Mensajes desclasificados sobre el golpe militar en Chile en 1973: Dos de cal y una de arena
En vísperas de cumplirse 50 años del golpe militar en Chile contra Salvador Allende, Estados Unidos desclasificó dos informes de la serie diaria “SÓLO PARA EL PRESIDENTE”, correspondientes al 8 y 11 de septiembre de 1973.
En vísperas de cumplirse 50 años del golpe militar en Chile contra Salvador Allende, el gobierno de Estados Unidos desclasificó este viernes dos informes de la serie diaria “SÓLO PARA EL PRESIDENTE”, que corresponden al sábado 8 de septiembre y al martes 11 de septiembre de 1973.
Estados Unidos completó esta desclasificación en respuesta a una solicitud del gobierno de Gabriel Boric y “para permitir una comprensión más profunda de nuestra historia compartida”, según el comunicado emitido por el Departamento de Estado. Al hacer públicos los mensajes, Washington se jacta de transparente y de estar comprometido en fortalecer las mejores relaciones con Chile para identificar fuentes adicionales de información que permitan el conocimiento de acontecimientos impactantes de la época.
En ambos documentos desclasificados se aborda la situación crítica en Chile en septiembre de 1973, pero no dejan de ser piezas anodinas en el medio siglo de información acumulada y analizada sobre el golpe de Estado. Ven la luz ahora por simple acción de relaciones públicas al filo del aniversario 50 de aquel acontecimiento, y dejan también otras preguntas sobre las razones por las cuales se mantuvieron retenidos hasta ahora.
Se considera que para desclasificar, el gobierno valora múltiples factores, entre ellos primordialmente la seguridad nacional, como riesgos para de divulgar información específica, pero en este caso la retención no parece justificable por tanto tiempo.
Informes al presidente
El reporte del sábado 8 de septiembre informa al presidente Richard Nixon sobre la posibilidad de un golpe militar encabezado por oficiales de la Marina de Guerra, que alegan tener apoyo del Ejército y de la Fuerza Área, pero sin que conste prueba alguna de planificación conjunta. De ahí que erróneamente se contemple hasta la posibilidad de que los oficiales golpistas de la Marina queden aislados sin poder contar con el apoyo de otras fuerzas militares.
El informe llueve sobre mojado al referir que Allende no cifra esperanzas en que sus partidarios prevalezcan en una confrontación con los militares, sino en la solución política del conflicto entre el gobierno y la oposición.
Inexplicablemente Nixon es informado el 11 de septiembre de que los militares que están cada vez más decididos a restablecer el orden político y económico previo a la administración Allende, pudieran carecer aún de un plan de coordinación efectiva que capitalizaría la amplia oposición de los sectores civiles, ya que los socialistas, la extrema izquierda y los comunistas están igualmente decididos a no ceder, mientras que el presidente Allende continúa esperanzado en que acomodarse a ciertas exigencias de sus opositores evitará que su gobierno se venga abajo.
Enigma para un domingo
La observación anterior de inexplicable se deriva de que el domingo 9 de septiembre de 1973 la Casa Blanca se enteró muy bien del golpe militar en cierne, por obra y gracia del oficial encubierto de la CIA, Jack Devine, quien así lo relate en su artículo “Qué pasó realmente en Chile: la CIA, el golpe de Estado contra Allende y el ascenso de Pinochet”, publicado en el Número 4 del Volumen 93 (2014) de la revista Foreign Affairs.
Ese domingo Devine fue avisado por un colega de que llamara enseguida a su esposa. Este le dijo que uno de los informantes de Devine, oficial retirado de la Marina de Guerra y empresario en activo, había dejado este mensaje: “Los militares han decidido hacer la movida. Será el 11 de septiembre. La Marina de Guerra liderará el golpe de Estado”. Otro de los informantes de Devine corroboró este aviso y precisó que el golpe se desencadenaría a las 7 am.
Devine envió entonces al cuartel general de la CIA en Langley un mensaje secreto del tipo CRITIC, con prioridad por encima de todos los demás cables de la CIA y traslado inmediato a la Casa Blanca. Este mensaje rezaba: “El 11 de septiembre se intentará un golpe de Estado. Las tres ramas de las fuerzas armadas y los carabineros tomarán parte en esta acción. Por Radio Agricultura se leerá una declaración a las 7 de la mañana del 11 de septiembre. Los carabineros tienen la responsabilidad de aprehender al Presidente Salvador Allende.”
Detrás de estos hechos, ¿está la CIA?
Así queda un tanto en entredicho la leyenda de que la CIA preparó el golpe de Estado contra Allende, presidente electo democráticamente, y allanó el camino a la dictadura de Augusto Pinochet, que duraría casi 17 años. Este golpe de Estado se incluye entre las acusaciones de operación encubierta de Estados Unidos en la Guerra Fría, pero la CIA no conspiró con los militares chilenos para derrocar a Allende.
La CIA tiene ya bastante con la culpa por muchas operaciones mal planificadas y peor ejecutadas, como la invasión a Cuba por Bahía de Cochinos en 1961 o el caso Irán-Contra, entre 1986 y 1987, para que se le achaquen acciones que no llevó a cabo. La CIA se empeñó en rebajar el apoyo popular al gobierno de Allende, pero la oposición más decidida trajo su causa determinante de las fallas de la política económica del propio Allende, que afectó desde las clases pudientes, pasando por la clase media, hasta las clases trabajadoras, tal y como suele suceder en todo gobierno de orientación socialista.