derecho de los académicos cubanos a viajar y expresarse libremente.
El documento fue ya presentado por la Sección Cuba a la dirección de LASA, pero no ha sido aceptado aún oficialmente por el organismo académico.
“Yo estaba feliz de firmar y apoyar públicamente la carta de protesta de la Sección Cuba dirigida a la dirección de LASA y al gobierno de Estados Unidos”, explicó Henken. “Sin embargo, creo que es engañoso que nosotros como académicos adoptemos esta posición a menos que nos comprometamos a hacerlo consistentemente cuando cualquier gobierno juegue a la política con los viajes y los intercambios académicos”.
Henken, autor del libro Cuba: A Global Studies Handbook (2008) y acucioso investigador de la blogosfera cubana, ha sido siempre promotor de los intercambios académicos y culturales en ambas direcciones. El pasado semestre tuvo como invitado en Baruch College al profesor Carlos Alzugaray, a quien ahora el Departamento de Estado negó el visado para viajar al evento de LASA.
El académico también ha sido anfitrión en fechas recientes del escritor Leonardo Padura y del grupo Omni Zona Franca. En repetidas ocasiones ha invitado a Baruch College a Sánchez, la bloguera Miriam Celaya y el escritor Orlanzo Luis Pardo Lazo, pero no han recibido el permiso de las autoridades cubanas.
Las reglas de Cuba
Henken reconoce que es Cuba quien impide en muchas ocasiones el flujo normal de las relaciones culturales y académicas. El mismo ha sido interrogado y advertido por reunirse con disidentes durante viajes anteriores a la isla.
“A muchos académicos estadounidenses que tratan de hacer investigaciones académicas, trabajos de colaboración o asistir a conferencias en Cuba también se les negado el acceso por razones políticas en el pasado, como es el caso del profesor Alejandro de la Fuente [de la Univesidad de Pittsburgh]”, recordó. “Estos académicos a menudo optan por ir a Cuba con visas de turista como una manera de evitar la molestia burocrática o el examen ideológico, a riesgo de ser expulsados si se pasan demasiado de la raya”.
El XXX Congreso de LASA concluye sus sesiones este sábado. Algunos de los académicos cubanos tienen planificadas actividades adicionales en universidades e instituciones de Estados Unidos, como es el caso de Mariela Castro.
La directora del Centro Nacional de Educación Sexual viajará a Nueva York para hablar el martes 29 en la Biblioteca Pública de esa ciudad sobre “Los derechos de la comunidad LGBT en Cuba, Estados Unidos y mucho más”, conversando con la activista Rea Carey, directora ejecutiva del National Gay and Lesbian Task Force.
La participación en la actividad de Nueva York ya ha sido cerrada al público y todos los asientos están ocupados.
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