Palabras de fondo: Cineastas cubanos denuncian censura oficial durante exhibición de sus obras en Festival de La Habana

Los realizadores Ernesto Daranas y Orlando Mora levantaron sus voces contra la censura, la exclusión y la falta de libertades al presentar sus obras en el evento cinematográfico.

Palabras de fondo: Cineastas cubanos denuncian censura oficial durante exhibición de sus obras en Festival de La Habana
Ernesto Daranas durante la presentación de su documental "Landrián" en el Cine 23 y 12, este domingo. Foto: Captura de video/CF.

El cineasta cubano Ernesto Daranas lanzó este domingo duras críticas a la política de censura impuesta al cine nacional y a su público por el 44 Festival Internacional de La Habana, y lo hizo desde el propio escenario del evento.

Pero la intervención de Daranas no ha sido la única voz discordante entre los cineastas que decidieron mostrar sus obras en el festival. También el joven realizador Orlando Mora, creador de Brujo amor (2023), disparó dardos contra el clima de exclusión contra películas que deberían llenar las pantallas de luz, y abogó por “un cine libre” como el único camino a seguir en el país.  

Mora es egresado de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA), en La Habana, y es actualmente estudiante de tercer año en la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños.

Al presentar su largometraje documental Landrián (2022) en la céntrica sala capitalina 23 y 12, Daranas dedicó la exhibición a la Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC), un espacio independiente que ha sostenido una disputa frontal frente a los organizadores del Festival durante las últimas semanas.

El documental de Daranas está dedicado a rescatar la figura del realizador Nicolás Guillén Landrián (1938-2003), quien fue sometido a ostracismo y prisión antes de tomar el camino del exilio en 1989.

“Nadie como él para exponer los argumentos que nos mueven a exigir que se abra el debate pendiente sobre la exclusión y la censura, esos graves estigmas de la cultura y la sociedad cubana en general”, afirmó Daranas, conocido por sus películas Los dioses rotos (2009), Conducta (2014) Sergio y Serguei (2016).

El público respondió a las palabras de Darana sobre el escenario con una larga ovación. El documental tenía una segunda función al mediodía de este lunes en el cine La Rampa.

Landrián tuvo su estreno mundial este año  en el Festival de Cine de Venecia. Es la primera vez que un documental cubano forma parte de la selección oficial del prestigioso evento cinematográfico, el más antiguo del mundo.

En la función de este domingo estuvo presente Gretel Alfonso, viuda de Guillén Landrián.

El 44 Festival de Cine de La Habana comenzó el pasado viernes y se extenderá hasta el próximo 17 de diciembre, con la presentación de 199 filmes de 19 países, y Cuba estará representada por 30 obras, con el trasfondo de las polémicas exclusiones de los documentales La Habana de Fito, de Juan Pin Vilar, y Llamadas desde Moscú, de Luis Alejandro Yero.

Por la importancia de ambas intervenciones, Café Fuerte reproduce las palabras de Daranas y de Mora junto con los videos de sus respectivas presentaciones en el Festival.

ERNESTO DARANAS

Este año se ha cumplido el aniversario 20 de la muerte de Nicolás Guillén Landrián, ese visionario del cine cubano cuya obra fue censurada mientras su persona fue sometida al ostracismo, la prisión y finalmente el exilio.

No es un caso del pasado. Todavía hoy la censura y la exclusión son ejercidas sobre obras y cineastas, sobre el derecho de nuestro pueblo a acceder libremente a sus películas y sobre las propias instituciones del cine cubano. Eso incluye a este querido festival.

La pregunta es entonces: ¿por qué los cineastas insistimos en estar aquí? La respuesta está en ustedes, el pueblo del cual somos parte, el verdadero productor y protagonista de nuestras películas.

En un país sin cine, esta es nuestra única oportunidad de estar juntos una vez al año. Aquí nos une la certeza de que una película sí puede cambiar el mundo, aunque sea durante 90 minutos.

Cartel del documental Landrián, de Ernesto Daranas.

Aunque a veces parezca lo contrario, la historia no puede ser tergiversada y reescrita a conveniencia. La memoria de la justicia existe. El cineasta que estará con nosotros ahora es la prueba. Nicolás Guillén Landrián encarna la razón de ser de la Asamblea de Cineastas Cubanos. Nadie como él para exponer los argumentos que nos mueven a exigir que se abra el debate pendiente sobre la exclusión y la censura, esos graves estigmas de la cultura y la sociedad cubana en general.

El verdadero problema no ha estado nunca en nuestras películas, sino en la realidad a la que se deben. Definitivamente no puede existir para el cine un país diferente al que tenemos como pueblo. Por eso persiste la censura, por eso el derecho al disenso es coartado y criminalizado.

Permítame entonces dedicar esta presentación a todos los colegas y compatriotas objeto de exclusión y censura. A esos que en cualquier rincón de Cuba y el mundo siguen empeñados en contar libremente sus historias, en expresar y defender libremente sus ideas. Y desde luego permítanme dedicar hoy esta película a nuestra Asamblea de Cineastas Cubanos, de la que me gusta pensar que Landrián, junto a tantos grandes de nuestro cine, también habría formado parte.

ORLANDO MORA

Muchas gracias a ustedes por venir al cine.  Si hay algo verdaderamente importante es que estemos hoy aquí compartiendo. No nos dejemos distraer por los ornamentos carnavalescos y las tarimas y pantallas festivas que se ven por la Calle 23. El verdadero sentido de todo esto, lo que es realmente esencial para pensar la sociedad es venir al cine.

Este Festival ha sido un espacio de encuentro y formación para muchos colegas cineastas de diversas generaciones. Asimismo, en este festival no se van a exhibir todas las películas que deben llenar estas pantallas de luz. Este festival tiene el deber de ser un espacio más plural, más inclusivo y más justo. Cuando se censura no solo se silencia al artista; también se censura la voz del pueblo, privado de su derecho a formarse un juicio crítico con relación a la obra y a nuestra propia realidad.

Esa es la verdadera razón de lo que hacemos. No podemos dejar de mencionarlo, pues en este genuino encuentro entre los cineastas y el público, se produce también un ejercicio de libertad. Apostemos todos por un cine libre. Ese es el único camino. Muchas gracias.

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