Agente enviado por Cuba fue clave para desmantelar la Red Avispa
Un ex profesor de la Universidad de La Habana que llegó a Miami como balsero en 1993 fue la pieza clave para el desmantelamiento de la mayor red de espionaje cubano en Estados Unidos en los últimos 50 años.
Edgerton Ivor Levy, de 62 años, compareció este lunes en el programa A Mano Limpia, que conduce el periodista Oscar Haza por América TeVe, en la apertura de una serie de entrevistas sobre su participación en los servicios de inteligencia cubana.
Es la primera vez que un agente cubano, enviado para integrarse a la Red Avispa, habla públicamente del caso. La red fue desmantelada en 1998.
La presentación de Levy en la televisión local ha estado rodeada de una amplia publicidad, motivando alta expectación entre la comunidad exiliada de Miami.
“Tan pronto llegamos [él y su esposa] pusimos en conocimiento de las autoridades estadounidenses cuáles eran las intenciones de la inteligencia castrista”, dijo Levy.
Él respondía al alias de “Ariel” y su esposa al de “Laura”. Aunque no lo admitió explícitamente, sus revelaciones demuestran que trabajó como doble agente al servicio de la contrainteligencia norteamericana.
“Si usted mira los documentos que se presentaron en el juicio [de los agentes de la Red Avispa] ahí se da cuenta de que la red estaba bajo control [de EEUU]. Una vez que el FBI tiene bajo control la red le conviene dejarla operar para conocer sus métodos y objetivos”, señaló.
Pero Levy negó ser responsable de la desarticulación de la Red Avispa.
“Al Fidel ordenar el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate [en 1996], involucra a miembros de la Red Avispa en ese crimen sobre aguas internacionales y el FBI ya trata el caso como actividad criminal. Por eso digo que el responsable del desmantelamiento, apresamiento y encausamiento de la Red Avispa fue Fidel Castro”, aseguró el ex agente.
Por las confesiones de Levy se desprende que el FBI rastreó las operaciones de la red desde mediados de 1994, cuando se produjeron los primeros contactos entre él y los oficiales supervisores.
Contacto con el jefe
Contó que una vez establecido en Estados Unidos, tenía la orientación de asistir el primer y tercer domingos de cada mes en las afueras de una tienda K-Mart en North Miami. Debía ir con un libro bajo el brazo y vestido con una gorra, pulóver blanco, jeans y tenis, y repetir la visita horas después.
Fue así que en mayo de 1994 se produjo su primer contacto con Gerardo Hernández, el jefe de la red, quien lo abordó con una contraseña acordada en Cuba.
“Yo dejé allá unos yugos que eran un recuerdo de mi padre y él tenía que entregármelos aquí preguntándome si había perdido algo, y así sucedió”, relató Levy.
El gobierno cubano siempre ha insistido en que el propósito de la Red Avispa en territorio estadounidense era infiltrar los grupos de exiliados cubanos que planean acciones violentas contra la isla, pero Levy enfatizó que el principal interés de la red era penetrar bases y objetivos militares estadounidenses.
“Ellos no estaban cazando terroristas como Cuba pretende sino que estaban tratando de vulnerar la seguridad nacional de los Estados Unidos en función de los intereses de la inteligencia castrista”, afirmó.
El atentado contra Posada Carriles
Levy también identificó a Hugo Soto como uno de los oficiales ilegales que escapó a Cuba a raíz del desmontaje de la Red Avispa. Soto sólo aparece en los documentos desclasificados por la fiscalía con los alias de Ricardo Villarreal, Horacio y Roco, pero hasta hoy se desconocía públicamente su verdadero nombre.
Relató que conoció a Soto en Cuba y que se reencontraron en Miami. Según el testimonio de Levy, Soto había cumplido una misión anterior en México, donde fundó una agencia de turismo con el apoyo monetario de la familia de su esposa mexicana.
“La agencia de turismo le permitió moverse en esos años por América Central para mover armamentos y explosivos”, apuntó Levy.
Pero la confesión más comprometedora fue la que le hizo Soto sobre un fallido atentado contra Luis Posada Carriles, ocurrido el 28 de febrero de 1990 en Ciudad de Guatemala.
“El [Soto] me confesó que estaba relacionado con el atentado a Posada Carriles”, manifestó. “El trasladó las armas y se las entregó a quienes acometieron la acción”.
Dijo además que Ramón Labañino fue designado desde Cuba para sustituir a Soto. Aseguró que Labañino era un experto de inteligencia en objetivos militares y su tarea era penetrar en el Comando Sur.
Levy acumuló una larga trayectoria en labores de radiointeligencia militar y misiones especiales del gobierno cubano hasta su arribo a Estados Unidos.
Diez de los integrantes de la Red Avispa fueron capturados en la madrugada del 12 de septiembre de 1998, mientras al menos seis escaparon a Cuba. Con posterioridad, otros dos agentes fueron arrestados y dos más terminaron deportados a la isla.
En el 2001, cinco de los agentes fueron hallados culpables por un tribunal federal de Miami y sentenciados a largas condenas en prisión. El jefe de la red, Gerardo Hernández, fue vinculado con el derribo de dos avionetas de Hermanos al Rescate en 1996 y condenado a dos cadenas perpetuas más 15 años de cárcel.
Cuba despliega actualmente una intensa campaña internacional para la liberación de los prisioneros, que considera héroes que luchaban contra el terrorismo en Estados Unidos. Tras un dilatado proceso de apelaciones que escaló hasta el Tribunal Supremo, las opciones legales del caso parecen agotadas.
Levy afirmó que decidió comparecer en el programa televisivo por voluntad propia y que no responde a ninguna agenda política.
“Vine aquí porque sencillamente me molestaba extraordinariamente ver tanta propaganda basada en la mentira básica de que estos [los cinco espías que cumplen sentencias de cárcel] son luchadores contra el terrorismo”, aseguró. “No hay nada que se asemeje… estas personas estuvieron trabajando por vulnerar la seguridad de Estados Unidos en función de la permanencia de los Castro en el poder”.
Larga hoja de lealtad
Levy se licenció del ejército en 1967 y pasó a formar parte del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), una entidad pantalla de la inteligencia castrista para manejar las relaciones con extranjeros.
En 1980 cumplió tareas de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) durante el éxodo del Mariel y luego, en misión diplomática, fue enviado a la embajada de Panamá hasta finales de 1981.
Entre 1979 y 1992 fue profesor de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana, donde también tuvo responsabilidades como organizador del Partido Comunista a nivel de base.
En 1991 fue captado y entrenado por el Ministerio del Interior (MININT) para venir al sur de la Florida como parte de una vasta red de espionaje, integrada por al menos 27 oficiales y agentes de la inteligencia castrista.
Levy y su esposa Eva Ivette Bermello, también profesora de la Universidad de La Habana, llegaron a Estados Unidos el 24 de junio de 1993. Los acompañaba el hijo de ambos, Daniel, de cuatro años. El viaje se produjo aparentando una salida ilegal por la costa norte de La Habana.
A su arribo fueron acogidos en el Hogar de Tránsito de Cayo Hueso y entrevistados por periodistas de medios locales.
La presentación de Levy en A Mano Limpia continuará este martes.