Familia cubana enfrenta severa condena por contrabando de huevos
Un padre y su hija enfrentan hasta tres años de cárcel y multas de un cuarto de millón de dólares por introducir ilegalmente en Estados Unidos huevos de palomas cubanas bajo el pretexto de usarlos en ceremonias de santería.
Rufino Blanco, de 47 años, propietario de la tienda El Morrillero, y su hija, Claribel Blanco Cuellar, de 21, ambos residentes de Miami, se declararon culpables en un tribunal federal bajo la acusación de traer desde Cuba 72 huevos de palomas sin declararlos, informó la Fiscalía del Sur de la Florida.
La joven fue detenida por oficiales de Aduana el pasado 7 de junio, cuando regresaba de Cuba. Las autoridades descubrieron el cargamento de huevos envueltos en cascarones plásticos, usados para la celebración de Pascua en Estados Unidos.
Blanco Cuéllar dijo entonces que los huevos estaban destinados a su padre Rufino, quien los usaba en ceremonias de santería. La joven confesó a los investigadores que se los había entregado un tío, Ramiro Díaz, durante su reciente visita a la isla.
La familia es originaria del poblado de San José de las Lajas, al sur de La Habana.
Según ella, los huevos estaban destinados a satisfacer las peticiones de personas vinculadas a las prácticas de santería en Miami, quienes figuraban en una supuesta lista en poder de sus padres.
Sin embargo, las autoridades descubrieron que las intenciones de Rufino Blanco eran empollar los huevos para vender las palomas a los clientes de su tienda El Morrillero, sita en 9544 SW 40 St (Bird Rd), en Miami.
El cargamento estaba codificado por colores, con los huevos divididos en seis grupos, cada uno dentro de una concha plástica típica de huevos de Pascua y revestida de algodón. La información relativa a los huevos estaba escrita en el cascarón plástico, con datos del origen y el parentesco.
Las leyes federales de Estados Unidos prohíben la introducción ilegal en el país de animales extranjeros -incluso si están muertos o en estado embrionario. También especifican que no se puede introducir huevos de paloma si no van acompañados de un certificado de un veterinario oficial del país de origen, que acredite que los huevos proceden de aves que se encuentran libres de enfermedades transmisibles.
Las autoridades sanitarias de Estados Unidos consideran que Cuba es una fuente potencial de la enfermedad de Newcastle y de la gripe aviaria H5N1, por lo cual todos los huevos fueron destruidos.
La sentencia de Rufino y Claribel Blanco fue fijada para el 3 de marzo de 2011.