El Bello País de la Muerte: 102,135 suicidios registados en Cuba desde 1959
El Día Mundial de la Prevención del Suicidio se celebra anualmente el 10 de septiembre, con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las estadísticas de suicidios registrados en Cuba en las últimas seis décadas resultan escalofriantes: al menos 102,135 personas se han quitado la vida desde 1959, según los datos oficiales disponibles.
Aunque la tasa de suicidios en años recientes refleja una disminución que llegó hasta el 12.9 por 100 mil habitantes en 2022, la cifra de muertes por lesiones autoinflingidas sigue siendo notablemente alta, con unos 1,500 casos como promedio anual y un pico de 1,798 en 2021, al parecer como consecuencia de los efectos de la pandemia y el recrudecimiento de la crisis interna a gran escala.
Sin embargo, los índices de suicidios oficialmente reconocidos durante la última década (2013-2022) son mucho más bajos que los experimentados en períodos anteriores. En 1982 la tasa escaló a 23.2, una de las más elevadas a nivel mundial, y para 1986 se mantenía aún en 22.7. En los años más crudos del llamado período especial (1990-1995) estuvo entre el 20.2 y el 21.7.
Los resultados estadísticos obtenidos por CaféFuerte están sustentados en las fuentes disponibles con el mayor grado de confiabibilidad, pero de cualquier manera conforman el mapa tentativo de un fenómeno que ha sido tabú en las consideraciones tanto estatales como en el plano familiar y cultural.
Un compendio fundamental
En la recopilación se han utilizado las cifras divulgadas por los anuarios Oficina Nacional de Estadísticas de Información (ONEI) y de la División Nacional de Estadísticas del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), así como otros datos aparecidos en el Anuario Demográfico de Cuba, INFOMED y artículos científicos de publicaciones especializadas.
Pero sin dudas un compendio fundamental para cualquier localización de datos y enfoque documentado sobre el tema es el libro To Die in Cuba (2005), del profesor e historiador estadounidense Louis A. Pérez, el más abarcador estudio sobre el suicidio en Cuba desde los días de la colonización española y la república hasta los años posteriores a la revolución de Fidel Castro.
El libro de Pérez, catedrático en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, es el resultado de 10 años de investigación en los que se dedicó por entero a revisar archivos, consultar documentos y entrevistar testimoniantes, y visitó Cuba al menos 10 veces para acceder a materiales existentes en bibliotecas e instituciones de La Habana, Matanzas, Cienfuegos y Santiago de Cuba.
¿Hay una disposición innata en el ser cubano a quitarse la vida ante la adversidad y la desilusión? ¿Ocultamos una tendencia autodestructiva tras la imagen proverbial de gente cálida, hospitalaria y musical?
El investigador consiguió rastrear las primeras estadísticas de suicidios en Cuba, que se remontan a 1854, cuando se quitaron la vida 281 personas en la isla. Documentó cada etapa y habló con médicos y funcionarios que abordaron el asunto con la consabida cautela. En la relación numérica de suicidios no obtuvo estadísticas de 1966 y 1967. Tampoco logró acceder a información documental sobre suicidios en las cárceles, ni de la época actual ni de los años de la república.
Fenómeno cultural
La principal conclusión del compendio de Pérez es que debemos entender el suicidio como un fenómeno enraizado en la cultura cubana y en la idiosincrasia de la nación, aunque su análisis no obvia factores que han sido catalizadores en etapas más recientes de crisis extrema como la desesperación y la falta de alternativas en el país.
La definición de El Bello País de la Muerte proviene de una leyenda recogida en el libro Folklore de las Antillas (1909), en el que el periodista Florence Jackson Stoddard relata cómo los aborígenes de la región, desde Bahamas y las islas del Caribe, usaban esa expresión para referirse a Cuba.
Se estima en 30,000 el número de indígenas que se suicidaron en Cuba tras la llegada de los españoles, lo que representaría el 30 por ciento de la población nativa. Las tasas de suicidio también son elevadísimas entre los negros llevados como esclavos desde África a la isla, sobre todo entre los de origen lucumí, y entre los chinos traídos como mano de obra en el siglo XIX.
Los culíes chinos llegaron a Cuba con la creencia de que el suicidio era una efectiva forma de venganza contra sus amos. Las estadísticas del Censo de 1862 muestran que se suicidaron 173 en una población de 34,000 asiáticos, lo que sitúa la voluntad de autoaniquilación en una astronómica tasa de 500 por cada 100 mil.
Muertes en la república
Los datos del período republicano señalan que entre 1902-1958 se suicidaron 28,001 personas en la isla, cifras considerables para una población que llegó a alcanzar los 6.8 millones. En el primer quinquenio de la naciente república, un estudio forense registró la muerte por suicidio de 764 hombres y 355 mujeres.
“Las estadísticas de la república hay que revisarlas también con mucho cuidado y deben ser aceptadas para trazar un perfil de lo ocurrido”, relató Pérez a CaféFuerte. “Muchos de esos hechos no se reportaban, no se admitían como suicidios y se contabilizaban como accidentes, porque era motivo de vergüenza familiar”.
De cualquier forma, la imposición del régimen comunista y las promesas fallidas del paraíso de igualdad y bienestar han sido caldo de cultivo para sentimientos suicidas en la población cubana durante el angustioso peregrinaje revolucionario.
Las cifras no dejan margen de duda. Los 102,135 casos computados en seis décadas de totalitarismo equivalen a un promedio de 1,619 suicidios por año, 135 por mes y 4.5 cubanos que se quitan la vida a diario.
Hasta 2022 –no hay estadísticas accesibles del presente año- el suicidio permanecía como la décima causa de muerte en Cuba, presentada en los reportes oficiales como “lesiones autoinflingidas intencionalmente”. La primera causa de fallecimientos son las enfermedades del corazón (296.5 defunciones por 100 mil habitantes), seguidas de los tumores malignos (227.3).
De acuerdo con un estudio reciente sobre los suicidas cubanos, el método más utilizado es la asfixia por ahorcamiento, y las mayores tasas ocurren en el grupo de edad de más de 60 años, lo que plantea una alarmante situación dado el alto envejecimiento poblacional y las dificultades de atención e ingresos disminuidos que enfrentan las personas de la tercera edad.
ESTADÍSTICAS DE SUICIDIOS EN CUBA DURANTE LA ÚLTIMA DÉCADA (2013-2022)
2013 – 1,500
2014 – 1,454
2015 – 1,511
2016 – 1,437
2017 – 1,565
2018 – 1,501
2019- 1,467
2020 – 1,556
2021- 1,798
2022 – 1,432
Total – 15,221
Fuente: Anuario Estadístico de Cuba 2023. Salud Pública y Asistencia Social.
El Día Mundial de la Prevención del Suicidio se celebra anualmente el 10 de septiembre, con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Más de 700 mil suicidios ocurren cada año alrededor del mundo, por lo que la prevención de conductas autodestructivas constituye una urgencia de salud pública a nivel global.
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