Crisis sobre crisis: Cuba no podrá garantizar el pan diario por falta de harina
El gobierno cubano anunció que la carencia de harina de trigo en el país impedirá garantizar la producción diaria de pan con destino a la canasta familiar, una situación que se extenderá al menos hasta finales de marzo.
El gobierno cubano anunció este sábado que ante la insuficiente disponibilidad de harina de trigo en el país no podrá garantizarse la producción diaria de pan con destino a la canasta familiar, una comprometida situación que las autoridades pronostican se extenderá hasta finales de marzo.
La nueva crisis del pan obligó a una inusual conferencia de prensa sabatina en la sede del Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL), donde altos funcionarios del organismo dieron a conocer el panorama de carencias de trigo para la producción de harina a nivel nacional.
El resultado inmediato es que “va a existir un impacto negativo en la producción diaria del pan en varios territorios del país indistintamente”, según dijo Zaily Pérez Hernández, directora comercial de la Empresa Cubana de Molinería.
En palabras más directas: los cubanos vivirán recortes del pan diario por la libreta por al menos un mes.
Por lo pronto, en los días recientes de déficit se decidió con las empresas en los territorios afectados, que se incorporaran extensores hasta un 15% en las producciones de pan. Los extensores son productos añadidos en sustitución de la harina de trigo, como harina de maíz y boniato.
La situación del pan se añade a otra crisis desatada la semana pasada con el déficit de la leche normada para los niños entre seis meses y seis años, lo que obligó a un plan de emergencia para cubrir las necesidades básicas en la mayoría de las provincias del país.
De acuerdo con la funcionaria, el problema del pan está causado por “restricciones financieras y logísticas” que han retrasado el arribo del trigo para la producción de harina necesaria para garantizar la elaboración diaria del pan de la canasta familiar normada y algunos consumos sociales.
Por supuesto, se refirió a que la industria alimentaria y la Empresa Cubana de Molinería no están exentas de la grave situación económica y financiera que vive el país, y descargó también en las “afectaciones” que provoca el embargo estadounidense.
En realidad, Cuba puede comprar todo el trigo y la harina que necesiten en el mercado estadounidense, solo que deben pagarlo al contado, sin opción de crédito, debido a las restricciones del embargo.
De los $342 millones de dólares que el gobierno cubano invirtió el pasado año en compras de productos en el mercado estadounidense, $504,008 dólares fueron en harina de trigo.
Pérez Hernández explicó que en medio de la difícil situación todos los embarques contratados se atrasaran en su arribo al país y no se le pudo dar continuidad a la producción de harina.
En el encuentro con la prensa, Emerio González Lorenzo, presidente del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria (GEIA), relató que actualmente de los cinco molinos que tiene el país – tres en La Habana, uno en Cienfuegos y otro en Santiago de Cuba– solo está produciendo el de Cienfuegos, con una capacidad máxima de 250 toneladas diarias.
Cuba consume 20,000 toneladas de harina mensuales en la elaboración del pan de la canasta familiar normada y algunos consumos sociales.
En medio de la emergencia, el gobierno creó un Grupo Temporal de Trabajo con autoridades del MINAL, GEIA, el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, y las formas de gestión no estatal (las llamadas mipymes) para lograr contratar la harina que arribe a los puertos cubanos.
Los importadores privados ingresan al país entre 2,500 y 3,000 toneladas de harina, que pudieran servir para incrementar algunos niveles de disponibilidad del producto, pero no para solucionar la demanda existente.
La urgencia de buscar alternativas para paliar la crisis ha obligado de manera sistemática a chequear la llamada cadena puerto–transporte–economía interna para asegurar que la harina llegue a los territorios, teniendo en cuenta que se está trasladando desde Mariel y Cienfuegos a todo el país.
González Lorenzo aseguró que a pesar de la crisis del combustible que golpea al país, está garantizado este recurso para mover la harina hacia todos los territorios.
Según pronosticó, la situación del pan debe revertirse a finales de marzo, cuando deben arribar dos barcos -uno con harina y otro con trigo. Estas importaciones permitirán estabilizar la producción de pan de la canasta familiar.
Respecto a las producciones de la Empresa Cubana del Pan, continuarán realizando producciones cooperadas con las mipymes de acuerdo a la harina con que disponga en sector no estatal.