Escándalo de corrupción vincula a firma canadiense con altas esferas del gobierno cubano
Las primeras pistas vinieron por un yate que el empresario canadiense de origen armenio Sarkis Yacoubian adquirió por encargo en el extranjero y trajo a Cuba a comienzos de este año.
Yacoubian, presidente de la firma comercializadora TriStar Caribbean Inc, era un hombre de máxima confianza en las altas esferas del Ministerio del Interior (MININT) y que se estableció con su empresa en Cuba desde 1996. Su labor ha resultado altamente valiosa para proporcionar parque automotor, tecnología y materias primas a los organismos cubanos en abierto desafío al embargo estadounidense.
Pero la embarcación fue sometida a un chequeo de rutina por la inteligencia cubana y se detectó en su interior un sofisticado andamiaje con técnicas de escucha y localización instalados por servicios extranjeros, lo que condujo a posteriores investigaciones sobre los pasos y las relaciones del empresario en la isla.
“El yate ha sido la clave para destapar otros asuntos bien complicados”, dijo desde La Habana una fuente relacionada con el caso. “No se conoce nada porque todo está muy compartimentado, pero el escándalo es de grandes dimensiones”.
La pesquisa emprendida por la Seguridad del Estado condujo al hallazgo de irregularidades en la empresa estatal de comunicaciones ETECSA y al reciente arresto de altos directivos de ese organismo.
Sin embargo, lo ocurrido en ETECSA es apenas la punta del iceberg de una intrincada trama de corrupción y turbias operaciones financieras que involucra a varios ministerios gubernamentales en conexión con TriStar, la compañía canadiense que durante los últimos 15 años proveyó automóviles, camiones, vehículos de emergencia y otros equipos de transporte para el sector industrial y el turismo cubanos.
Desde el 2009, TriStar cuenta con la representación de la marca automotriz BMW en La Habana.
Zar del negocio automotor
Como zar del comercio automotor dentro de Cuba, Yacoubian consolidó negocios con los ministerios de Construcción, Salud Pública, Transporte, Sideromecánica, Industria Básica e Informática y Comunicaciones, además de cooperar en los proyectos medioambientales de la refinería “Ñico López” (La Habana) y la planta de níquel “Ernesto Che Guevara” (Moa).
De acuerdo con fuentes contactadas por CaféFuerte, el proceso de instrucción comenzó hace un mes y desde entonces funcionarios gubernamentales, ejecutivos y empleados de TriStar están pasando diariamente -en tandas de cinco a seis personas- por Villa Marista, el cuartel general de la Seguridad del Estado en La Habana.
“La olla se destapó hace un mes y el desfile es a diario por Villa Marista, entre ellos algunos personajes y viceministros incluidos”, dijo desde La Habana un ex auditor estatal relacionado con TriStar. “El rollo es muy serio y salpica a casi todo el mundo, porque esta compañía estaba afincada en el país de buena manera y tenía relaciones con media Cuba”.
Yacoubian habría sido detenido e interrogado en Villa Marista. Se desconoce si permanece arrestado o fue liberado bajo supervisión. El viernes fueron infructosos los esfuerzos por establecer comunicación telefónica con la oficina de TriStar en La Habana.
Arthur Madjarian, uno de sus más cercanos colaboradores en TriStar, fue también citado a Villa Marista días atrás, según los reportes obtenidos desde la capital cubana.
La fuente agregó que algunos de los citados por el Órgano de Instrucción de la Seguridad del Estado han quedado detenidos por varios días.
La conexión ETECSA
Las oficinas de TriStar, ubicadas en la avenida 5ta-E No. 9418, entre 94 y 96, en Miramar, tienen registrados unos 60 empleados ante la Agencia de Contratación a Representaciones Comerciales (ACOREC), lo que la define como una de las sucursales extranjeras con mayor nómina y fondo salarial en Cuba. La firma tiene sede en Yarmouth, Nueva Scotia.
“TriStar surtía de equipos a todos los ministerios, de manera que ahora todo lo que el tipo tocó tiene un expediente abierto”, agregó el informante a CaféFuerte. “Yacoubian era como un pulpo”.
Al parecer, las suspicacias por los equipos de escucha encontrados en la embarcación se acrecentaron por el hecho que por esos días Yacoubian había entregado como donativo al Ministerio de Salud Pública (MINSAP) un lote de ambulancias provenientes de Estados Unidos.
La indagación con empleados y directivos de TriStar llevó inicialmente a ETECSA, pues Yacoubian tenía fuertes lazos con el Ministerio de Informática y Comunicaciones (MIC) desde que el Comandante Ramiro Valdés tomó el mando de ese organismo, en agosto del 2006. Valdés fue remplazado al frente del MIC por el General de Brigada Medardo Díaz Toledo, un ingeniero de 48 años, el pasado enero.
Varios ejecutivos de ETECSA fueron detenidos en julio. Maimir Mesa, presidente de la empresa, y algunos de sus vicepresidentes fueron suspendidos. Informes extraoficiales dan cuenta también que el viceministro primero de Informática y Comunicaciones, Ramón Luis Linares, y el viceministro Alberto Rodríguez Arufe, fueron destituidos de sus cargos en medio de actos de corrupción asociados al cable submarino de fibra óptica entre Cuba y Venezuela.
La instalación del cable, con una inversión de $70 millones de dólares, debía estar lista en su primera fase en julio, pero las autoridades cubanas no han dado explicaciones sobre la demora del proceso.
Un banco sin control del gobierno
Yacoubian habría participado en ventas de equipos a la empresa mixta cubano-venezolana Telecomunicaciones Gran Caribe S.A. (TGC), creada en el 2007 para desarrollar el sistema de cable submarino entre ambos países. Las presuntas violaciones provienen de negocios ilícitos en los que TriStar operaba como una suerte de banco para funcionarios de TCG, sin control del gobierno cubano.
“El armenio [Yacoubian] tenía a la gente de ETECSA en el bolsillo”, dijo una de las fuentes entrevistadas por CafeFuerte. “TriStar cuenta con mucho capital y podía lavar el dinero de muchas operaciones sucias sin despertar mayores sospechas”.
Otras entidades investigadas por el nexo con TriStar son el Instituto de Recursos Hidráulicos, la empresa cubana de petróleo (CUPET) y la planta niquelífera de Moa.
Yacoubian visitó Cuba en 1993 y tres años después fundó TriStar en Canadá expresamente para entrar en Cuba con vehículos blindados para SEPSA (una sucursal comercial del MININT para servicios de protección y seguridad), ambulancias para el MINSAP, gomas y piezas de repuesto. Con el visto bueno de sus amigos en la jerarquía militar, pudo lograr que la sucursal cubana de la compañía fuera establecida rápidamente por una resolución del Ministerio de Comercio Exterior, el 24 de julio de 1997.
En 1999 empezó a suministrar equipos al Ministerio de la Construcción (MICONS) para obras, la industria de materiales y para otras aplicaciones en el sector, ampliándose luego a otras esferas de la economía interna y la sociedad cubana.
La firma comercializa los camiones Daewoo, equipos de construcción y camiones Doosan Infracore, vehículos articulados Moxy, compresores y equipos de perforación del grupo Atlas Copco, motores Deutz, bulldozers Dressta, manipuladores telescópicos (Manitou), grúas articuladas (Palfinger Crane), retropalas (Venieri), autohormogoneras (Carmix) y compactadores (Ammann), entre otros.
La empresa está asociada a cinco talleres de cuatro ministerios para garantizar el servicio postventa y ofrecer asistencia técnica: Sideromecánica (SIME) Transporte (MITRANS), Construcción (MICONS) y dos de la Industria Básica (MINBAS).
Donaciones como mascarada
Eran conocidas sus donaciones a ministerios y entidades sociales, así como en respuesta a situaciones ocasionales, como la entrega de vehículos para la campaña contra el dengue y de contenedores de ropa para los afectados por huracanes. Al MICONS donó un dúmper articulado para trabajar en minas, con un valor de $350,000 dólares.
Este año cerró una operación de venta de 16 BMWs a Rex, la firma de alquiler de carros de lujo del Grupo Transtur. TriStar también auspicia el Campeonato Cubano de Karting.
Testimonios de personas relacionadas con TriStar insinúan que el proceso contra Yacoubian está relacionado con denuncias de otra firma canadiense radicada en Cuba, Tokmakjian Group, que operaba en el mismo giro de venta de autos y reparación de motores. Tokmakjian Group se dedica a importar carros Hyundai e Isuzu a la isla.
En una reciente entrevista sobre el desempeño y el futuro de TriStar en Cuba, Yacoubian respondió: “Seguimos aquí, nos mantenemos, a pesar de la crisis económica a nivel mundial, el bloqueo de Estados Unidos y todo lo demás. Sin embargo, Cuba ha logrado tener un nivel de estabilidad en todas las áreas, con disciplina financiera, lo cual da confianza a operar. Veo el futuro muy positivo porque una firma que tiene por filosofía la transparencia y se ocupa como una de sus responsabilidades fundamentales del servicio de postventa, en cualquier lugar tiene éxito. Y en Cuba mucho más”.
El caso de TriStar estalla pocos meses después de que otro empresario extranjero con alta confiabilidad en las esferas de poder en Cuba, el chileno Max Marambio, fuera acusado y condenado en ausencia a 20 años de cárcel por delitos de delitos de cohecho, estafa y falsificación de documentos bancarios. Su empresa Alimentos Río Zaza fue confiscada por el gobierno cubano.
También su hermano, Marcel Marambio, presidente de la agencia turística Sol y Son, fue sentenciado a 15 años en un escándalo que involucró a altos directivos de cubana de Aviación y la industria farmacéutica.
Desde su elección al frente del gobierno en el 2008, Raúl Castro ha emprendido una campaña anticorrupción en el país. Durante una reunión ampliada del Consejo de Ministros, el pasado julio, el gobernante llamó a los tribunales y fiscales a jugar un rol más determinante para sancionar a quienes entorpezcan los planes económicos de la nación.