Cuba pierde 12 mil médicos en un año: ¿Dónde están los doctores cubanos?

Cuba cuenta hoy con 31,308 trabajadores de la salud menos que en 2021. La cifra incluye un déficit de más de 12 mil médicos en 2022, según datos oficiales.

Cuba pierde 12 mil médicos en un año: ¿Dónde están los doctores cubanos?
Médicos cubanos de regreso a Cuba en 2018 tras prestar servicios en Brasil. Foto: Marcelino Vázquez Hernández/ACN

Un fantasma recorre Cuba y pone en grave peligro cada día más el bienestar de sus ciudadanos: el desplome del sistema de salud pública en todos los niveles e instituciones del país.

“Aquí no hay médicos, ni técnicos de laboratorio en urgencias”, confesó desde Holguín una doctora bajo condición de anonimato, y agregó que “los jefes lo saben porque es un tema recurrente en todas las entregas de guardia”.

La sala de neonatología del Hospital Vladimir Ilich Lenin carece de técnicos suficientes para rotar en los turnos de la noche. “De manera que si un neonato presenta sangramiento y hay que hacerle una hemoglobina o si comienza con fiebres y necesita un eritro para descartar infección, no se puede”, aseguró otro sanitario familiarizado con la situación. Tampoco es posible realizar análisis para dar seguimiento a recién nacidos en estado grave. 

El peligro de la falta de personal, acompañado de la falta de insumos, medicamentos e higiene en instituciones hospitalarias ya se hizo sentir en la más reciente tasa de mortalidad infantil de 7.5 por mil nacidos vivos, siendo una de sus causas la septicemia -que no es otra cosa que la respuesta severa del organismo a infecciones crónicas. 

Si tal es el estado de abandono en la atención al recién nacido que ha desplomado los indicadores del Programa Materno Infantil – y siempre ha sido prioridad para el país- ¿qué puede esperarse de otras áreas de atención sanitaria?

Nadie escapa de la crisis sanitaria

“En estos momentos hay crisis de enfermeros. En la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico Quirúrgico Lucía Iñiguez Landin, de 13 camas están trabajando seis por falta de personal”, dijo una trabajadora de la salud.

Desde Ciego de Ávila un cirujano se queja de que no hay hilos de sutura, guantes ni instrumental quirúrgico. No es el único. La situación se ha vuelto común a lo largo de todo el país. Hasta los propios médicos dependen de sus familiares y amistades en el exterior para medicarse u operarse porque las instituciones públicas de salud no pueden garantizar los recursos más elementales.

De acuerdo con declaraciones a este medio de varios sanitarios, médicos de diferentes especialidades han solicitado su “liberación” al Ministerio de Salud Pública (MINSAP) porque no quieren continuar laborando en las actuales condiciones y hasta pueden ser acusados de iatrogenia médica o negligencia, porque no tienen con qué trabajar. 

Uno de ellos dijo que a mediados de 2022, más de una treintena de especialistas de neurocirugía, medicina interna, anestesiología y nefrología fueron citados en la Dirección Municipal de Salud  Pública de Holguín para informarles que no serían liberados porque hay “presión asistencial” por la falta de personal. Desde entonces, el doctor no ha logrado que le den de baja de su puesto laboral ni que le levanten la prohibición de salida del país porque es necesario para el sistema de salud. 

Mientras que indicaciones de análisis y pruebas diagnósticas que definen criterios quirúrgicos y tratamientos contra el cáncer como resonancias magnéticas, biopsias, gastroscopias y colonoscopias se posponen y los pacientes deben figurar en listas de espera interminables por falta de reactivos, insumos y personal en varios centros hospitalarios del país.

Los pedidos y protestas de pacientes en las redes sociales y en la prensa independiente también denotan el caos del sistema de salud.

Estampida en números oficiales

Datos del Anuario Estadístico de Cuba de 2022 publicados recientemente por la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba (ONEI) muestran la considerable reducción en el último año, de 312,406 a 281,098, del personal facultativo (graduado de diferentes especialidades) de la salud en Cuba. De ellos, sólo los farmacéuticos no están en números negativos.

En el caso de los médicos de todas las especialidades, cuya presencia en el sistema de salud pública mantuvo una tendencia ascendente desde 2018 (con 95,487) a 2021 (con 106,131), en 2022 apenas aparecen registrados 94,066. Es decir, 1,421 menos que cinco años atrás, y 12,065 menos que en 2021. 

De ellos, los que se especializan en Medicina General Integral (MGI) muestran un incremento de 1,136 en relación al resto. La otra especialidad de la salud que no ostenta cifras negativas es farmacia con un aumento de 503 trabajadores en 2022. 

También muestran reducciones en sus números las especialidades de estomatología, con un patrón igual de ascendente que el de los médicos de 2018 a 2021. De 20,903 estomatólogos con que contaba el MINSAP en 2021, solo 17,657 se registraron en 2022 para una pérdida de 3.246 profesionales de la especialidad. 

Del personal restante -que según la ONEI solo está vinculado al Sistema Nacional de Salud- destaca la disminución de enfermeros de 86,983 en 2021 a 79,569 al siguiente año, para una reducción de 7.414 técnicos y licenciados en enfermería en las instituciones de salud pública en la isla.

Menos técnicos y tecnólogos

Otro grupo que se ha contraído de manera alarmante es el de los graduados de carreras tecnológicas que incluyen a técnicos superiores, medios y básicos, así como tecnólogos y otros licenciados de la salud, cuya presencia en instituciones de salud ha decrecido de 92,950 en 2021 a 83,864 en 2022 para un desplome de 9,086 menos. 

Para que se entienda su utilidad en la infraestructura sanitaria, ellos son los encargados de asistir en la ejecución de pruebas y procedimientos médicos, o procesamiento de muestras en laboratorios y realización de tomografías, rayos x, entre muchas otras responsabilidades. 

En total, Cuba cuenta hoy con 31,308 trabajadores de la salud menos que el año anterior. Lo que, en teoría, incrementa a 118 la relación de habitantes por médico, a 627 habitantes para un solo estomatólogo y a 139 cubanos para un enfermero.

Las provincias más desprovistas de galenos son Artemisa con 2,845, Mayabeque con 1,884 y Cienfuegos con la alarmante cifra de apenas 642 médicos.

“Pero siguen enviando médicos a las colaboraciones”, cuestiona un profesional de la salud en referencia a la voluntad de las autoridades cubanas de rentar los servicios profesionales cubanos a otros países.

Asimismo, las autoridades se empeñan en vender una imagen edulcorada de la salud pública en Cuba a través de la propaganda en eventos comerciales y en redes sociales para atraer compradores de los servicios médicos y de formación académica cubanos. 

Estadísticas engañosas

Según una nota aclaratoria de la ONEI, las cifras de “los médicos y estomatólogos corresponden al total del registro de trabajadores de la salud. El resto del personal solo incluye el personal que labora en las unidades del Sistema Nacional de Salud (SNS)”. 

Lo anterior parece indicar que el número de médicos y estomatólogos incluye los que brindan servicios en clínicas internacionales y los que cumplen contratos estatales en el exterior, en misiones o colaboraciones médicas que al iniciar el presente año 2023 ascendían a 23 792 colaboradores de la Salud en 56 países, de acuerdo a datos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX).

Debido a la falta de transparencia de las autoridades e instituciones cubanas, se desconoce cuántos de los que trabajan en contratos estatales en el exterior son realmente graduados de carreras médicas, o cuántos están de licencia por motivos personales, por lo tanto, no se puede hacer un desglose de cuántos médicos y enfermeros se encuentran trabajando actualmente en salud pública en Cuba. 

La última vez que el discurso oficial ofreció detalles de cifras fue en marzo de 2020, cuando reportó que más de 28 mil sanitarios cubanos estaban en 59 países de los cuales 18,000 eran médicos, citó un informe de Archivo Cuba.

Por tanto, la relación médico por cantidad de habitantes, en la práctica, es necesariamente mucho mayor que la que vende la propaganda oficial. Especialmente si se tiene en cuenta el éxodo maquillado de residencia permanente. Es decir que los sanitarios solo serán considerados emigrantes y, por tanto, fuera del SNS, dos años después de haber salido del país.

¿Médicos negociantes o migrantes?

“Si estando en la calle comienzas a sentirte mal, raro de salud, y el hospital te queda lejos, acude al bar, cafetería, restaurante o MiPyme más cercanos. Allí encontrarás seguro a un médico o a una enfermera… como a un maestro o a un intelectual”, escribió en su página de Facebook  el periodista santiaguero Cuscó-Tarradell.

La observación, que alude a la estampida de personal médico y cualificado hacia otros empleos mejores remunerados del sector privado, no es de la autoría de Cuscó, aunque le haya agregado su firma a pie de nota, sino que se ha viralizado desde otros perfiles en días recientes y responde a la preocupación de la población por el colapso sanitario que atraviesa Cuba.

A pesar de que varios usuarios coinciden con el comunicador, el tímido aumento de trabajadores por cuenta propia  de 596,000 en 2021 a 596,300 en 2022 sugiere que la huida en masa del personal de la salud no se orienta al sector privado y tampoco se puede atribuir al último año, a menos que otros pequeños empresarios hayan rescindido sus licencias y en su lugar una oleada de decenas de miles de médicos los haya reemplazado -ahora como camareros, hosteleros, estilistas, etc, lo cual es muy poco probable.

Lo que sí es posible que el tránsito hacia el cuentapropismo haya comenzado un poco antes, y el déficit dramático de médicos de este último año indique que los sanitarios hayan elegido el arduo camino de la emigración como parte de los cerca de 233,000 cubanos que han arribado a Estados Unidos en el pasado año fiscal, de acuerdo a cifras oficiales.

En este sentido destacan los doctores Manuel Guerra, Alexander Raúl Pupo Casas y Alexander Jesús Figueredo Izaguirre, así como Noemia Rodriguez y otras decenas de galenos cubanos menos mediáticos que también han abandonado el país. 

Tal es el caso de más del 50% del grupo de galenos holguineros que protestaron en agosto de 2021 por la falta de medicinas e insumos para enfrentar el COVID-19 y en respuesta al reclamo del Primer Ministro Manuel Marrero Cruz, quien culpó a los médicos de mala atención a los pacientes en momentos de la peor crisis sanitaria hasta ese momento.

También es probable que unos hayan entrado a territorio estadounidense gracias al Programa de Reunificación familiar, o figurado entre los más de 5000 que llegaron de manos de traficantes ilegales a Europa en los últimos meses, según una investigación reciente de Interpol. Igualmente, pudieron haber sido beneficiarios del nuevo parole humanitario, la vía express por excelencia para la migración legal hacia Estados Unidos. 

¿Cómo frenar la estampida?

Para las autoridades cubanas, la fórmula es sencilla: coacción y limitación de derechos. Por ello, mantiene desde 2015 la regulación a todo personal cualificado, en especial a los que ostentan especialidades médicas, amparados por el decreto-ley 306, modificativo de la ley 1312, Ley de Migración. 

En virtud de esta legislación, el Ministerio de Salud Pública, prohíbe la salida del país a los especialistas de diferentes áreas de la medicina y, si fuera necesario a cualquier trabajador de la salud bajo el argumento de que son necesarios para el país. En realidad el sanitario cubano es visto como propiedad del estado que se adjudica el derecho de violar su libertad de movimiento.

Asimismo se han hecho llamados a sanitarios y técnicos de la salud jubilados para que se reincorporen al SNS, lo cual ha encontrado el apoyo de algunos de ellos, a pesar de que los magros salarios no constituyen un incentivo ni parece que van a mejorar. 

Y sin duda este es uno de los problemas que enfrenta el sector de la salud en Cuba, donde los salarios van desde 3,110 en el caso de un enfermero básico a 5,810 en el caso de un Médico Especialista de II Grado, según la Resolución 37 de 2020, en un país con una inflación galopante donde el valor del dólar excede los 220 pesos cubanos. 

Más recientemente, una indicación desde el MINSAP pretende forzar a los trabajadores de la salud que se encuentran en sus casas para que se reincorporen al SNS ante la crisis de personal.

La orden es que a “todos los galenos que se encuentran más de un año con peritaje médico, se les realice una nueva evaluación en las comisiones médicas provinciales donde se defina el nivel de limitaciones de cada uno de ellos y valorar el nivel de actividad que puede realizar”.

De acuerdo con la comunicación escrita a la que tuvo acceso CaféFuerte, firmada el 31 julio del presente año por el doctor Reinol Delfín García Moreiro, viceministro del MINSAP, se pretende concluir con la reevaluación a más tardar en octubre próximo.

 Causas de muerte en Cuba

Increíblemente, y a pesar de la pérdida del 10 por ciento de la fuerza laboral sanitaria que existía en 2021, el número de centros de salud permanece prácticamente inamovible en la mayoría de los casos, incluso servicios de atención ginecológica como Hogares Maternos aumentaron de 142 a 147. 

Más sorprendente aún, la dotación o asignación de camas en unidades de servicios como hospitales, policlínicos, centros asistenciales y otros ha aumentado de 62,625 a 62,884, mientras las consultas médicas y estomatológicas resultaron ser 3910 menos que en 2021. 

Las 12 enfermedades que constituyen las primeras causas de muerte en Cuba, milagrosamente, disminuyeron su incidencia de 2021 a 2022, a pesar del déficit crónico de medicamentos e insumos médicos (reconocido incluso por las autoridades cubanas). 

Esto quiere decir que en 2022 murieron 36,380 personas menos que el año anterior por enfermedades del corazón, cancerígenas, respiratorias, circulatorias, hepáticas y por suicidio o, como lo denomina la ONEI, “lesiones autoinflingidas intencionalmente”.

De otro lado, se disparó en el último año la incidencia de enfermedades de declaración obligatoria como las venéreas (Blenorragia, Sífilis y SIDA), las respiratorias agudas, los distintos tipos de meningitis, las diarreicas agudas e intoxicaciones alimentarias, entre otras. 

Llama la atención además el aumento de las consultas de este tipo (tanto externas como de urgencia) a 112,496 -un incremento de más de 10 mil con relación a 2020- en momentos en que Cuba atravesaba su peor crisis de COVID-19 y la mayoría de los servicios que no tenían que ver directamente con el enfrentamiento a la pandemia se paralizaron durante meses, quedando completamente desatendidos.

Solo se registra reducción significativa en los que se abrieron de manera emergente para el aislamiento de pacientes con coronavirus, lo cual no cuenta como dato representativo en tiempos post pandémicos.

Una ausencia devastadora 

Esta no es la primera vez que la atención de salud sufre la disminución de sus trabajadores. Durante la década 2008-2018,  desaparecieron un total de 98 mil puestos de trabajo del MINSAP como parte de un proceso de reestructuración del sector, según una investigación de Diario de Cuba en 2019.

El cuestionamiento de entonces es el mismo que el de ahora: Ante tal déficit de personal de salud, ¿quién atiende a los cubanos?

La disminución de 31 mil doctores, enfermeros y técnicos en 2022, que no explica el informe de la ONEI y no responde -que se sepa- a una estrategia institucional, representa casi la tercera parte de la cifra de la que prescindió el SNS en un periodo de 10 años. 

Más aún, la suma de ambas equivale a la ausencia de 130 mil sanitarios de los registros del MINSAP en los últimos 15 años, lo que explica, en parte, por qué es imposible de maquillar la debacle en la atención médica en Cuba y ocultar el deterioro de la salud y el bienestar de los cubanos.

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