Ciro Bianchi: “A Carlos Prío no lo dejaron gobernar en Cuba”

Ciro Bianchi: Por WILFREDO CANCIO ISLA
cancio@cafefuerte.com

– El conocido periodista Ciro Bianchi Ross está en Miami visitando sitios y conversando con personajes que le permiten remontarse a los años de su perenne obsesión como cronista: la república cubana entre 1902 y 1958.

“La república es un período de la historia que ha sido mal estudiado y peor contado”, afirmó Bianchi en entrevista con CaféFuerte. “Me gusta decirlo con una frase de Ortega y Gasset que repetía después Jorge Mañach: amo ese pasado porque pasó, no porque quiero que vuelva”.

Bianchi afirma que “actualmente hay mucho interés entre los cubanos por la historia republicana”,  y por conocer los relatos y las figuras que por mucho tiempo fueron identificados por  la ideología oficial como parte de “un pasado indigno”.

“Es una curiosidad que se ha tornado casi en seducción, especialmente entre los más jóvenes”, indicó. “La gente me escribe cientos de correos electrónicos todas las semanas para preguntarme cosas de las que hablo en mis artículos o relato en la televisión”.

El cronista ofreció este martes una conferencia titulada “La Habana de la República vista por un cronista de hoy”, auspiciada por el Instituto de Estudios Cubanos de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).

“Mi visión no es la de un historiador, sino la de un cronista que trata de dar comentarios e información en una sola línea”, comentó. “Me fascina esa Habana que yo conocí en mi infancia, los recuerdos de la bodega y del barrio, los chismes de bares y prostíbulos, una  visión íntima y cotidiana de los acontecimientos que hacen también la gran historia de una nación”.

Bianchi, de 62 años, es uno de los periodistas más prolíficos y versátiles de las últimas cinco décadas en Cuba. Apartado de las coberturas de inmediatez, es el conductor del popular programa televisivo Como me lo contaron te va y publica semanalmente una columna de sucesos históricos en el diario Juventud Rebelde.

Un maestro sin título

Es completamente autodidacta y sólo ingresó a la Universidad de La Habana cuando era ya un señor periodista sin título. Fue a finales de los años 80 para impartir cursos de Entrevista y Reportaje, dos géneros que maneja con la destreza estilística de los maestros.

Comenzó como redactor del desaparecido periódico El Mundo el 21 de enero de 1967 y desde entonces no ha dejado de escribir en diarios y revistas sobre los más disímiles temas, a veces escondido tras los seudónimos de Joaquín Molinet, Luis Fraga y Sussy P. de Ulises.

En 1972 pasó a trabajar con la revista Cuba, que por entonces nucleaba un grupo de redactores y colaboradores de altos quilates.

“Oficialmente trabajo para una revista que no existe, porque dejó de salir hace más de tres años… así que estaré allí hasta que me jubilen”, ironizó.

No toma notas para las entrevistas y hasta hace poco no asimiló el tránsito de la máquina de escribir a la computadora.

En la amplia bibliografía periodística de Bianchi se acumulan desde libros de entrevistas (Las palabras de otro, Voces de América Latina, Asedio a Lezama y otras entrevistas) y crónicas de costumbres (Memoria oculta de La Habana, Yo tengo la historia, Vida de Café) hasta indagaciones literarias (Imagen y posibilidad, Lezama disperso, Cuando las cartas no llegan), relatos históricos (Tras los pasos de Hemingway, García Lorca: pasaje a La Habana) y biografías culinarias (Yo soy el chef).

Un gobierno olvidado

Bianchi viajó en diciembre a Puerto Rico, invitado por la Fundación “Muñoz Marín” para hablar del gobierno autonómico cubano de 1898, previo a la intervención norteamericana.

“El gobierno autonómico radicaba en Egido y Muralla, en La Habana Vieja, y hay una crónica deliciosa de Federico Villoch [dramaturgo y periodista cubano, 1868-1954] que cuenta cómo la gente se iba a sus casas sin la certeza de que al otro día iba a volver”, rememoró Bianchi.

El gobierno estaba presidido por José María Gálvez y desapareció tras la explosión del acorazado Maine y la intervención americana, el 25 de abril de 1898.

Es su primera visita a Estados Unidos, Bianchi aprovechó para llegarse a Miami, donde quedan todavía vivas estampas de “la otra historia de Cuba”.

“He hablado con mucha gente y visitado lugares que tienen que ver con la historia de Cuba, como las tumbas de [los presidentes] Carlos Prío y Gerardo Machado, la casa de Hemingway, el [bar] Sloppy Joe y el Instituto San Carlos en Cayo Hueso, allí también la tumba de Juana Borrero… para mí ha resultado una experiencia excepcional”, comentó.

Presidente por 38 horas

La bóveda que no pudo hallar en el cementerio de la Calle Ocho y la 32 Avenida fue la de Carlos Hevia (1900-1964), quien gobernó a Cuba p0r 38 horas entre el 16 y el 18 de enero de 1934.

“Se habla siempre de que Hevia fue el presidente más breve en la historia de Cuba, pero en realidad su sustituto interino, Manuel Márquez Sterling, duró seis horas en el puesto, y Alberto Herrera, el jefe del ejército, se mantuvo oficialmente por 24 horas al frente del país tras la caída de Machado, el 12 de agosto de 1933”, precisó Bianchi.

El periodista dice que a su regreso a Cuba escribirá probablemente varias estampas sobre sus vivencias de Miami, pero lo que más le interesa es rescatar la historia de los dos Sloppy Joe, el de Cayo Hueso y el de La Habana.

“Algo que quiero dilucidar es cuál de los dos abrió primero”, se cuestionó el cronista. “Pero me inclino a pensar que fue el de La Habana”.

Las versiones apuntan a que Joe Rusell, dueño del Sloppy Joe de Cayo Hueso, lo nombró así a sugerencia de Ernesto Hemingway, un asiduo visitante del establecimiento del gallego José García, ubicado en Zulueta y Animas, en La Habana. El bar de Cayo Hueso fue inagurado el 5 de diciembre de 1933 tras el fin de la Ley Seca que estuvo vigente en Estados Unidos por 13 años.

El bar habanero, que cerró en 1959, tenía la barra de madera más larga de Cuba. En estos momentos se encuentra en un proceso de restauración, a cargo de la Oficina del Historiador de Ciudad de La Habana.

Acosado por sus oponentes

Pero de quien más indagó y conversó Bianchi en Miami fue del presidente Carlos Prío Socarrás, uno de los personajes de la Cuba republicana que más le atrae. Prío fue electo en 1948 en las últimas elecciones democráticas de la isla y gobernó hasta el golpe de Estado de Fulgencio Batista del 10 de marzo de 1952. Se suicidó en Miami Beach en 1977.

“Prío fue un hombre muy acosado por sus oponentes y sencillamente llegó un momento en que no pudo gobernar”, opinó Bianchi. “Era un político extremadamente preparado por su participación en la Constituyente de 1940, su liderazgo en el Partido Auténtico, sus funciones en el gobierno de Grau San Martín… pero se vio envuelto en toda una ola de oposición que eligió los ataques personales para destruirlo”.

Incluso Bianchi dice que la sección En Cuba, creada en 1943 por Enrique de la Osa en la revista Bohemia, fue “extremadamente tendenciosa” en sus críticas políticas, aunque no deje de reconocerle que llenó un vacío en el periodismo de la época.

“Me parece que quedan muchas cosas por decir sobre Prío todavía”, afrmó el periodista.

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