Estudio: pacientes cubanos de sida no se integran a la vida laboral

Por IVETTE LEYVA MARTÍNEZ

El estigma del sida persiste en Cuba. Casi la mitad de seropositivos y enfermos cubanos no trabaja, aun cuando no están incapacitados para hacerlo, según una reciente investigación realizada en la isla.

Una encuesta del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE)  reveló que sólo el 52.7 por ciento de los pacientes cubanos de VIH/sida  tiene un empleo. Ese porcentaje es aún menor entre las mujeres: solamente el 35,1 por ciento tiene vínculo laboral,  frente a 57,3 por ciento de los hombres.

“Continúa reflejándose un patrón de baja participación en la vida económica y social, sobre todo considerando que se trata de una población cuya edad promedio ronda los 35 años, es decir, que el grueso se encuentra en plena capacidad de producir y aportar a la sociedad”, indica en sus conclusiones la Encuesta a Personas con VIH-Sida 2009,  publicada en el sitio digital de la ONE.

Entre los seropositivos y enfermos que no trabajan, el 12,6 por ciento de los hombres y el 16,1 por ciento de las mujeres se califica de “jubilado o pensionado”, a pesar de tener edades inferiores a las de jubilación, señaló el estudio.

La investigación abarcó  nacionalmente a 3,738 personas que reciben atención de forma ambulatoria, y no hace distinción entre los seropositivos y los pacientes enfermos.

En la población cubana general, el 68,1 por ciento de los hombres y el 41,6 por ciento de las mujeres trabaja, según cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación de 2009.

Persiste el rechazo social

“Creo que persiste el rechazo social a esos pacientes en Cuba,  similar al que existe todavía hoy hacia los tuberculosos y leprosos a pesar de todos los avances de medicina. A un paciente de sida la gente no se atreve a tocarlo, si toman agua de un vaso ni tocan el vaso”, señaló un especialista cubano en epidemiología, radicado en Miami desde el pasado año.

El experto -que pidió no ser identificado- responsabilizó en parte por esa situación al régimen sanatorial que se implantó en Cuba para tratar a los enfermos de sida en los años 80.

“El paternalismo conque se trató a los pacientes de sida al principio, que no trabajaban y recibían atención especial, es uno de los  causantes de estos problemas”, señaló la fuente. “En el período especial se decía que era casi una bendición tener sida. La política de aislamiento  implicó marginacion social y eso contribuyó al estigma del sida,  porque a un paciente de sanatorio es ahora sumamente dificil reinsertarlo en el ámbito laboral”.

En 1986, el gobierno cubano implantó un sistema de sanatorios donde tanto los seropositivos como los enfermos del sida eran internados de forma obligatoria, con el fin de evitar la propagación de la enfermedad.

En años recientes comenzaron a cerrarse de forma escalonada la mayoría de los 13 sanatorios del país y en la actualidad el grueso de los pacientes recibe atención de forma ambulatoria.

El periodista cubano Francisco Rodríguez Cruz, autor del blog Paquito el de Cuba y seropositivo, coincide con el epidemiólogo en su valoración del régimen sanatorial en la isla.

En una crónica sobre su visita al conocido sanatorio de Los Cocos, en Santiago de Las Vegas, en el 2003, escribió en su blog:  “De esos residentes fijos, muchos tenían una profesión antes de contraer el virus, y nunca más pudieron o quisieron ejercerla. Habían perdido el vínculo con sus centros de trabajo originales o simplemente ya no mostraban ningún interés en regresar a sus existencias previas Eran demasiada gente que —en mi criterio— no vivía con VIH, sino que vivía del virus. El sanatorio funcionaba para ellos como una especie de urna de cristal, donde medraban a costa de su condición médica. (…) Porque la mayoría llegó allí en contra de su voluntad y luego ya no supo o no quiso romper aquellas ataduras”.

Resistencia a usar el condón

El estudio reveló también que la mayoría de los pacientes VIH/sida de Cuba, el 41 por ciento, fue diagnosticado hace uno o cuatro años, el 36 porciento hace 5-10 años y el 11 porciento recibió el diagnóstico en el último año (hasta mediados de 2009).

A la vez, el 12 por ciento se infectó hace más de 10 años y tiene 41 años como promedio.

De acuerdo con los investigadores, hay cierta resistencia por parte de los pacientes VIH/sida a usar el condón. Solo el 82 por ciento de los hombres y el 69 por ciento de las mujeres declararon usarlo siempre en sus relaciones sexuales.

“Como consecuencia, cerca del 20 por ciento de los hombres y un tercio de las mujeres estuvieron expuestas al riesgo de re-infección o de infección a otros”, argumenta el estudio.

El rechazo a protegerse con condón es aún mayor entre quienes habían sido diagnosticados hacía menos de un año: sólo lo usaba el 61,8 por ciento.

Según datos oficiales, las personas con VIH en Cuba representan el 0,1 por ciento de la población de 15 a 49 años a mediados de 2009, y 7,593 se encontraban recibiendo asistencia médica ambulatoria.

Cuba tiene la tasa de pacientes VIH/sida más baja entre los países de América Latina y el Caribe, de acuerdo con los datos oficiales.

La encuesta no reveló cuántos pacientes se encuentran internados aún en sanatorios.

Vea el documento de la investigación aquí.

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