Exsenador cubanoamericano Bob Menéndez sentenciado a 11 años de cárcel

Menéndez, de 71 años, acumuló una larga carrera política por cinco décadas y presidió el poderoso Comité de Relaciones Internacionales del Senado, con un importante rol en la implementación de sanciones contra el régimen cubano.

Exsenador cubanoamericano Bob Menéndez sentenciado a 11 años de cárcel
Bob Menéndez a la salida del tribunal federal en Nueva York. Foto: AP.

El exsenador cubanoamericano Robert Menéndez fue sentenciado este miércoles a 11 años de prisión por aceptar sobornos en efectivo y lingotes de oro, y por actuar como agente de Egipto traficando con su influencia con empresarios deseosos de explotar su poder político.

El juez federal Sidney H. Stein, del tribunal de distrito de Manhattan, anunció la sentencia después de que Menéndez se dirigiera al juez entre lágrimas y le dijera que había perdido todo lo que le importaba en la vida, excepto a su esposa.

“Usted fue un hombre exitoso y poderoso, estuvo en la cima de nuestro sistema político”, dijo el juez. “En algún momento del camino, y no sé cuándo fue, perdió el rumbo y de trabajar por el bien público comenzó a hacerlo solo por su propio beneficio”.

La acusación contra Menéndez, presentada en septiembre de 2023, contaba de 16 cargos delictivos por soborno y extorsión.

Los fiscales habían solicitado una pena de 15 años de prisión para el político demócrata, quien fue condenado por múltiples cargos, entre ellos actuar como agente de Egipto al vender su otrora considerable influencia en Washington a cambio de sobornos por valor de cientos de miles de dólares.

Menéndez, de 71 años, insistió durante todo el proceso en que es inocente de cualquier delito, diciendo en repetidas ocasiones que sus interacciones con funcionarios egipcios eran normales para el jefe del Comité de Relaciones Exteriores, y que siempre anteponía los intereses estadounidenses.

Nacido en Nueva York en 1954, Menéndez acumuló una larga carrera política como funcionario público, miembro de la Junta Escolar de Union City y luego alcalde de la ciudad, de gran presencia cubana, a partir de 1982, como miembro del Partido Demócrata.

Hijo de un carpintero y una costurera emigrados de Cuba, Menéndez fue el primer miembro de su familia en alcanzar nivel universitario. En 1978, a los 23 años, tuvo que asumir la responsabilidad como cabeza de familia tras el suicido de su padre, Mario Menéndez, un jugador compulsivo que se vio agobiado por las deudas.

Se graduó de abogado con honores en la Universidad de Rutgers, en Nueva York, e inició una exitosa carrera en la práctica privada antes de tomar el camino de la política, con el respaldo de la comunidad cubana de Union City.

Su ascenso político fue indetenible. Entre 1987-1992 fue legislador estatal y en 1993 resultó electo congresista por Nueva Jersey, posición desde la que escaló al Senado en 2006.

En el Senado se convirtió en figura clave del Comité de Relaciones Exteriores, organismo que presidió por años y mediante el cual jugó un rol decisivo en la implentación de decisiones estratégicas sobre el proceder de Washington en la arena internacional y, particularmente, en apuntalar la política de sanciones contra el régimen cubano.

Horas después de hacerse pública la acusación penal, Menéndez renunció como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y, luego de anunciar que se postularía para un nuevo mandato como senador en calidad de independiente, renunció a su postulación y a su carrera política en julio del pasado año.

Los abogados de Menéndez dijeron ante el tribunal que su cliente ha sufrido mucho.

«Como era de esperar, la condena del senador Menéndez le ha convertido en el centro de atención nacional y le ha despojado de todos los beneficios personales, profesionales y financieros imaginables”, escribieron los abogados de la defensa.

Sin embargo, también tuvo la distinción de ser el único senador estadounidense acusado dos veces.

En 2017 compareció en un juicio que fue desestimado por encarar un jurado dividido, mientras los fiscales intentaron infructuosamente de reformular la acusación en el caso. En esa ocasión, el senador  recibió acusaciones de soborno en su contra, alegando que ayudó a  su amigo oftalmólogo Salomón Melgen para lidiar con funcionarios federales a cambio de vacaciones en la villa del médico en República Dominicana, vuelos en su jet privado y donaciones de campaña.

Los reporteros de Associated Press, Larry Neumeister y Michael R. Sisak, relataron en su reporte los pormenores de una audiencia que estuvo marcada por lágrimas de arrepentimiento.

Cuando se le dio la oportunidad de hablar antes de ser sentenciado, Menéndez se echó a llorar en varias ocasiones al describir sus logros.

“Usted realmente no conoce al hombre al que está a punto de sentenciar”, le dijo Menéndez a Stein, mientras permanecía de pie con las manos en los bolsillos.

En un momento, Menéndez se secó la cara con un pañuelo.

“Su señoría, estoy lejos de ser un hombre perfecto. He cometido más errores y malas decisiones de los que me correspondían”, afirmó. “He hecho mucho más bien que mal. Le pido, Su Señoría, que me juzgue en ese contexto”.

El abogado Adam Fee le dijo a Stein que le diera crédito a Menéndez por una “vida de extraordinario servicio público y sacrificios personales”.

“A pesar de sus décadas de servicio, ahora es más conocido como Bob el lingote de oro”, agregó Fee.

Los abogados de Menéndez habían dicho antes de la sentencia que su cliente merecía menos de dos años de prisión, citando sus décadas de servicio público y una vida decente y de grandes esfuerzos personales, sobrepasando las barreras de la pobreza como hijo humilde de inmigrantes cubanos de Nueva Jersey para convertirse en un símbolo del llamado “sueño americano”.

Pero Fee dijo que el equipo de defensa decidió pedir que Menéndez no recibiera más de ocho años después de conocer que Stein dictó sendas sentencias de prisión contra dos empresarios de Nueva Jersey condenados por pagar sobornos al senador: Fred Daibes, un desarrollador inmobiliario, recibió siete años y una multa de $1.75 millones; y el empresario Wael Hana recibió ocho años, una multa de $1.25 millones y se le ordenó que renunciara a $125,000.

Antes del anuncio de su sentencia, Daibes, de 67 años, le dijo entre lágrimas a Stein que el veredicto del jurado lo había dejado “al borde del suicidio”, y solicitó clemencia para poder cuidar de su hijo autista de 30 años.

Hana le dijo al juez: “Soy un hombre inocente”.

“Nunca soborné al senador Menéndez ni le pedí influencia a su oficina”.

Sin embargo, el juez dijo que el veredicto del jurado fue “muy, muy sustancial”.

Un tercer empresario se declaró culpable y testificó contra Menéndez en un juicio el año pasado.

El juicio rastreó los tratos de Menéndez con funcionarios egipcios y su búsqueda para ayudar a tres hombres que lo colmaron de lucrativos regalos, hallados durante una redada en 2022 en la casa de Englewood Cliffs, Nueva Jersey, que compartía con su esposa, Nadine Arslanian-Menéndez, de origen armenio.

Los agentes del FBI que registraron la casa encontraron $480,000 dólares, una parte de la suma metida dentro de botas y en los bolsillos de la ropa colgada en los armarios de la pareja. También se incautaron lingotes de oro por un valor estimado de $150,000 dólares, los cuales el exsenador dijo habían sido regalados a su esposa.

Los fiscales dijeron que Menéndez había puesto su alto cargo a la venta a cambio de un montón de sobornos, incluso al servir a los intereses de Egipto mientras trabajaba para proteger un monopolio de certificación de carnes que Hana había establecido con el gobierno egipcio.

Entre otras cosas, Menéndez proporcionó a los funcionarios egipcios información sobre el personal de la embajada de Estados Unidos en El Cairo y escribió una carta a otros senadores alentándolos a levantar una retención de $300 millones de dólares en ayuda militar a ese país norafricano.

Los fiscales dijeron que Menéndez también intentó persuadir a un fiscal federal en Nueva Jersey para que fuera indulgente con Daibes, quien tenía gran influencia política en el estado.

En otro juicio relacionado con Menéndez, el empresario José Uribe testificó que ayudó a Nadine Menéndez a conseguir un Mercedes-Benz descapotable después de que el senador intentara presionar a los fiscales estatales para que abandonaran las investigaciones penales de sus asociados.

Nadine Menéndez será juzgada el próximo marzo por muchos de los mismos cargos que su marido, después de pasar el último año luchando contra un cáncer de mama.

Uno de los hijos del exsenador, el abogado Robert Menéndez Jr, de 39 años, fue electo como congresista federal en 2023 e irá a reelección este año.

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