La élite rastacuera: Ana y los lobos
En el convite de Madrid confluyeron la actriz Ana de Armas y el actor político Manuel Anido Cuesta con la plana mayor del bufete Dávalos Abogados: el jurisperito Rodolfo Dávalos Fernández y su hija Lourdes Dávalos León.
Por Arnaldo M. Fernández
Luego de trumpetear que su boutique jurídica representaba al Banco Nacional de Cuba (BNC) en la secuela del juicio en Londres, los rostros de la firma Dávalos Abogados se divierten en Madrid con la celebridad cubano-hispano-americana Ana de Armas y su cara mitad, Manuel Anido Cuesta, hijastro del gobernante cubano Miguel Díaz-Canel.
La farándula nunca pasa inadvertida y así acaba de suceder en el restaurante Numa Pompilio, del distrito madrileño de Salamanca, que tiene categoría $$$$ en precio y 3.5/5 de puntuación por los clientes.
Allí confluyeron la actriz Ana de Armas y el actor político Anido Cuesta con la plana mayor del bufete Dávalos Abogados: el jurisperito Rodolfo Dávalos Fernández y su hija Lourdes Dávalos León. Presuntamente, el hijísimo está ya radicado en Madrid, asociado al iluste bufete.
En mayo pasado, el influencer Alex Otaola había soltado en Miami -¡ay, Miami!, tan lejos y tan cerca del Infierno- que Ana había anidado en la parentela de Díaz-Canel durante unas vacaciones que tomó en Cuba, lo que vino ahora a confirmar la revista madrileña ¡HOLA! con una ronda de fotos explícitas del romance.
La Corte de los Milagros
El hijastro de Díaz-Canel egresó como jurista por la Universidad de La Habana en 2019 y se coló enseguida en la corte del Palacio de la Revolución, que cada vez se parece más a la corte de Isabel II fustigada por Del Valle Inclán.
No porque Anido haya reemplazado al magnate tecno-mediático Paul Boukadakis en el nido de Ana, sino más bien porque el jefe de Estado cubano, Miguel Díaz-Canel, pagó a Dávalos Abogados los honorarios por representar al BNC en absurda apelación, que terminó como se esperaba: denegada sin remedio. Era una noticia cantada desde que se interpuso la apelación y no da realmente para la alharaca mediática que se ha armado.
En primera instancia, la jueza Sara Cockerill, del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales, con sede en Londres, dispuso el 4 de abril de 2023 que la judicatura inglesa no tenía competencia para dirimir el pleito interpuesto por el fondo de inversiones CFR I Limited, registrado en Islas Cayman, contra el Estado cubano (o República de Cuba, si se prefiere), pero que sí tiene competencia para resolver el mismo pleito enfilado contra el BNC.
Sólo que este último es un banco desfondado luego de que Fidel Castro tuviera la ocurrencia de partir las aguas de las obligaciones financieras de su Estado. Al filo de la primavera de 1977, Castro creó el Banco Central de Cuba (BCC), que en lo adelante se encargó del endeudamiento, y mandó a que el BNC arreara con las deudas precedentes, tan impagables como aquellas de Latinoamérica que Castro tachaba de impagables sin mirarse al ombligo.
¿Honorarios para qué?
Tras arrogarse haber llevado “adelante el caso en representación de la República de Cuba y el Banco Nacional de Cuba” en el juicio de Londres, a pesar de que Dávalos Abogados se creó meses después de dictada la sentencia por la jueza Cockerill, la propia administradora única de esta firma boutique largó en el portal LexLatin que:
- “Si la decisión en apelación fuera favorable a BNC, CRF no podrá volver a demandar al BNC en el Reino Unido alegando ser su acreedor”, pero…
- “Si el Tribunal de Apelación decidiese mantener la sentencia de primera instancia a favor de CRF, [este] podría continuar con la reclamación y entrar en un proceso para resolver el fondo del asunto[:] determinar si la deuda existe o no, si la deuda es exigible o no y si el importe reclamado es ese o no”.
Ávalos León agregó que “de la sentencia del Tribunal de Apelación en ningún caso saldrá una obligación directa de pago de BNC al fondo buitre [CFR] bajo los instrumentos financieros que alega poseer”. Así se guarda lo mejor del cuento:
- La sentencia de la jueza Cockerill no daba margen para apelar con éxito. El tribunal de apelación le dio hasta con la banqueta al apelante BNC, representado por Dávalos Abogados, como puede apreciarse en el fallo de apelación (por supuesto que en inglés) que se adjunta más abajo. Todos los funcionarios del BNC involucrados en la transacción actuaron en virtud de sus respectivos cargos y aceptaron a CFR como acreedor legítimo.
- Ninguna obligación de pago del BNC puede ejecutarse porque este banco es insolvente. A menos que fondos tan despistados como CFR adquieran lo único que tiene aquel banco: deudas.
Al parecer el Estado cubano pagó entonces honorarios de abogados porque Dávalos Abogados representaba al BNC en la apelación. Así y todo, los Dávalos no deben haber hurgado en estos honorarios al llegar la cuenta en el restaurante Numa Pompilio. Va por Anita, debió ser el susurro.
FALLO DEL TRIBUNAL DE APELACIÓN DE INGLATERRA Y GALES