Dos poderosos magnates viajaron con Sean Penn a Cuba para negociar libertad de Alan Gross
El viaje de Elon Musk, fundador de la compañía de autos eléctricos Tesla, y Shervin Pishevar, un visionario inversionista en Silicon Valley se realizó el pasado año y la gestión resultó finalmente infructuosa.
Los empresarios Elon Musk y Shervin Pishevar, dos poderosos magnates del mundo de las nuevas tecnologías y fieles partidarios del presidente Barack Obama, acompañaron al actor Sean Penn a Cuba con el propósito de negociar la liberación del contratista estadounidense Alan Gross.
El viaje de Musk, fundador de la compañía de autos eléctricos Tesla Motors (TSLA), y Pishevar, considerado un visionario entre los inversionistas en Silicon Valley, se realizó el pasado año y la gestión resultó finalmente infructuosa, reveló un artículo aparecido en Bloomberg Businessweek.
La publicación hizo breve mención a una reciente conversación telefónica de Musk mencionando su aventura de negociación en La Habana junto a Pishevar y Penn, pero sin especificar la fecha exacta del viaje, que eventualmente se produjo en enero de 2013.
La presencia de Penn en Cuba con un grupo de empresarios de tecnologías de internet fue reseñada en esa fecha por algunos medios cubanos, pero sin mencionar los nombres Musk y Pishevar, ni la misión relacionada con Gross. El grupo de visitantes asistió a la Universidad de las Artes de La Habana, donde se fomentó un diálogo con estudiantes y profesores sobre el uso de las nuevas teconologías y el impacto de la internet en Cuba.
Audiencia en Washington
Poco después, en mayo de 2013, Penn compareció en una audiencia ante el subcomité de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes, donde abogó para que el gobierno de Obama excarcelara “uno o más” de los espías cubanos presos en Estados Unidos a cambio de obtener la liberación de Gross, quien cumple una sanción de 15 años en la isla.
“Creo que siempre hay que mirar al resultado, y el resultado de la liberación de Alan Gross o de Jacob Ostreicher [empresario judío preso en Bolivia hasta el pasado enero] lo merece”, opinó entonces el actor, que propuso a Washington no tener en cuenta “la oposición fundamentalista de distritos electorales políticos” en tácita alusión a los congresistas cubanoamericanos de Florida.
Penn, un asiduo visitante de la isla desde 2005, tuvo una estrecha relación con el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y llegó incluso a realizar una entrevista con el gobernante Raúl Castro para la revista The Nation en octubre de 2008.
Luego regresó a Cuba en dos ocasiones en 2009, en 2012 y el pasado año. En 2007 figuró entre los firmantes de una carta al presidente George W. Bush pidiendo libertad para los intercambios artísticos entre ambos países.
Cercanos a Obama
Musk y Pishevar son dos representantes de la nueva generación de empresarios exitosos y cercanos a la administración Obama.
Pishevar, de 40 años, es un empresario de origen iraní que desde 1997 ha creado empresas de sistemas informáticos y aplicaciones de juegos para internet. Es actualmente presidente de Sherpa Ventures, dedicada a la inversión con capital de riesgo. El pasado diciembre figuró en un selecto selecto grupo de ejecutivos de tecnología que Obama convocó a la Casa Blanca para discutir el tema de las filtraciones de la Agencia de Seguridad Nacional.
Musk, de 43 años, con raíces sudafricanas y canadienses, es ingeniero de profesión y creador de firmas como SpaceX, PayPal y SolarCity. Se cuenta entre los abanderados del programa de energía limpia (green energy) que promueve la Casa Blanca, y fue uno de los principales donantes del Partido Demócrata y de la campaña de reelección de Obama en 2012.
Si bien Penn pudo acaso impulsar sus esfuerzos a favor de Gross hasta las más altas esferas del gobierno cubano, la gestión no fructificó.
Gestiones sin éxito
Gross, de 65 años, fue arrestado en diciembre de 2009 y permanece confinado a una celda del Hospital Militar “Carlos J. Finlay”, en La Habana. Su caso se ha convertido en el principal obstáculo para avanzar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, en medio de ingentes llamados de Washington para que sea liberado incondicionalmente.
Las gestiones por su liberación han involucrado a líderes políticos y religiosos, parlamentarios, personalidades intelectuales y artistas de todo el mundo. Desde Estados Unidos han viajado anteriormente a La Habana con similar propósito el ex presidente Jimmy Carter, el ex gobernador Bill Richardson y una larga lista de congresistas, entre ellos el influyente senador Patrick Leahy en dos ocasiones.
“Ninguno ha tenido éxito. La única cosa que la administración Obama no ha tratado es endurecer las sanciones, recortar los ingresos de dinero del régimen de Castro y enviar un mensaje inequívoco de que el procedimiento de tomar ciudadanos estadounidenses como rehenes es inaceptable”, escribió el abogado Mauricio Claver-Carone, director ejecutivo de Cuba Democracy Advocates y editor del sitio digital Capitol Hill Cubans.
Cuba insiste en una “solución humanitaria” en el caso de Gross, incluyendo la opción de un canje por los tres agentes cubanos que aún cumplen largas condenas en cárceles estadounidenses.