Destituyen a director de la Unión Suchel
El gobierno cubano canceló los negocios de un importante empresario israelí asentado en la isla y sustituyó al director del emporio de perfumería y cosméticos Unión Suchel.
Según fuentes del Ministerio de la Industria Ligera (MINIL), las autoridades cubanas no renovaron el contrato con el empresario Arie Sharon, ex integrante de la asociación económica contractual Suchel Tropical, lo que desencadenó la caída del director general de la Unión Suchel, José de Jesús García Díaz, tras detectarse violaciones de contabilidad y otras fallas de gestión empresarial.
García Díaz, alias “Pepe Suchel”, era una de las vacas sagradas del MINIL. Fue sustituido por Ricardo Trujillo Hervis, director general de la llamada Integración Poligráfica (otro consorcio del MINIL), quien se desempeñaba como director de la empresa Jovel, perteneciente a la Unión Suchel.
Las decisión del comité ejecutivo del Consejo de Ministros fue tomada a fines del pasado año, pero hasta el momento no se ha publicado en los medios oficiales ni en la prensa internacional.
A comienzos de año circularon en la internet versiones falsas de que había cerrado la empresa mixta cubano-española Suchel Camacho, con la consiguiente alarma para los consumidores internos.
Sin embargo, Suchel Camacho prosigue siendo líder del mercado cubano de perfumería, cosméticos y aseo personal a pesar de la abultada deuda de la Unión Suchel con Manuel Camacho Mesa, empresario de origen andaluz que hacia 1990 se aventuró en el mercado cubano.
Virutas impagadas
El problema realmente estaba en Suchel Tropical, entidad fundada en 1993 como asociación económica internacional mediante un contrato entre la Unión Suchel -a través de su empresa fantasma Intersuchel- y el empresario Sharon.
Sharon contaba con el respaldo del comandante Jorge “Papito” Serguera, fallecido en el 2009.
Suchel Tropical ganó fama internacional en febrero de 2004 por cancelar los pagos al proveedor costarricense Punto Rojo, que desde 1998 venía suministrándole viruta de jabón. Punto Rojo acudió al Tribunal Provincial Popular de Ciudad de La Habana, que declaró con lugar la demanda en febrero del 2006.
Tras el dictamen judicial, Suchel Tropical quedó obligado a pagar la deuda de 988, 216 dólares más 253, 640 en intereses, pero ni siquiera bajo ese apremio judicial procedió a hacerlo.
Llegó entonces el momento crucial. De acuerdo con la Ley de la Inversión Extranjera de 1995, el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros debía prorrogar o poner fin al contrato de asociación económica internacional entre Sharon y la Unión Suchel. La decisión fue darlo por terminado y Sharon tramitó enseguida la liquidación del negocio.
Pero Sharon solicitó entonces una auditoría externa al Ministerio de Auditoría y Control, ahora Contraloría General, que detectó múltiples violaciones de gestión y contabilidad, sellando la suerte de García Díaz.
Su sustituto, Trujillo Hervis, acumula experiencia en el trato con inversores extranjeros. Como director de la planta fabril Jovel, radicada en Jovellanos, Matanzas, se encargaba de producir mayoritariamente para la asociación económica internacional Suchel Lever, establecida entre la Unión Suchel y la compañía transnacional Unilever en 1994.
Los enredos de Suchel Tropical
La pita de Suchel Tropical se enredó más por el reclamo de sus acreedores, entre ellos el banco holandés ING, que si bien cerró sus operaciones en la isla bajo presión del embargo, no ha cobrado aún el saldo pendiente con esa empresa.
En diciembre de 1993, Suchel-Tropical consiguió un crédito millonario de Netherlands Caribbean Bank, joint venture domiciliada en Curazao del banco holandés ING (50 %) con dos entidades bajo control del Estado cubano: Gilmar Project Finance Establishment (25 %) y Banco Popular de Ahorro (25 %).
Netherlands Caribbean Bank comenzó a operar oficialmente a mediados de 1994, con oficinas en Quinta Avenida No. 6407 esquina a 66, en la barriada habanera de Miramar. Para julio de 2006, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó a este banco en su «lista negra» por imperativo del embargo contra Cuba.
Hacia junio de 2009, el presidente del Banco Central de Cuba, Ernesto Medina, revocó la licencia de operaciones y entre las transacciones pendientes quedó finiquitar la deuda de Suchel Tropical.
Otro serio problema que Suchel Tropical pone sobre el tapete de la inversión extranjera en Cuba estriba en que, para asociarse con Camacho Mesa, Unilever y otras personas o entidades foráneas, la Unión Suchel urdió la empresa Intersuchel, que no tiene capital propio ni operaciones más allá del pago del acta notarial de constitución.
Esta estrategia es común entre las uniones y empresas cubanas que tienen socios extranjeros, con el deliberado propósito de abroquelarse frente a las reclamaciones y tornar aún más tupido el velo corporativo que oculta al empresario nacional de última instancia: el Estado.
Se calcula que la Unión Suchel le debe a Camacho Mesa más de $20 millones por impago de suministros de materias primas.
A partir del 2006 el gobierno cubano comenzó a romper sus vínculos con empresas mixtas y asociaciones económicas internacionales con el fin de reorientar la inversión extranjera.
Las cancelaciones de los contratos establecidos desató fricciones entre socios extranjeros, que reclaman a Cuba la liquidación de las deudas contraídas antes de poner fin a las uniones empresariales.
Golpeado por la falta de liquidez, en el 2009 el gobierno de Raúl Castro congeló unos 1,000 millones de dólares en las cuentas de unos 600 proveedores extranjeros, retrasó los pagos a algunos de sus socios de empresas mixtas y no respondió por contratos comerciales vencidas.
Los bancos estatales ofrecieron pagar el dinero de las cuentas congeladas con un interés anual del 2 por ciento en un plazo de cinco años, pero los empresarios extranjeros coinciden en que el avance es muy lento.