Cuba busca exportar marabú a China y Canadá
Economía cubana al rescate del marabú.
Así como lo lee: el marabú, que hoy cubre miles de hectáreas de tierras improductivas en Cuba, podría convertirse en un reglón exportable y cambiar la vida para los residentes de la provincia oriental de Las Tunas.
Dos importantes proyectos para el aprovechamiento de la planta invasora en el territorio tunero están negociándose con China y Canadá, según informó Pablo César González Avila, director general de la Empresa Forestal Integral (EFI) de Las Tunas.
González reveló a la prensa local que los planes buscan convertir el odiado árbol en biomasa para la producción de carbón vegetal. Las Tunas es una suerte de paraíso del marabú, con más de 100 mil hectáreas de tierras cubiertas por la planta.
El marabú fue objeto de una virulenta crítica por parte del gobernante Raúl Castro durante un discurso en Camagüey el 26 de julio del 2007, lo que motivó una campaña nacional para su eliminación en virtud de recuperar un millón 300 mil hectáreas que eran entonces totalmente improductivas.
Verde y bonito
“Aproveché llegar aquí por tierra para ver que todo está verde y bonito, pero lo que más bonito estaba, lo que más resaltaba a mis ojos, era lo lindo que está el marabú a lo largo de toda la carretera”, dijo Castro en medio de carcajadas de los asistentes al acto.
Pero las cosas han cambiado desde entonces. A los empresarios chinos y canadienses les ha llamado la atención que -según cálculos de expertos- en 13.43 hectáreas de marabú se pueden cortar en un solo día 800 toneladas de biomasa, equivalentes a entre 267 y 400 toneladas de petróleo tras su procesamiento industrial.
De acuerdo con el funcionario tunero, las negociaciones se encuentran en fase avanzada de análisis y aprobación, y ambos proyectos están insertados en el programa de desarrollo forestal hasta el 2020.
Con los chinos se prevé un financiamiento por $45 millones de dólares, lo cual incluye asistencia técnica y la creación de tres pelotones de preparación de tierra con combinadas cosechadoras del arbusto. La materia vegetal sería empacada y exportada, o convertida en energía en una estación bioeléctrica en la zona de Majibacoa.
“Estamos hablando de tres pelotones de preparación de tierras con combinadas que cosechan el marabú, que lo empacan y lo embalan en un tractor que va directo al puerto”, declaró González.
Tabla de salvación tunera
En cuanto a la parte canadiense, los inversionistas quieren realizar una primera prueba en 100 hectáreas compactas del espinoso marabú, cerca de la comunidad costera de Guayabal, en la costa sur de Las Tunas. Si la obtención de biomasa les resulta rentable, explotarían 22 mil hectáreas con ese propósito.
Considerada una planta maldita y culpada por los incumplimientos de los planes productivos y la escasa rentabilidad de la tierra, el marabú pudiera ser ahora otra tabla de salvación para la frágil economía de la isla.
“Me atrevo a decir que de aprobarse estos proyectos, podemos cambiarles la vida a los tuneros”, aseveró González.
El marabú está presente a lo largo del territorio nacional y aunque su explotación es limitada, se reconocen diversas utilidades como fuente de alimento proteíco para el ganado, especialmente el ovino-caprino. Al mismo tiempo, por tratarse de una madera dura e immune al ataque de muchos hongos e insectos, se emplea en construcciones rústicas y ebanistería.
En el 2009 comenzaron a hacerse las primeras exportaciones de carbón vegetal cubano a partir de la madera dura del marabú, lo que permitió ingresos en divisas al país.