Glorias del béisbol cubano: Miguel Cuevas
Cuevas intervino en 13 Series Nacionales vistiendo el uniforme de Azucareros, Orientales, Granjeros y Camagüey, como jardinero izquierdo e inicialista.
Por Modesto Agüero
Fue un pelotero que unido a su poder como bateador, resultó ser todo un caballero dentro y fuera del terreno: Don Miguel Cuevas Piedra.
Para Cuevas las Series Nacionales llegaron tarde, ya que al jugar en la primera, en 1962, tenía 27 años.
Nació el 24 de febrero de 1935 en una finca llamada El Carrión en Santa Cruz del Sur. Sin embargo, en muy poco tiempo su familia se trasladó al municipio de Florida.
Los primeros deportes que practicó fueron boxeo y baloncesto, pero ya en 1946, con solo 11 años, inició su carrera como jugador de béisbol en el Central Agramonte, en Florida.
En mayo de 1954 juega en un campeonato juvenil en Camagüey, donde se enfrenta por vez primera a la bola rápida.
En 1955 interviene en la liga amateur de Mayarí. Más tarde integra el equipo del central Preston, hoy Guatemala. Luego en el central Agramonte, con la Liga Azucarera, y después con el central España, en Matanzas, con la reconocida Liga Pedro Betancourt, siempre como catcher.
En 1960 participa en un campeonato que organiza la Dirección General de Deportes y por su actuación allí, en 1961 lo llaman a la preselección del equipo Cuba que iría a Costa Rica. No llegó a integrarlo, pero de todas formas asistió como invitado.
El 14 de enero de 1962 se realizó la apertura de las Series Nacionales de Béisbol. A esta competencia Miguel Cuevas le dedicó 13 años de su vida. En el primer juego de la Serie inaugural, jugando con el equipo Azucareros, Don Miguel sacó el primer out y se robó además la segunda base.
En total intervino en 13 Series Nacionales vistiendo el uniforme además de Azucareros, Orientales, Granjeros y Camagüey, como jardinero izquierdo e inicialista, fundamentalmente.
Ganó dos veces el título de máximo jonronero en las Series, primero con el uniforme de Orientales, en 1963, cuando disparó apenas tres, la cifra más baja de la historia para un líder, aunque en solo 30 desafíos. Con Granjeros, en 1965, conectó cinco cuadrangulares y fue el mayor impulsador con 28 carreras. En 1968 tuvo una formidable labor con sus 86 carreras traídas hacia el plato, récord que se mantuvo vigente 30 años.
Ya casi en el final de su carrera, Don Miguel obtuvo su tercera y última corona entre los jonrones, una vez más con su equipo Granjeros, al llevar 10 pelotas más allá de las cercas.
La clave en su rendimiento en jonrones e impulsadas, a pesar de su edad, fue la constante observación de los más mínimos detalles del partido, sobre todo del lanzador contrario. En una libreta llevaba los lanzamientos con los cuales había fallado y los que le habían tirado.
Otro detalle curioso era la forma de pararse en el home, con las piernas bien abiertas, lo que daba la impresión que casi estaba “sentado” en el cajón de bateo.
El “titulo” de Don, se lo dio el público por su parecido fonético con Sol (su primer nombre), y además muy merecido por su caballerosidad y disciplina además del respeto y cariño que profesó a todos.
Entre los momentos más destacados de Cuevas, podemos mencionar cuando en 1963, en los Panamericanos de Sao Paolo, Brasil, conectó tres cuadrangulares en un juego y luego, en 1966, al decidir un partido clave frente a México en los Centroamericanos de Puerto Rico, victoria que abrió el camino hacia la medalla de oro.
En su trayectoria como pelotero no alcanzó a ganar ninguna Serie para su provincia, Camagüey. La única vez que obtuvo un campeonato fue como integrante de la selección Orientales en la VI temporada disputada en 1966, cuando fue el máximo impulsador de carreras del torneo.
En cuanto a sus números en Series Nacionales, tuvo 3,144 veces al bate, anotó 396 carreras e impulsó 573, conectó 876 hits y su average ofensivo fue de 279, con bate de madera. Además, acumuló 127 tubeyes, 17 triples y 83 jonrones. Recorrió un total de 1,286 bases y acumuló un slugging de 409.
Aunque no era rápido, robó 66 bases y fue cogido en el intento en 25 ocasiones. Recibió 378 bases por bolas, 105 intencionales, y lo poncharon en 361 oportunidades.
Defensivamente intervino en 847 juegos con un total de lances acumulados de 2,497, con 93 marfiladas para un promedio de por vida de 963.
Asistió a 10 eventos internacionales, entre ellos seis por invitaciones: IX Juegos Centroamericanos y del Caribe de Kingston, Jamaica en 1962; IV Juegos Deportivos Panamericanos de Brasil en 1963 (bateó para 440 de average); X Juegos Centroamericanos de Puerto Rico de 1966, V Juegos Panamericanos de Winnipeg, Canadá en 1967.
El 21 de noviembre de 1974, en su ceremonia de despedida oficial, durante un desafío entre Cuba y Japón, en el Estadio Cándido González ante su afición agramontina,, Sol Miguel Cuevas dijo adiós al béisbol con 39 años.
Después de su retiro como atleta activo dedicó muchos años al trabajo con niños, a la propia Comisión Provincial de Béisbol en Camagüey y a los integrantes de equipos de pelota de la Asociación Nacional de Sordos e Hipoacúsicos.
En 1985 viajó como entrenador de un equipo azucarero a Nicaragua, y en 1997 fue a Barinas, Venezuela, como técnico preparador por un año. En 1999 participó como invitado, en La Habana y en Baltimore, Estados Unidos, a los juegos del equipo Cuba. Entre 2005 y 2007 trabajó como entrenador en el estado de Anzoátegui, Venezuela.
Dirigió además el equipo de Camagüey en Series Nacionales.
Nuestro reconocimiento muy merecido, a uno de los grandes pioneros de las Series Nacionales cubanas, las que, lamentablemente, llegaron tarde para Don Miguel Cuevas.