Luto en el cine mundial: Ha muerto Gene Hackman, el genio en la piel de todos

Los cuerpos de Hackman, de 95 años, y su esposa Betsy Arakawa, de 64, fueron hallados por la policía, junto al perro. El sheriff del condado de Santa Fe descartó que se tratara de un crimen.

Luto en el cine mundial: Ha muerto Gene Hackman, el genio en la piel de todos
Gene Hackman (1930-2025) durante el Festival Internacional de Cine de Toronto, en 2012. Foto: Reuters.

Nunca fue la estampa tradicional del galán de Hollywood. Cuando llegó a la Pasadena Playhouse lo desahuciaron como actor, junto a su colega Dustin Hoffman, y asumió la predicción como un reto. Gene Hackman, el hombre que convirtió personajes comunes en caracterizaciones memorables, tan sutiles como intensos, ha muerto en su hogar en Santa Fe, Nuevo México, a los 95 años.

Los cuerpos de Hackman y su esposa Betsy Arakawa, de 64 años, fueron hallados por la policía, junto al perro. El sheriff del condado de Santa Fe dijo que no hay sospechas de que se trate de un crimen.

Es un día de luto para el cine, ese arte profundo que ha transformado la representación de nuestras vidas, conflictos e infortunios, en un ejercicio de seducción irrenunciable. Gene Hackman fue un artífice de ese acto de plenitud que es convencer desde interpretaciones que son carne propia, latidos íntimos que se hacen tan nuestros como la existencia cotidiana.

Gene Hackman (izq.) en una escena de Bonnie and Clyde (1967).

Con personajes aparentemente ordinarios y prescindibles, Hackman tejió una leyenda cinematográfica peculiarísima, única.

Sin encajar en los moldes y las fórmulas clásicas de Hollywood, emergió como el factor de identificación, la pieza clave del encanto de filmes que ya son parte indiscutible del acervo cultural de nuestro tiempo.

Fue extraordinariamente vital, real y creíble. Parecía siempre vivir sus personajes, no interpretarlos, a puro corazón, pero con una naturalidad pasmosa. Sus hitos más recordados son Bonnie and Clyde (1967), The French Connection (1971), The Conversation (1973), Mississippi Burning (1988), Unforgiven (1992), Enemy of the State (1998) hasta Welcome to Mooseport (2004). Pero hay más, mucho más cine, lucidez y sabiduría en la carrera de 40 años y más de 100 películas de este titán incansable.

Estuvo nominado a cinco premios Oscar y ganó dos. La primera estatuilla le abrió el camino de su consagración con su papel de detective en The French Connection, ese policía obsesionado con atrapar a un narcotraficante que se convirtió en un símbolo de la cotidianidad. El segundo Oscar le llegó con Unforgiven, de la mano de Clint Eastwood, en un western a destiempo que marcó una de sus actuaciones más estremecedoras, interpretando a un sheriff raro y retorcido, con una cuestionable perspectiva de la justicia.

Junto a su esposa en Santa Fe, Nuevo México, donde residió en sus últimos años. Foto: Facebook.

Cuando decidió retirarse del cine después de Welcome to Mooseport, decidió dedicarse a canalizar su segunda pasión artística, que era la literatura. Publicó varias novelas históricas y de suspenso, sin importarle la fama, sino su satisfacción personal.

No persiguió la fama, más bien la desafió. Y la obtuvo. Rechazaba los cánones habituales de belleza y consiguió personajes y pasajes espléndidos. No pretendió que su rostro se destacara en la muchedumbre, sino más bien que fundiera dentro de ella. Así se le vio hasta el final, junto a su esposa, visitando, como el más anónimo de los residentes de Santa Fe, un café o un restaurante de servicio rápido.

¿Estuvo alguna vez Gene Hackman en Cuba? Sí, absolutamente. Guardo una anécdota que prometo contar en una próxima crónica si una querida intermediaria me lo permite.

Gracias, Gene Hackman. Mito y grandeza de una época que se nos va.

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