Enigma en Tenerife: Dos cubanos implicados en asesinato de prominente empresario canario
Por Juan Carlos Sánchez
La policía española arrestó e investiga a dos cubanos presuntamente relacionados con el asesinato de Raimundo Toledo, empresario canario secuestrado y lanzado dentro de su vehículo en llamas desde lo alto del Mirador de La Centinela, en el sur de Tenerife (Islas Canarias), el pasado 15 de diciembre.
Los sospechosos detenidos son un hombre de 29 años, que fue arrestado en Madrid tras huir de Tenerife, y Sandra P., una mujer de 40 años y novia de un sobrino del fallecido. Ambos se encuentran en prisión preventiva y están siendo interrogados por la Policía Nacional y la Guardia Civil, que trabajan conjuntamente en el esclarecimiento del crimen.
Un tercer implicado, Diego Claudio G. G., de 36 años y de origen australiano, cuenta con antecedentes policiales previos por delitos de agresión sexual a menores, y podría tener alguna relación con el cubano arrestado en la capital española. En su declaración ante el juez, el cubano ha negado su participación en los hechos, aunque admitió conocer algunos detalles relacionados con el crimen, según fuentes cercanas a la investigación, que se encuentra bajo secreto de sumario.
El caso ha causado una gran consternación en la opinión pública canaria.
Fuentes consultadas por CaféFuerte en Tenerife, coinciden en que la muerte de Toledo, de 68 años y presidente de Tenerife de Gasolineras (TGAS) se produjo a causa de un infarto mientras se encontraba retenido tras un secuestro. Ante el imprevisto del mortal infarto, los malhechores decidieron arrojarlo por un barranco en el maletero de un coche, donde el cuerpo apareció calcinado y sin pies ni manos.
El secuestro de la víctima se produjo en los exteriores de su domicilio, en las inmediaciones de la calle Enrique Wolfson, en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Y aunque un testigo alertó del hecho a la Policía Nacional y a la Local, las primeras unidades llegaron al lugar sin encontrar rastros del empresario. Horas más tarde, sobre las 11 p.m., se recibía otra alerta del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (CECOES) de que un Honda CRV de color rojo se había arrojado envuelto en llamas desde lo alto del Mirador de La Centinela.
Por el momento, están abiertas todas las hipótesis, siendo la más probable la de un secuestro por encargo con la finalidad de los captores de obtener un rescate o bien para tratar de extorsionarlo, de acuerdo con la línea que maneja los investigadores de la Unidad Orgánica de Policía Judicial.
Asimismo, fuentes extraoficiales aluden a una posible deuda del fallecido, propietario también de una estación de servicio en El Médano (Granadilla, al sur de Tenerife), la cual habrían intentado cobrar los presuntos homicidas o amenazarle para su pago.
Según fuentes cercanas a la investigación policial, no se descarta incluso que, tras constatar que el empresario había muerto, los ejecutores decidieron amputar sus extremidades y despeñar el coche para intentar eliminar pruebas.
Tío de conocido actor
“El desenlace de este suceso lo revela como un crimen chapucero de personas sin escrúpulos”, dijo una fuente consultada.
La posibilidad de que el asesinato del empresario tinerfeño pueda deberse a motivaciones políticas ha quedado totalmente descartada. Toledo era tío del actor y activista Willy Toledo, defensor a ultranza del régimen castrista y quien incluso decidió irse a vivir a La Habana en 2013 por sentirse “hastiado del capitalismo” en España.
La investigación, que instruye el Juzgado Nº 1 de Granadilla de Abona, sigue abierta, por lo que no se descartan más arrestos en los próximos días.
Salvador Garrido, director general de Petróleos Archipiélago y amigo de la víctima, declaró a los medios españoles que la familia de Raimundo Toledo está destrozada y “lo único que desea es que se levante el secreto de sumario y poder disponer de sus restos para darle el último adiós”,