Dos golpes al tiro: Cuba sube precios del combustible y tarifa de electricidad
La implementación de la medida coincide con la salida de servicio por 17 días de la termoeléctrica “Antonio Guiteras”, lo que augura una etapa de prolongados apagones a lo largo del país.
Finalmente, el paquetazo de restricciones económicas postergado temporalmente por el régimen cubano no puede esperar más: a partir de este viernes 1 de marzo entrará el vigor con la subida prevista de los precios del combustible y el incremento de la tarifa eléctrica a la población.
En otra conferencia de prensa con ministros y viceministros de las principales carteras involucradas en economía, energía, precios, el gobierno anunció la puesta en marcha de la medida clave del plan de ajustes, que implicará aumentos de hasta un 500% en los precios de la gasolina y el diesel.
A la vez se producirá un incremento del 25% de la tarifa eléctrica para los clientes que consumen más de 500 kilowatts hora (kWh).
Para aliviar el golpe, las autoridades decidieron mantener los precios mayoristas vigentes, de manera que no se afecten los transportistas de carga y pasajeros, tanto estatales como privados, y no se produzca por el momento un aumento del costo del transporte público.
Otra decisión compensatoria será no incrementar el precio del gas licuado a la población, también anunciado el pasado diciembre.
Pero de cualquier forma en que se deslice la puesta en marcha del programa de “corrección de distorsiones” -eufemismo oficial para definir la movida gubernamental-, se trata de medidas impopulares y potencialmente explosivas en medio de la agravada crisis de desabastecimiento y los inevitables apagones que comenzarán desde este jueves a lo largo del país.
Todo ha venido junto, porque con las primeras medidas del apretón económico se suman otras circunstancias nada halagüeñas: un déficit nacional en la distribución del pan de la canasta familiar, carencia de leche normada para los niños de seis meses a seis años, y la salida de servicio por 17 días de la central termoeléctrica “Antonio Guiteras”, la principal generadora de energía eléctrica del país.
En Pinar del Río, como espejo de las carencias de harina, las autoridades provinciales anunciaron que solo podrán garantizar el pan normado para los niños de 0-14 años, lo que representa una cantidad de 85 230 consumidores registrados en esas edades en el territorio, según el periódico Guerrillero.
En los días que estará fuera la CTE Guiteras, se pronostica que la afectación en la máxima demanda se comporte entre 950 MW y 1000 MW, según indicó la Unión Eléctrica.
El panorama resulta verdaderamente complejo para los cubanos, que han comenzado el año con más penurias sumadas a la prolongada crisis de alimentos y medicinas, precios inaccesibles y cortes de electricidad sin descanso.
La máxima dirección del país había declarado en una reciente reunión del Consejo de Estado, que ninguna de las medidas económicas se aplicarían hasta que “no estuvieran las condiciones creadas”, con la promesa de revisar sistemáticamente el plan “por su alto impacto en la población”.
Pero evidentemente, el gobierno tiene una presión económica que no le permite mayor aplazamiento.
Las explicaciones sobre la urgencia de aplicar las primeras medidas del paquetazo estuvo a cargo de Vladimir Regueiro Ale, ministro de Finanzas y Precios; Vicente La O Levy, ministro Energía y Minas; Mildred Granadillo de la Torre, viceministra de Economía y Planificación; y Tania Danay Vives Alfonso, vicepresidenta económica de la corporación CIMEX.
Granadillo de la Torre, quien fue la encargada de informar sobre el “incidente cibernético” el pasado 31 de enero, aseguró que tras el problema ocurrido en los sistemas informáticos para la comercialización del combustible, ya fueron restablecidos y están en condiciones de aplicar la medida.
Regueiro Ale argumentó que la subida del combustible es “una medida pertinente”, pues los precios actuales del producto no reconocen los precios reales que tienen en el mercado, ni tampoco estaban equiparados a la tasa de cambio formal del país.
El ministro de Finanzas y Precios agregó que el presupuesto del Estado no podía seguir asumiendo el gasto de subsidiar los precios existentes.
La actualización de los precios de los combustibles en el mercado minorista para la población está acompañada de una red de comercialización en divisas, que tomará como referencia la tasa de cambio formal de 1 dólar por 120 pesos cubanos.
Vives Alfonso, la vicepresidenta económica de CIMEX, informó que la corporación cuenta con 613 servicentros en todo el país para implementar la medida. La red de servicentros consume diariamente 700 toneladas de combustibles, que representa un aumento de años anteriores.
En un primer momento se establecerá una red de servicentros para la comercialización en dólares con 30 establecimientos: 28 serán exclusivos en divisas y dos mixtos, con ventas en dólares y CUP, en Ciego de Ávila y el aeropuerto de La Habana.
En los restantes servicentros del país se comercializará en CUP, con la opción de divisas para el cliente que lo requiera.
En la red de servicentros que operará en divisas se podrá pagar con las tarjetas Visa, Mastercard, MIR, tarjetas prepago de BANDEC, la tarjeta AIS, la tarjeta Viajero y la tarjeta Clásica, que puede adquirirse en las Cadecas.
En cuanto a la subida de tarifas eléctricas, De la O Levy aseveró que tiene como propósito “incentivar al ahorro en aquellos clientes que consumen más de 500 kilowatts hora (kWh) en el mes”.
Según los datos oficiales, apenas se afectará un 4% de los más de cuatro millones de usuarios eléctricos del país, una estadística que ha sido cuestionada por muchos consumidores.
El ministro de Energía y Minas dijo que solo 107,000 clientes eléctricos tienen consumos superiores a los 500 kWh durante el año, y que la cifra sube a 217,000 en los meses de verano.
Reconoció que los suministros de gasolina y diésel se han visto disminuidos en años recientes por “situaciones puntuales” de los suministradores, lo que ha obligado al gobierno a comprar a precios más elevados a terceros países.
Actualmente el consumo nacional demanda unas 360,000 toneladas de gasolina, pero el país está aún muy debajo de poder garantizar lo que se necesita.
La situación del diésel es similar. Se requiere 1.8 millones de toneladas para poder cubrir las necesidades de los sectores productivos, energético y transporte, pero el pasado año solo se pudieron importar 609,000 toneladas de diésel, por un valor de $600 millones de dólares.
Obviamente este déficit afecta la generación eléctrica, porque tanto los motores de generación distribuida y las llamadas patanas funcionan con combustibles importados (diésel o fuel oil).