Repsol abandonará exploración petrolera en aguas cubanas
El consorcio petrolero español Repsol no explorará un segundo pozo en aguas profundas cubanas y suspenderá sus actividades de perforación en la isla al menos hasta el 2016.
La decisión fue anunciada este martes en Madrid por el presidente de la compañía Antonio Brufau, al hacer una presentación sobre la estrategia corporativa para los próximos cinco años.
El anuncio sobre la inminente retirada de Repsol del proyecto petrolero de Cuba se produce apenas 10 días después de que la compañía confirmara que no halló hidrocarburos en un pozo del bloque Jagüey, ubicado a unas 22 millas al norte de La Habana. Las exploraciones con la plataforma semisumergible Scarabeo 9 habían comenzado allí en la última semana de enero.
Repsol tenía una segunda opción para perforar luego de que la plataforma fuera usada por la firma Petronas, de Malasia, en aguas aledañas a la provincia de Pinar del Río. Pero esa posibilidad fue eliminada.
No habrá segunda opción
“Con toda seguridad no vamos hacer el segundo pozo”, declaró el ejecutivo petrolero. “Lo razonable sería que ya no tengamos más actividad en Cuba”.
La corporación española tiene contratados seis bloques en la ZEE, compartidos con las petroleras Statoil (Noruega) y ONGC (India), cada una con un 30 por ciento del arrendamiento. Repsol tiene el 40 por ciento.
La noticia echa un cubo de hielo sobre los planes petroleros de Cuba y las expectativas de otras firmas que tienen bloques arrendados en la llamada Zona Económica Exclusiva, conformada por 59 bloques en una área de 112,000 kilómetros cuadrados.
Contactado por CaféFuerte sobre la inesperada decisión de la petrolera, el portavoz de Repsol, Kristian, dijo que “se están evaluando los resultados del primer pozo”, pero es altamente improbable que se perforen más en el futuro inmediato.
Rix declinó dar más detalles sobre el asunto, pero insistió en que se trataba de una “decisión técnica”, sin implicaciones políticas.
El nuevo posicionamiento de Repsol contrasta con las declaraciones ofrecidas el pasado 18 de mayo, cuando la empresa no descartó el “éxito en otros pozos en la zona”.
¿Inconformidad con Cuba?
En los últimos días, fuentes de la industria petrolera circularon versiones extraoficiales de que los directivos de Repsol se hallaban calibrando el futuro de las exploraciones en aguas cubanas tras la decisión de Argentina de expropiar la empresa YPF, filial del consorcio español, y la declaración de respaldo ofrecida por el gobierno de Raúl Castro a esa medida confiscatoria.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner anunció la nacionalización de YPF el pasado 16 de abril. Tres días después Cuba emitió oficialmente una declaración de apoyo al gobierno argentino.
“Cuba reitera su plena solidaridad con la República Argentina y afirma que a dicha nación le asiste todo el derecho de ejercer la soberanía permanente sobre todos sus recursos naturales, incluidos los hidrocarburos”, indicó un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Las relaciones de Repsol con la estatal Cubapetroleo estaban en un punto de máxima colaboración. Al anunciarse la puesta en marcha de las perforaciones de la Scarabeo 9, Brufau visitó la plataforma y se reunió en La Habana con el ministro de la Industria Básica, Tomás Benítez.
Fabricada en un astillero de China a un costo de $750 millones de dólares, la Scarabeo 9 costaba a Repsol un alquiler diario de $511,000 dólares.
Además de Petronas, otras compañías con bloques arrendados en la ZEE como PetroVietnam, la venezolana PDVSA, la rusa Gazprom Neft y la china CNOOC, estaban interesados en el uso de la plataforma. Gazprom dijo incluso que iniciaría estudios de prospección entre mayo y junio.
La presencia de Repsol en la isla generó también reacciones por parte de los congresistas cubanoamericanos, opuestos a la colaboración de corporaciones internacionales con el régimen castrista.
A mediados de este mes, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto legislativo para impedir que firmas en negocios con Cuba logren contratos en Estados Unidos. La medida, propuesta por el legislador David Rivera, republicano por la Florida, tiene que recibir aprobación del Senado antes de convertirse en ley.
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