La dolarización del Estado vampiro: Una burla inadmisible a la nación cubana

En este inaudito acto de villanía estamos siendo burlados quienes viven dentro del país y quienes vivimos fuera. A todos nos exprimen, mientras se los permitamos.

La dolarización del Estado vampiro: Una burla inadmisible a la nación cubana
Mercado en dólares de 3ra y 70: la nueva joya gubernamental para exprimir a los cubanos. Foto: Facebook/MDMP.

Por Mauricio de Miranda Parrondo

El gobierno cubano insiste en forjar su descrédito a una gran velocidad, esa que hemos sentido en falta en lo que se refiere a las transformaciones necesarias para hacer viable nuestra economía.

Las medidas recientes demuestran su carácter rentista. Lo suyo es exprimir, pero deberían entender que se puede exprimir hasta el límite de que pueda obtenerse algo de ello. Llega un momento en el que hasta el limón -que una vez nos dijeron que era “la base de todo”- ya no suelta zumo. Tampoco la naranja. Y hasta una colcha de limpiar deja de soltar agua cuando la exprimimos mucho. Exprimir a una sociedad es explotarla, eso no tiene otro nombre. Y que no me vengan a decir que todo eso se hace para mejorar el nivel de vida del pueblo, porque si algo se ha venido deteriorando de forma acelerada es precisamente el nivel de vida del pueblo.

Hace unos años, en los 80’s del siglo XX, emulando a los esclavistas europeos en África, crearon las tiendas del oro y la plata para cambiar las pocas joyas que cubanas y cubanos conservaban por “Certificados de Divisas” (Chavitos), con los que mucha gente desesperada quiso acceder a bienes de consumo que se les acabaron en un santiamén.

Años después crearon las Tiendas de Recuperación de Divisas (TRD), donde se podía adquirir con la divisa del “enemigo” bienes que no existían en las tiendas a las que podían concurrir los cubanos de a pie con el dinero ganado por su trabajo. Ya para entonces había que tener FE (Familiares en el Exterior).

Luego, lo que era una excepción se volvió la regla con el llamado “Período Especial”. Dolarización del consumo pero no de los ingresos, generando una desigualdad hasta entonces no tan evidente, porque ya no era solo la que existía entre dirigentes y resto del pueblo, que siempre ha existido, sino entre los que tenían FE y los que no.

Más tarde, para generar confianza invitaron a los cubanos con tenencia de USD que los depositaran en los bancos y de buenas a primeras esos USD se convirtieron en nuevos “chavitos”, los CUC, que iban a estar respaldados en USD. Pero esa máquina de tragar recursos que ha sido el gobierno cubano en sus diversas épocas, no iba a ponerle fin a su voracidad e imprimieron más CUC que los que estaban respaldados.

Llegó el momento de la “Tarea Ordenamiento” en la que supuestamente se produciría la “unificación monetaria”. Pero no, era un engaño más, una burla más, una nueva extracción vampiresca de los resultados del trabajo de los cubanos de “aquí” y de “allá”, sobre todo de los de allá que llevan mucho tiempo sosteniendo a los de “aquí”. En ese momento los CUC que antes eran USD fueron cambiados a la irrisoria tasa cambio de 24 x 1, que nunca ha sido real.

Luego convencieron nuevamente a cubanos que no quieren que sus familias pasen hambre a que transfieran sus dólares a cuentas MLC para adquirir bienes “de alta gama” que luego fueron también de “primera necesidad”. Y nuevamente los cubanos de buena fe de “aquí” y de “allá” confiaron. Y nuevamente han sido engañados. Ya esas tiendas están desprovistas. Ya esos USD, los billetes verdes del “enemigo”, fueron tragados por la “dolarofagia” gubernamental cubana. Ya no sirven los depósitos en MLC.

Ahora necesitan USD frescos y por eso apelan al efectivo, ya se “tragaron” los depositados y en un inaudito acto de villanía se atreven a no recibir tarjetas en MLC en la nueva tienda de 3ra y 70, cuyas imágenes vi en una transmisión por YouTube y está muy lejos de parecer un Wallmart como sugiere el presentador. Pero ese no es el punto. El punto es que resulta inadmisible tanta burla a la Nación cubana, sí porque aquí estamos siendo burlados quienes viven dentro del país y quienes vivimos fuera. A todos nos exprimen, mientras se los permitamos.

A los defensores del régimen cubano los invito a decir que algo de lo que dicho es mentira. No lo podrán decir. A ellos, sobre todo a ellos, les pregunto: ¿Estamos en presencia de un gobierno revolucionario? ¿Es este un gobierno que trabaja con el pueblo, para el pueblo y por el pueblo? Mi respuesta está clara, NO es un gobierno revolucionario, NO trabaja para el pueblo y por el pueblo. Solo les interesa mantener el poder, aunque con ello destruyan la Nación.

Basta ya de decir que esto es para “perfeccionar nuestro socialismo”. El “socialismo cubano” no existe.

Si el día de mañana su única opción de mantener el poder sea implantar un capitalismo salvaje y dictatorial como el que existe en Rusia, o una sociedad patrimonial preindustrial como la que existe en Haití, no lo dudarán ni un minuto. Esa es mi opinión. Bienvenidos al debate.

Diré algo que he dicho ya otras veces. Nunca antes Cuba ha estado en mayor peligro de perder su independencia. Nunca he sido agorero, pero es lo que puede resultar del análisis de una sociedad que carece de esperanzas respecto a su propia viabilidad.

Defenderé hasta el fin de mis días nuestro derecho a existir como Nación independiente, como cultura y como pueblo en libertad, sin cadenas de ninguna clase.

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