Fallece en La Habana Diocles Torralba, exministro implicado en caso del general Arnaldo Ochoa

Fue condenado a 20 años de cárcel por corrupción. Aunque las acusaciones en su contra no figuraron en el caso Ochoa-De la Guardia, su nombre afloró en varios episodios y el juicio de la Causa No. 1 de 1989.

Fallece en La Habana Diocles Torralba, exministro implicado en caso del general Arnaldo Ochoa
Diocles Torralba González en 1971. Foto: Cortesía familiar.

Diocles Torralba González, figura histórica de la revolución cubana que fue condenado a prisión y tuvo implicaciones en el caso del general Arnaldo Ochoa en 1989, falleció la noche de este jueves en La Habana a causa de un cáncer metastásico. Tenía 84 años.

Según confirmaron fuentes familiares a CaféFuerte, Torralba murió a las 10:15 pm en su casa del barrio del Vedado, aquejado por las complicaciones de un cáncer de colon que le había afectado también otros órganos vitales.

Su destitución como ministro de Transporte y arresto ocupó titulares en la prensa internacional en el verano de 1989, pues coincidió con el escándalo de la llamada Causa No.1, el proceso judicial y el fusilamiento de Ochoa, el coronel Tony de la Guardia y otros dos militares el 13 de julio de ese año.

Aunque las acusaciones en su contra no figuraron en el caso Ochoa-De la Guardia, su nombre afloró en varios episodios de la Causa No. 1.  

Torralba nació en Palma Soriano, antigua provincia de Oriente, en 1939. Siendo muy joven se vinculó al Movimiento “26 de Julio” y luego decidió sumarse a las tropas del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra, alcanzando grados de capitán por su valentía y destreza en los combates.

Es reconocido su papel en la batalla por la toma de Palma Soriano en diciembre de 1958, en las postrimerías de la ofensiva guerrillera que llevó al derrocamiento de la dictadura de Fulgencio Batista.

Al triunfo revolucionario, con apenas 19 años, permanece en las Fuerzas Armadas y es enviado a recibir formación militar en la Academia Frunze en la Unión Soviética, donde se gradúa con honores. Allí coincidió con Arnaldo Ochoa y se consolidó desde entonces una gran amistad entre ellos.

Justamente Torralba estuvo a cargo desde las Fuerzas Armadas de la supervisión del operativo que en 1966 llevó a Ochoa con otros 15 militares cubanos hacia las costas de Falcón, Venezuela, para reforzar la guerrilla que se enfrentaba al gobierno de Raúl Leoni. La expedición fue considerada un gran fiasco estratégico.

Hombre de máxima confianza de Fidel y Raúl Castro, Torralba asumió importantes tareas gubernamentales y dentro de las estructuras del Partido Comunista de Cuba (PCC). En 1975 fue elegido miembro del Comité Central en el I Congreso del PCC, celebrado en La Habana.

Entre 1977 y 1985 fungió como ministro de la Industria Azucarera en un período en que las zafras mantuvieron niveles productivos altos en comparación con la debacle que se precipitaría en los años siguientes.

En 1985 fue designado ministro de Transporte, cargo que desempeñaría hasta su destitución y arresto el 12 de junio de 1989, un día antes de conocerse la detención del General Arnaldo Ochoa, el coronel Tony de la Guardia y otros altos mandos militares procesados en la Causa No. 1.

En el momento de su destitución, Torralba ostentaba también la responsabilidad de vicepresidente del Consejo de Ministros.

La información oficial señaló inicialmente que Torralba había sido destituido por no rectificar su ”conducta personal”, sin especificar detalles, aunque posteriormente afloraron las críticas de la jerarquía gubernamental por su estilo de vida supuestamente licencioso y corrupto.

Además de la estrecha amistad con Ochoa, Torralba estaba unido por vínculos familiares a Tony de la Guardia, quien estaba casado con su hija María Elena Torralba.

Entre las evidencias acusatorias contra Ochoa en el proceso judicial de la Causa No. 1 estuvieron grabaciones de inteligencia de fiestas realizadas en la mansión de Torralba, en las que el general se refería despectivamente a la dirigencia cubana y a la situación del país.

Aunque el nombre de Torralba salió repetidamente en el juicio a Ochoa y De la Guardia, su caso recibió un tratamiento distinto. El 24 de julio de 1989, tras el veredicto judicial y el fusilamiento de cuatro acusados en la Causa No. 1, Torralba fue condenado a 20 años de cárcel por el Tribunal Provincial Popular de la Ciudad de La Habana bajo cargos de malversación, abuso de autoridad, manejo indebido de recursos, ocupación ilícita de edificios y falsificación de documentos públicos.

Fue excarcelado tras extinguir casi la mitad de la condena en la prisión de Guanajay y prosiguió su vida como un ciudadano común, sin ninguna visibilidad pública.

A Torralba lo sobrevive su viuda Patricia y sus hijos Diocles, Elery, Amy, Rafael y Diocles II, y sus hermanos Rosa y Tomás. Su hija María Elena falleció en Estados Unidos años atrás.

Cumpliendo su última voluntad, sus restos serán cremados. La familia realizará una ceremonia privada para depositar las cenizas en el cementerio la semana próxima.

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