París sin aguacero: Mijaín López a un paso de la gloria

Monólogos de un Quedado Especial... desde La Habana. Da la impresión de que los años no han erosionado al Everest moreno de la lucha, y que sí, que le puede llegar a la medalla que más brilla.

París sin aguacero: Mijaín López a un paso de la gloria
Mijaín López en camino a conquistar su quinta medalla dorada en los 130 kgs, luego de vencer en el combate semifinal. Foto: Ricardo López Hevia.

Por Michel Contreras

Ya sé, suena aburrido que lo diga: Mijaín López ganó. Sepultó al iraní, el campeón mundial Amin Mirzazadeh, que era su Riza Kayaalp de esta Olimpiada, y ahora está a dos victorias de convertirse en el primer atleta que domina una misma especialidad en cinco Juegos sucesivos. Lució espléndido, a pesar de lo feo del maillot. Se le vio duro. Como si fuera un árbol centenario, emplazó sus raíces en las entrañas del colchón y convenció a tirios y troyanos de que estaba sembrado en ese sitio.

Da la impresión de que los años no han erosionado al Everest moreno de la lucha, y que sí, que le puede llegar a la medalla que más brilla. Pero una deuda de competición no debe ser subestimada, así que estaba por ver su estado físico en el tercer combate de este lunes. Porque el desgaste sobreviene con la acumulación, y Mijaín no lidia oficialmente desde que derrotó al georgiano Iakobi Kajaia en la final de Tokio 2020.

Dicho esto, atención: al vencer al azerí Sabah Saleh Shariati en la semifinal, pasen la página. Celebren. Brinquen. Griten por adelantado. Total, con 24 horas de descanso entre peleas, mañana no habrá dios que se interponga en su camino al pentacampeonato que no logró ningún cubano. Ni siquiera Ramón Fonst.

Falta le hace su espaldarazo a una delegación que peca de desgano (exceptuando al púgil Erislandy Álvarez y unos pocos), hasta el punto de andar por los abismos de la clasificación. Como si fuéramos Chipre, diría El Bacán en un monólogo mucho mejor que este donde escupo lo mismo odas que censuras, y que no quiero terminar sin aplaudir el triunfo dominical de Novak Djokovic, verdugo de Carlos Alcaraz ante una multitud donde se acomodaban personajes del porte de Serena Williams, John Travolta y la rubia que puso a fantasear al mundo en los noventas, la gran Sharon Stone. Me pregunto si todavía sabrá cruzar las piernas…

PS.- Este martes, Mijaín López enfrentará a su compatriota Yasmani Acosta, quien compite en representación de Chile. Un hecho doblemente histórico: dos cubanos en la final olímpica de la lucha grecorromana, Mijaín en busca de su quinto título al hilo.

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