Fallece Julio Camacho Aguilera, el más longevo de los comandantes de la jerarquía cubana
Camacho Aguilera celebró sus 100 años el pasado marzo y se mantenía en el cargo de director general de la Oficina para el Desarrollo Integral de la Península de Guanahacabibes, en Pinar del Río.
Julio Camacho Aguilera, el más longevo de los comandantes de la revolución en la jerarquía cubana, falleció este sábado a los 100 años, informaron fuentes gubernamentales.
“Hemos conocido la triste noticia del fallecimiento del Comandante Julio Camacho Aguilera, uno de nuestros más consagrados combatientes de la guerra de liberación y también de la Revolución. Sentidas condolencias a su amada Gina, sus hijos y el resto de la familia”, informó Roberto Morales Ojeda, secretario de organización del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Camacho Aguilera es recordado fundamentalmente por su desempeño como primer secretario del PCC en la provincia de Pinar del Río durante 11 años, y su designación como embajador en la antigua Unión Soviética en tiempos de la perestroika (1986-1990), pero también como el gran interventor de corporaciones privadas, entre ellas Cubana de Aviación, en los primeros momentos del triunfo revolucionario.
Se le consideraba una figura de total confianza de Raúl y Fidel Castro, a quien calificaba como “una mezcla de José Martí y Antonio Maceo”, según declaró en una entrevista reciente. Su obediencia a los dictámenes del poder fue total, pero conservó una imagen de discreción sin estridencias dentro de la nomenclatura gubernamental.
Al morir mantenía oficialmente su cargo como director general de la Oficina para el Desarrollo Integral de la Península de Guanahacabibes, en Pinar del Río, labor que desarrolló junto a su esposa Georgina Leyva Pagán, su compañera desde los días de la lucha clandestina y la Sierra Maestra.
Se mantuvo activo y con movilidad y lucidez hasta sus días finales. El pasado año, fue agasajado en su provincia de residencia en víspera de las celebraciones de su centenario.
Nacido en el Central Santa Lucía, hoy Rafael Freyre, en Holguín, el 7 de marzo de 1924, a los cinco años la familia se trasladó hacia el central Ermita, actualmente Costa Rica, en el territorio guantanamero.
Sus primeras actividades revolucionarias se remontan a 1955, cuando asaltó un polvorín de la empresa Ermita Sugar Company en busca de explosivos para la lucha clandestina contra la dictadura de Fulgencio Batista. Por estos años figuró como dirigente de la Hermandad No. 11 de los Ferrocarriles de Guantánamo y miembro de la Juventud Ortodoxa antes de sumarse a la filas del Movimiento 26 de Julio.
Participó en el alzamiento santiaguero del 30 de Noviembre de 1956, en apoyo al desembarco del yate Granma, lo que le obligó a pasar a la clandestinidad.
Estuvo entre los dirigentes principales del fallido levantamiento popular del 5 de septiembre de 1957 en Cienfuegos. Tras el fracaso de esa acción armada se incorporó al Ejército Rebelde y obtuvo los grados de Comandante.
En noviembre de 1957 fue detenido durante una reunión con combatientes clandestinos de Pinar del Río, y torturado bajo la orden del sicario Esteban Ventura Novo. A causa de las torturas perdió la capacidad motora durante meses.
Al triunfo de la revolución de Fidel Castro fue designado como ministro encargado de la Corporación Nacional de Transporte, lo que lo convirtió en el interventor que encabezó los despojos de compañías como Cubana de Aviación SA, Carga por Avión SA, Aeropuertos Internacionales SA, Empresa Aérea Interamericana SA, Viajes a Plazos SA y otras entidades y operadoras de aeropuertos.
En septiembre de 1960 acompañó a Fidel Castro en la delegación que participó en XV período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York.
En 1975 fue elegido como miembro del Buró Político del PCC. Se mantuvo en el Comité Central del PCC hasta 2016.
En estos años fue asignado por la dirección comunista como primer secretario en Pinar del Río, La Habana y Santiago de Cuba.
Al frente del PCC en la provincia pinareña por más de una década se le considera una pieza clave en la construcción de escuelas, hospitales, instalaciones deportivas y viviendas, como también en el impulso del equipo de béisbol del territorio hasta los primeros planos en la Serie Nacional.
Camacho Aguilera se involucró en el establecimiento de programas agrícolas, la electrificación territorial y la creación de embalses para modernizar una provincia que era considerada «la cenicienta de Cuba». No obstante, el territorio pinareño se mantiene entre las provincias más retrasadas, con una situación agravada por el impacto de huracanes, la pérdida de cosechas y la crisis económica extendida por todo el país.
En 1986, sin experiencia alguna en el servicio diplomático, fue llamado personalmente por Fidel y Raúl Castro para confiarle la responsabilidad de embajador en la entonces convulsa Unión Soviética, donde estudiaban cientos de jóvenes cubanos que simpatizaban con los cambios democráticos emprendidos en el sistema socialista.
“Eran tiempos complicados, había mucha confusión y mucho resquebrajamiento. Debía mantener las relaciones de nuestros países en medio de muchos cambios y a la vez informar y orientar a los jóvenes de Cuba que había allá. Fue un enfrentamiento político duro de verdad”, recordó Camacho Aguilera.
Tras cuatro años como embajador en Moscú, regresó a Cuba en 1990, remplazado por José Ramón Balaguer, otra figura de máxima confiabilidad política de los Castro.
Al retornar se le encargó la Oficina para el Desarrollo Integral de la Península de Guanahacabibes, una zona estratégica para la conservación ambiental y el patrimonio subacuático nacional, así como para el futuro del turismo en el país. Por su faena en ese organismo estatal recibió el Premio Nacional de Medio Ambiente, en 2007.
En 2002, le fue conferido el título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Políticas por la Universidad de Pinar del Río.