Joven canadiense “optimista” sobre su liberación en Cuba
La odisea de un jovencito canadiense retenido en Cuba durante tres meses por un accidente automovilístico parece acercarse a su fin y podría llegar a Canadá tan pronto como el próximo martes.
Horas después de que el ministerio de Relaciones Exteriores de Canadá advirtiera a La Habana de las posibles consecuencias del caso sobre el turismo canadiense hacia la isla, el joven Cody LeCompte dijo a CaféFuerte sentirse esperanzado sobre su liberación.
“Estoy optimista”, expresó Le Compte en conversación telefónica con CaféFuerte. “Tengo esperanzas de que esto se resuelva”, agregó parcamente desde la habitación de un hotel en la playa Santa Lucía, donde ha estado confinado desde fines de abril.
LeCompte, de 19 años, declinó responder preguntas sobre su estado físico o el trato recibido por las autoridades cubanas.
Gary Parmenter, tío del muchacho, dijo en un mensaje electrónico que un acuerdo para la liberación de LeCompte podría estar listo entre jueves y viernes de esta semana. Cody podría regresar a Canadá el próximo martes.
“Estamos en delicadas negociaciones con las autoridades cubanas y creemos que nos conducirán a que Cody retorne a casa”, manifestó Parmenter.
Las condiciones para que LeCompte pueda abandonar el país serían el pago de una fianza de 2 mil pesos cubanos (unos 85 dólares estadounidenses) y garantías de que regresaría a Cuba para un eventual proceso judicial.
La odisea del joven canadiense en Cuba comenzó el 29 de abril, cuando un camión chocó el auto que conducía en la provincia de Camagüey, de acuerdo con testigos cubanos. Aunque no fue encarcelado, LeCompte se ha visto obligado a permanecer en una habitación del hotel Gran Club Santa Lucía, en Nuevitas. Su madre Danette LeCompte y su tío Parmenter lo han acompañado durante casi todo el tiempo.
Más temprano el miércoles Peter Kent, ministro para las Américas de la cancillería de Canadá, dijo que su gobierno se reunió con representantes cubanos en Ottawa para hablar de la situación de siete canadienses retenidos en la isla, entre ellos LeCompte.
“Aunque estamos conscientes de que las leyes cubanas permiten un largo período de investigación, los funcionarios canadienses expresaron su preocupación porque la investigación de este asunto esté demorando tanto”, afirmó Kent en una declaración escrita.
Las declaraciones de Kent responden a la creciente presión sobre el gobierno del partido Tory de miles de canadienses, descontentos por lo que consideran el desinterés gubernamental por un caso humanitario.
“Desde hace mucho los canadienses prefieren a Cuba como destino turístico. La demora enfrentada por los canadienses que esperan la solución de casos como estos podrían afectar la elección de los canadienses de Cuba como destino turístico en el futuro”, agregó el ministro.
Apoyo popular
Un grupo creado apenas el jueves pasado en Facebook, Bring Cody LeCompte home, ya tiene 3243 miembros, muchos de ellos llamando a boicotear el turismo a Cuba.
Su fundador, Kevin McCart, un restaurador de 34 años, escuchó por primera vez la historia de LeCompte el pasado miércoles en el programa radial de Roy Green, que se trasmite en toda Canadá.
“Me escandalizó que alguien puede ser detenido tanto tiempo por un accidente de tráfico en el que ni siquiera hubo muertos, sin que le hayan formulado cargos. No podía creer que el gobierno canadiense no estuviera haciendo nada. Fui a casa y escribí una carta de apoyo a Cody, pero no me pareció suficiente”, relató McCart a CaféFuerte.
Fue así como decidió abrir el grupo en Facebook, al que se sumó cerca de medio millar de personas sólo el primer día.
Tanto Green, en su espacio radial y en su blog, como el periodista Chris Doucette del diario Toronto Sun han mantenido viva la historia en los medios canadienses.
Canadá es el principal emisor de turistas a la isla con unos 600 mil visitantes anuales, el 43 por ciento del total. Sin embargo, en el primer semestre del año, los viajeros canadienses descendieron un 2,1 por ciento en relación con el mismo período del 2009.
“La ira por lo que le ha pasado a LeCompte ha hecho que muchos canadienses abran los ojos. La gente lo están pensando dos veces antes de ir a Cuba y por lo menos están haciendo más averiguaciones antes de viajar. No todos saben que hay dos Cubas, una para los turistas y otra donde la gente está oprimida por la dictadura comunista”, señaló McCart.
Vacaciones para olvidar
LeCompte se graduó de bachillerato en febrero y poco después fue aceptado en el Sault College para convertirse en técnico de aviación. Como regalo, su madre Danette le regaló un viaje de dos semanas a Cuba. Dos días después de llegar a la isla, decidieron alquilar un auto y viajar a Camagüey junto a Parmenter y su novia cubana.
A pesar de no tener la edad requerida en Cuba -21 años- para manejar un vehículo de alquiler, Cody conducía el Hyundai Accent cuando se produjo el accidente. De acuerdo con el relato de la madre a la prensa canadiense, en una intersección sin semáforo ni señalización, un camión conducido por un cubano los golpeó de costado.
Los cuatro ocupantes del Hyundai resultaron heridos y fueron conducidos a un hospital. La novia cubana del tío de Cody fue la más afectada y tuvo que ser operada del hígado pero ya se encuentra bien, de acuerdo con fuentes cercanas a la familia. El conductor del camión no sufrió heridas.
La madre de Cody, quien es soltera, ha estado pagando 90 dólares canadienses diarios por la habitación y comidas en el hotel camagüeyano. Sumando los gastos por viajes de avión, autos alquilados y honorarios del abogado cubano designado por el gobierno de la isla, Danette calcula en 30 mil dólares el costo de la estancia en la isla.
El abogado cubano pronosticó a Danette que su hijo podría recibir una sentencia de entre uno y tres años de cárcel.
Numerosos simpatizantes de la familia han abierto cuentas bancarias para ayudarla a sufragar los gastos. McCart dijo que está en conversaciones con varios músicos para un posible concierto de beneficencia.
“Esto es una lección para Fidel Castro de cómo funciona una verdadera democracia”, sentenció McCart.