Ex altos funcionarios de EE.UU piden a Biden retirar a Cuba de lista de países terroristas
La exjefa de la embajada en La Habana, Vicki Huddleston, y el asesor adjunto de Seguridad Nacional de la era Obama, Ben Rhodes, figuran entre los firmantes del documento, que solicita aumentar la ayuda humanitaria a la isla.
Cuando apenas restan 30 días para el cambio de mando en la Casa Blanca, un grupo de ex funcionarios diplomáticos y de seguridad nacional solicitaron a la administración de Joe Biden que flexibilice las sanciones contra Cuba antes del ascenso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
En una carta al presidente Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris, personalidades de la política estadounidense como la exjefa de la embajada en La Habana, Vicki Huddleston, y el exasesor adjunto de Seguridad Nacional, Ben Rhodes, pidieron a la administración saliente a eliminar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, aumentar la ayuda humanitaria a la isla y agilizar las normativas para que los ciudadanos cubanos accedan al sistema financiero estadounidense, según el sitio informativo The Hill.
“Como usted conoce, la red energética del país está fallando, la desnutrición infantil está aumentando, los servicios básicos se están deteriorando y la mayoría de los cubanos han perdido la esperanza, lo que precipitó el mayor éxodo de migrantes de Cuba en su historia”, escribieron en la carta revisada por The Hill.
La misiva no exculpa al gobierno cubano por sus reformas políticas “insuficientes e incoherentes” y en gran parte causantes de la crisis. “Sin embargo, también creemos que la actual política estadounidense ha exacerbado las dificultades de los cubanos, y por lo tanto solicitamos respetuosamente que tome una serie de medidas en las semanas restantes de su administración para ayudar a aliviar estos desafíos, en el interés nacional de Estados Unidos y en apoyo del pueblo cubano”, indicó el texto.
El tema de la permanencia de Cuba en la lista negra de naciones patrocinadoras del terrorismo junto a Iran, Corea del Norte y Siria, ha sido tema de numerosas discusiones en el Congreso durante los días finales de la administración Biden. La pasada semana en sendas audiencias en el Comité de Asuntos Internacionales, se abordó el embargo y la viabilidad de las sanciones contra Cuba, y el secretario de Estado, Antony Blinken, dijo que no anticipaba “ningún cambio en nuestra política hacia Cuba durante el mandato de esta administración”.
En su primer mandato, el presidente Trump reinstaló a Cuba en la Lista de Naciones Patrocinadoras del Terrorismo en enero de 2021, lo que dejó a Biden ante la alternativa de mantener la opción de castigo o o tomar una medida potencialmente impopular entre sectores de la comunidad cubanoamericana. El presidente Barack Obama había excluido a Cuba en 2015 tras permanecer con esda designación desde 1982.
El motivo central que argumentó el Departamento de Estado en 2021 para colocar a Cuba en la lista de naciones patrocinadoras del terrorismo fue la no cooperación del régimen cubano en la entrega de militantes de la organización insurgente ELN, de Colombia, que se encontraban bajo protección de La Habana, tras su responsabilidad en un atentado explosivo que causó varias muertes en Bogotá.
Recientemente, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel ha lamentado la caída de Bashar al-Assad en Siria, a pesar de la evidencia criminal contra el régimen sirio, enlistado como país patrocinador del terrorismo.
Los exfuncionarios firmantes de la carta respaldan el criterio de que la inclusión de Cuba en el listado del terrorismo fue una decisión arbitraria de Trump.
“Como muchos de nosotros hemos dicho públicamente, no hay evidencia creíble de que Cuba patrocine el terrorismo internacional. La designación ha obstaculizado el acceso de Cuba a la financiación internacional, ha reducido los ingresos del turismo para pagar las importaciones de alimentos, combustible y medicinas, y ha obstruido la llegada de ayuda humanitaria”, escribieron los exfuncionarios.
Y añaden: “Nuestros aliados más cercanos en la región han solicitado repetidamente que eliminemos esta designación para mejorar los impactos regionales de la creciente migración cubana, y confiamos en que Estados Unidos será aplaudido en todo el mundo por tomar esta decisión basada en hechos”.
En la semana que la carta se hace pública, sesiona en La Habana un período de sesiones del Parlamento cubano. Los máximos representantes del gobierno reiteraron en el foro que las razones de la debacle económica cubana se debe a las medidas de recrudecimiento del embargo, que han perjudicado severamente a la industria turística de la isla.
Los turistas extranjeros que han visitado a Cuba en años recientes y las personas de origen cubano quedan inhabilitados para obtener una exención de visado a Estados Unidos, debido a la cláusula terrorista.
Los exfuncionarios también pidieron a Biden y Harris que envíen ayuda humanitaria Cuba, consicderando que el país ha sido golpeado por huracanes y terremotos, y señalaron que la administración ya prometió $2 millones de dólares tras el huracán Ian, en 2022.
Los firmantes pidieron a Biden que instruya a la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro para que oriente a las instituciones financieras sobre cómo asistir a los cubanos calificados sin pasar por encima de las sanciones estadounidenses, y reclamaron una licencia general que permita a los ciudadanos estadounidenses invertir en empresas no vinculadas al régimen comunista.
En una parte del documento, los firmantes apelan a una declaración previa de Harris Harris al calificar a los cubanos exiliados de línea dura y los elementos radicales dentro del régimen como los únicos beneficiarios del diferendo entre La Habana y Washington.
“Como usted dijo en 2020, vicepresidenta Harris, el embargo estadounidense es una política fallida que solo envalentona a los partidarios de la línea dura tanto en Miami como en La Habana que no representan las aspiraciones del pueblo cubano de un futuro más brillante y próspero. Elogiamos las medidas que ha tomado durante su mandato, presidente Biden, para restablecer las remesas, reanudar el procesamiento de visas, apoyar a los empresarios cubanos independientes y ampliar los viajes de los cubanoamericanos”, escribieron los promotores de la iniciativa..
Finalmente, la misiva considera que para abordar el alcance de la crisis actual en Cuba, la administración saliente debe prestar mucha atención y actuar con decisión para mitigar las implicaciones potencialmente nefastas de tener “un estado fallido a solo 90 millas de nuestras costas”.
La Asamblea Nacional de Cuba reconoció que 2024 ha sido un año difícil en la prolongada espiral de carecias e infortunios nacionales, que van desde los desastres naturales a la caída del turismo y las inversiones extrajeras, la falta de divisas, el deterioro del sistema de salud pública y la crisis energética y las afectaciones sociales generadas de la crisis general del país.