Inspectores de electricidad en Cuba enfrentan agresividad de ciudadanos

Inspectores de electricidad en Cuba enfrentan agresividad de ciudadanosPor Redacción CaféFuerte

Ser inspector de la Empresa Eléctrica parece ser uno de los trabajos menos gratos en Cuba: a pesar del creciente desempleo, no logran cubrirse las plazas ante las agresiones de que son víctimas los empleados estatales.

Un reportaje del diario Trabajadores reveló esta semana que los encargados de fiscalizar el consumo eléctrico en el sector residencial  enfrentan  “riesgos como la integridad física, al ser una acción coercitiva muy fuerte, que impone multas y el corte del servicio por 72 horas”.

Las reacciones airadas de los ciudadanos contra quienes detectan y ajustan cuentas por las infracciones han obligado a las autoridades de la Empresa Eléctrica a enviar a los inspectores en parejas, nunca solos. Las multas pueden ser de hasta 1,500 pesos cubanos (CUP) y los inspectores pueden cobrar la energía sustraída con carácter retroactivo.

El diario menciona el caso de la jefa de un grupo de inspectores en la provincia de Matanzas, Aida Bofill Martínez, a quien “le lanzaron un sillón que por poco la alcanza”.

La misma funcionaria, quien trabaja como inspectora desde hace 23 años, relató un caso más grave: “Peor fue lo golpiza que hace poco recibió el jefe de una oficina comercial. Estuvo muy mal y sin embargo su agresor ya anda suelto.  Todavía no se adoptan medidas legales fuertes… En tanto tiempo, imagínate cuánto odio sienten hacia mí, pero este es mi trabajo”.

Nadie quiere ser inspector

Yoi Serguera y Rauli Pérez, una pareja de inspectores entrevistados en Matanzas, aseguró: “Por eso nadie quiere ser inspector”.

En esa provincia del occidente cubano sólo hay 38 inspectores de una plantilla laboral de 82 plazas. El caso de Matanzas no es aislado. En otras provincias escasean también, como Holguín y Granma. Con frecuencia las sucursales locales de la Empresa Eléctrica  tienen que “pedir prestados” inspectores de provincias vecinas para cumplir con sus metas de trabajo.

Esa fuerza laboral también se ve afectada por bajas a causa de motivos personales “o por actitud” . Las provincias de La Habana, Mayabeque y Villa Clara son las que tienen mayores problemas en la retención del cuerpo de inspectores.

El último reporte de Serguera y Pérez incluye multas por 12 mil pesos. Ambos relataron al diario cubano cómo detectaron a infractores en la calle Medio, una de las principales de Matanzas.

“Cuando conectamos la hornilla, vimos un registro de las pulsaciones inferior a lo que debe ser.  Al examinar el metro, encontramos el  dispositivo para impedir la lectura real en un lugar donde tenían dos sierras, dos aires…, dos televisores…”, relató Serguera a Trabajadores.

Su compañero acotó: “Entonces ahí mismo la gente se hace la ingenua y cuando  se dan cuenta que lo descubrimos y a pagar se ha dicho, ufffff, se ponen furiosas y uno tiene que contar hasta 100 para no dejarse provocar”.

Valores entre 27 mil, 14 mil y 10 mil pesos se abonaron o convinieron en las oficinas comerciales por pagos retroactivos a decenas de personas, informaron las autoridades.

Sobornos a granel

Pero no todos los inspectores son tan celosos en el cumplimiento de sus obligaciones como la pareja matancera.  Muchos compensan con sobornos sus salarios, y en ocasiones han sido enviados a la cárcel por ese acto delictivo. El diario menciona, sin dar más detalles, que en la provincia de Holguín algunos inspectores “cumplen prisión”.

Cada provincia cubana tiene una cuota mensual de consumo eléctrico. Incluso las empresas que sobrepasan su propio plan son penalizadas con cortes del servicio.

El gobierno decretó el pasado año un significativo aumento de las tarifas eléctricas en el sector residencial, con gravámenes de hasdta un 300 por ciento en los hogares de alto consumo.

Entre la población, los trucos más comunes para robar electricidad son descolgar o manipular el metrocontador e instalar “tendederas” para usar la electricidad de las empresas u otras instalaciones de alto consumo. Para contrarrestar esa actividad ilícita, los inspectores están instalando medidores electrónicos, mucho más precisos y difíciles de alterar.

Pero aún así el fraude eléctrico ha ido en aumento en el 2011 en relación con los años previos, confirmando la tendencia creciente en el consumo ilícito. Hasta el mes de agosto se habían detectado 19 mil 546 fraudes en todo el país, de acuerdo con datos de la Unión Eléctrica. El grueso de las infracciones se concentra en las provincias La Habana (4,099), Santiago de Cuba (1,887) y Villa Clara  (1,670).

La Unión Nacional Eléctrica ha acometido una millonaria  inversión para sustituir los contadores obsoletos, instalar sofisticados metros digitales y detener el fraude en el sector residencial, pero las maniobras de la población con el fin de burlar los pagos por el consumo han continuado en espiral.

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